"El gasto farmacéutico en España es elevado por los hospitales, y ahí es donde más se debería actuar"

Situado en un enclave estratégico, Toral de los Guzmanes es una localidad del sur de la provincia de León. Entre sus monumentos destaca el Palacio de los Guzmanes construido en el siglo XII. Aquí desarrolla su labor como farmacéutica nuestra próxima protagonista: Salomé Castañeda. Pocos son los vecinos que no la conocen, y es que en este municipio de casi 600 habitantes la botica desempeña una labor esencial. "Mi farmacia está situada en un pueblo pequeñito en el que la mayoría de las personas se dedican a la agricultura y la ganadería".

Una población envejecida con necesidades sanitarias especiales donde la función asistencial del farmacéutico es fundamental. "La mayoría de mis clientes son pensionistas polimedicados, de ahí que la escucha, el consejo profesional y la atención personalizada resulten primordiales no sólo como parte de mi profesión, sino también como servicio indispensable para el pueblo".

Salomé lleva dedicándose a la oficina de farmacia 20 años, pero no fue hasta hace 13 años que adquirió la suya propia. "Antes de llegar aquí trabajé como adjunta, haciendo sustituciones, y luego en una farmacia céntrica en Gijón durante 6 años. Un largo recorrido en el que no he dejado de aprender y de crecer como profesional y como persona". Amante de su profesión, siempre supo que quería dedicarse al servicio público. "Lo que más me gusta es el trato personalizado con mis clientes. A veces falta comunicación con el resto de compañeros por la distancia entre pueblos y los horarios complicados. En mi caso, la relación con el resto de profesionales sanitarios es buena por la cercanía al consultorio, lo que a su vez ayuda a hacer más atención farmacéutica y conseguir más adhesión de los pacientes a los tratamientos".

Mayor cohesión entre los profesionales sanitarios, pero también mayor concienciación social. Eso es lo que reivindica esta boticaria rural. "La sociedad tiene una imagen equivocada de los farmacéuticos en cuanto a que no nos ve como los profesionales de la salud que somos. También creo que nuestros gobernantes nos tienen algo abandonados". Si a ello se une la coyuntura que está experimentando la farmacia a raíz de la crisis, nos encontramos ante un escenario poco esperanzador. "Los precios de los medicamentos disminuyen continuamente y cada vez hay más competencia con las grandes superficies", admite, y continua: "No se puede ser muy optimista de cara al futuro, sobre todo en la farmacia rural porque los pueblos cada vez pierden más población y no recibimos ninguna ayuda. Esto puede obligar al cierre de la farmacia con el perjuicio social que ello conlleva".

Precisamente la bajada de precios no es la solución para atraer clientes a la farmacia; al contrario, Salomé apuesta por poner en valor la atención personalizada, el servicio, la especialización en los distintos temas....aunque afirma "la realidad es que con la crisis y la competencia el cliente busca el precio menor".

Otro caballo de batalla es el incremento de las ventas por internet, sobre todo de productos de parafarmacia. "No podemos competir con esta modalidad, debemos ofrecer algo más. En una farmacia como la mía en la que el 80% de las ventas pertenecen a medicamentos es muy difícil integrar otros servicios como dietética, dermofarmacia. Tenemos que adaptarnos a nuestro entorno".

Singularidades del mundo rural al que también han afectado otras medidas. "A pesar de que no creo que en el medio rural sea donde más se ha dejado sentir la crisis, sí que nos han afectado medidas como el copago, ya que los clientes no se percatan de que las cantidades que pagan son muy pequeñas, aunque grandes en comparación con no pagar nada". Reivindicaciones a las que se unen otras: "Se habla mucho del gasto farmacéutico, y la sociedad piensa que es el gasto en oficina de farmacia, cuando el gasto farmacéutico en España es elevado por los hospitales, y ahí es donde más se debería actuar".