Seguridad, protección y cuidado del bebé

La piel de los bebés es entre un 40 y un 60% más fina que la de una persona adulta. Esto se traduce en que se debe realizar un cuidado más específico y delicado, porque su dermis permite más fácilmente el paso de sustancias tóxicas.

31/10/2018

Nuestra piel tiene capacidad regenerativa, y cuenta con un sistema inmunitario. Sin embargo, los bebés aún no han desarrollado su sistema de defensa cutáneo. Además, sus glándulas sebáceas son escasas. Otra característica es que la piel de los bebés pierde calor y agua con mayor facilidad. Todo ello se traduce ...

Nuestra piel tiene capacidad regenerativa, y cuenta con un sistema inmunitario. Sin embargo, los bebés aún no han desarrollado su sistema de defensa cutáneo. Además, sus glándulas sebáceas son escasas. Otra característica es que la piel de los bebés pierde calor y agua con mayor facilidad. Todo ello se traduce en que los pequeños son más propensos a sufrir enfermedades en su piel. La protección de su dermis y el tratado con productos específicos son muy importantes.

Conocer los productos que sirven para limpiar, cuidar, perfumar y tratar la piel del bebé es esencial para el farmacéutico de oficina de farmacia, porque en su día a día debe dar respuesta a las dudas, consultas y peticiones que formulan con frecuencia a este respecto padres y cuidadores.

Pautas generales

La higiene y la protección del tejido cutáneo en el bebé debe realizarse cuidadosamente, con cosméticos adecuados. Algunas pautas son:

- Baño. La higiene de la piel de un bebé se basa en el baño, que no tiene por qué realizarse de manera diaria, una vez se haya caído el cordón umbilical y quede cicatrizado el ombligo. Se recomienda realizar el baño con agua a 36-37 ºC, con una temperatura ambiental aproximada de 20 ºC y a la misma hora del día. En la actualidad, dado que la frecuencia de los problemas cutáneos en los bebés va en aumento, algunos pediatras recomiendan realizar el baño en días alternos.

- No rozar la piel del bebé. Se puede aplicar el jabón directamente con la mano. Si se utilizan esponjas, deben ser naturales, lo más suaves posible.

- Secado de la piel. Después del baño, la piel debe secarse meticulosamente, sin fricciones, incidiendo en las zonas de los pliegues cutáneos. Se debe secar la piel a toques, nunca frotando con la toalla.

- Cuidado de la piel. Después del secado, aplicar una crema emoliente sobre la superficie cutánea, evitando los cosméticos que están formulados con perfumes, colorantes o sustancias irritantes. No conviene aplicar talco o aceites minerales sobre la piel del bebé.

- Aseo del área del pañal. Para la higiene de esta zona se aconseja utilizar agua y un jabón adecuado. Se ha extendido ampliamente el uso de las toallitas limpiadoras para el cambio del pañal debido a su comodidad. Estas toallitas están formuladas con humectantes y tensioactivos que en pieles sensibles a veces no resultan muy adecuados. Por tanto, si la zona del pañal está irritada, es mejor emplear limpiadores dermofarmacéuticos adecuados.

- Ropa. Es aconsejable que la ropa del bebé sea de algodón, y que se eviten los tejidos sintéticos, a fi de reducir la aparición de dermatosis en la piel.

Características cosméticas

Los cosméticos destinados a la higiene y el cuidado de los bebés están formulados de acuerdo con las características específicas de su piel. Presentan poca detergencia, mantienen la barrera epicutánea intacta y no son irritantes.

Las características de los cosméticos pediátricos son las siguientes:

- Bajo poder deslipidizante. Es de gran importancia utilizar cosméticos limpiadores con detergentes suaves y con débil poder desengrasante. De esta manera, mantendremos la piel del bebé en óptimas condiciones y evitaremos problemas cutáneos en el futuro.

- Altamente protectores. Como ya hemos comentado anteriormente, la piel del bebé se caracteriza por su elevada vulnerabilidad frente a agentes externos. El viento, la radiación solar y la excesiva salivación provocan alteraciones en la piel de la cara; la orina y las heces irritan la piel en la zona del pañal. Por tanto, debemos aplicar fórmulas protectoras que formen una película sobre la piel, para así mantenerla en buen estado.

- No irritantes. La extremada sensibilidad de la piel del bebé hace que los cosméticos infantiles sean formulados con activos de gran tolerabilidad y nula toxicidad. De esta manera evitaremos irritar la piel del niño.

- Seguridad. Por supuesto, los cosméticos pediátricos deben ser seguros. Hay que prevenir su contaminación durante la utilización y evitar la apertura accidental del envase por parte del niño. En pediatría, a menudo se emplea un solo producto cosmético simultáneamente para el baño y la higiene capilar. Por tanto, su pH suele ser neutro para evitar irritación ocular.

