Nos desplazamos hasta uno de los parajes más bonitos de Castilla y León para conocer a nuestra siguiente boticaria. Con una amplia sonrisa nos recibe Amor López en su oficina de farmacia situada en el triángulo que forman las poblaciones de La Bañeza, Hospital de Órbigo y Astorga. Un enclave ...
Nos desplazamos hasta uno de los parajes más bonitos de Castilla y León para conocer a nuestra siguiente boticaria. Con una amplia sonrisa nos recibe Amor López en su oficina de farmacia situada en el triángulo que forman las poblaciones de La Bañeza, Hospital de Órbigo y Astorga. Un enclave sin duda privilegiado, donde vive en primera persona las singularidades de la farmacia rural. "Este trabajo es estupendo, te permite tratar a las personas como si fueran tu misma familia. Es muy recompensante porque recibes más de lo que das".
Se estrenó en la profesión como una "olímpica", así se define ella misma, con muchas ganas de trabajar y vocación de servicio a la ciudadanía. "Inicié la carrera en 1992 en la Universidad de Salamanca, tenía muy claro que quería ser farmacéutica y, después de cinco años de carrera y un año más dedicada a la investigación y elaboración de la tesina, comencé a dar mis primeros pasos en farmacia hospitalaria en el hospital de León. Fue un trayecto apasionante en el que nunca dejé de aprender" afirma con cierta nostalgia, y continua: "A partir de ahí, y tras siete años en una farmacia urbana, me decidí por dar el salto y pasar a primera línea. He de decir que conté con el apoyo total y el sacrificio de mi familia para cumplir uno de mis sueños: ser titular de mi propia farmacia en la localidad de Barrientos de la Vega".
Cuando le preguntamos qué es lo que más le satisface de su profesión, Amor lo tiene claro: "Estoy totalmente convencida de haber acertado con mi trabajo, y la mayor aportación es sentir que contribuyes conjuntamente con el resto del personal sanitario a la salud mis pacientes". Una historia, la de esta joven boticaria, llena de emociones y buenos recuerdos que vienen de la mano de esa pequeña familia que son sus pacientes. "En mis pueblos soy una de las fuerzas vivas. También soy una gran luchadora que busca soluciones para suplir las dificultades que experimenta la farmacia rural, como es la creciente despoblación, la falta de medios –en nuestro caso por ejemplo, la baja calidad de la banda ancha–, el hecho de no ver representantes o el hecho de tener que depender para seguir formándote de internet".
Sin embargo, la contrapartida es "el trato personalizado porque mi labor garantiza que muchos de mis pacientes puedan seguir viviendo en el pueblo al disponer de la farmacia como un punto de referencia sanitario". La botica cumple una función primordial siendo el eje estratégico de salud de unos vecinos que se benefician de servicios con alto valor añadido como es el SPD, el seguimiento farmacoterapéutico CONSIGUE, los perfiles de tensión, de glucosa y programas personalizados de cumplimiento terapéutico, entre otros. "A ello se unen otras prestaciones que resultan esenciales en el mundo rural, como son las citas a pacientes superados por las nuevas tecnologías o simplemente mantener una actitud comprensiva con sus problemas de salud. Aquí es esencial la atención farmacéutica".
De manera que en la botica rural prima la farmacia asistencial sobre aspectos meramente económicos o aquellos ligados a la parafarmacia que es prácticamente inexistente. Amor nos lo explica: "al no poder competir en precio, y los pacientes vivir en una cultura menos consumista y preocupada por la imagen, es un riesgo cualquier inversión extra. A ello se unen las continuas bajadas de precios que tensionan los mermados márgenes al tener en descenso y muy envejecida la población, la alta dependencia de las cooperativas para poder acceder a productos de escasez y el agravante de la desorientación de los pacientes con la vista u otra capacidad disminuida que hace que se oriente por el tamaño, color o cartonaje".
A pesar de todo ello, se despide de nosotros no sin antes reivindicar la gran aportación que hacen las farmacias rurales. "Considero que son indispensables para el mantenimiento de la población y el desarrollo rural ya que dan valor añadido y facilitan la atención sanitaria".