Los productos cosméticos destinados al cuidado del bebé no deben contener activos antisépticos, salvo por prescripción médica, ya que estos productos podrían desequilibrar la flora a saprofita de la piel del bebé y hacerla vulnerable a una sobreinfección.

Productos

Entre los cosméticos indicados para el cuidado de la piel del bebé encontramos: aceites, emulsiones limpiadoras, jabones líquidos, champús, colonias infantiles y toallitas húmedas.

- Aceites pediátricos. Los aceites pediátricos se caracterizan por aportar emoliencia a la piel del bebé y protegerla frente a la humedad y la fricción. El aceite se mezcla con la suciedad, principalmente lipófila eliminándola fácilmente con un ligero arrastre mecánico. Cada vez son más los pediatras que recomiendan añadir al baño un tapón de aceite pediátrico en vez del clásico jabón de baño, ya que no sólo limpian, sino que también restauran el manto hidrolipídico de la piel infantil. Estos cosméticos suelen incluir en su formulación vaselina, aceites vegetales como el de almendras dulces, de caléndula y de germen de trigo, y aceites sintéticos.

- Emulsiones limpiadoras. Son emulsiones fluidas cuyo objetivo es la higiene cutánea del bebé y su protección. Las emulsiones suelen ser principalmente de fase externa acuosa (O/W), y en la fase grasa incluyen los activos limpiadores. Los emulgentes no iónicos son los más idóneos por su reconocida inocuidad.

- Champús y jabones líquidos pediátricos. Hasta los 4 meses de vida, el bebé transpira mucho por la cabeza. El cabello es muy fi y el cuero cabelludo se caracteriza por ser graso. Por ello, se aconseja realizar lavados capilares diarios para evitar la costra láctea.

Los jabones líquidos o champús no deben dañar el tallo piloso, y ade- más no pueden irritar ni la piel ni los ojos. Así, estos productos suelen contener menor cantidad de detergentes que los destinados a los adultos, para favorecer la tolerancia cutánea y ocular. De la extensa lista de tensioactivos existentes, sólo los más suaves se consideran idóneos para la formulación pediátrica. Estos cosméticos se formulan en un rango de pH entre 6,6 y 7,8 para minimizar al máximo la irritación ocular. En el mercado actual hemos observado jabones líquidos formulados con aloe vera, ya que presenta actividad hidratante, emoliente y antiinflamatoria. En la actualidad, existen champús destinados a la eliminación de la costra láctea. Estos productos contienen, además de los activos mencionados, sustancias queratolíticas que favorecen la descamación de la zona hiperqueratósica.

- Cremas protectoras. Estas cremas actúan formando una película protectora frente a las agresiones. Generalmente, se formulan con fase externa oleosa (W/O), por su gran emoliencia y elevado poder protector y por su capacidad hidrorrepelente. El elevado contenido graso lo constituyen principalmente ceras, aceites, siliconas, triglicéridos, vaselinas y alcoholes grasos. El óxido de cinc micronizado se emplea en concentraciones del 2-10% por sus propiedades antiinflamatorias, astringentes y antisépticas. Para prevenir la irritación de la piel se incluyen en las formulaciones activos calmantes como alfabisabolol, alantoína, ácido glicirrético, extractos de camomila, aloe vera y caléndula. El pantenol se utiliza por sus propiedades reparadoras y calmantes del prurito asociado a la dermatitis de pañal. La avena coloidal se emplea en estos cosméticos por su capacidad emoliente.

En el mercado actual encontramos cremas protectoras con propiedades antienzimas. Este término significa que en su formulación llevan incorporados agentes enzimáticos con acción antilipasa y antiproteasa, que inhiben la acción de las enzimas de las heces, evitando así la irritación cutánea en la zona del pañal.

- Colonias infantiles. Debido a la alta permeabilidad cutánea de los bebés, es posible el riesgo de intoxicación etílica con la aplicación de colonias, dado su elevado contenido en alcohol. Por ello últimamente en la formulación de colonias infantiles se disminuye la graduación alcohólica y se incluyen humectantes como glicerina, sorbitol o propilenglicol, para evitar el efecto deshidratante del alcohol. Por tanto, se recomienda perfumar al bebé con productos cosméticos con bajo contenido en alcohol.

- Toallitas húmedas. En la actualidad el uso de las toallitas húmedas se ha extendido de tal manera, que se consideran indispensables en la higiene diaria del bebé, sobre todo en el cambio del pañal. Están formadas por fi a textil o tejido de celulosa impregnado por activos humectantes (glicerina y propilenglicol), emolientes (vaselina) y tensioactivos (derivados grasos y alcoholes etoxilados).

Se aconseja utilizar toallitas que incorporen detergentes suaves, para así mantener intacto el manto hidrolipídico. En el mercado actual existen también toallitas oleosas, que además de limpiar la piel del bebé, dejan una película protectora que aumenta la función barrera cutánea, evitando así futuras dermatosis.

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Autor: IM Farmacias
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