La profesión farmacéutica en el caso de Masha Sanatgar es puramente vocacional. Ya desde los primeros años de carrera compaginó la formación universitaria con prácticas en oficinas de farmacia. "Realmente me ayudaba a poner en práctica todo lo que había aprendido en las clases. Y ya llevo más de 6 ...
La profesión farmacéutica en el caso de Masha Sanatgar es puramente vocacional. Ya desde los primeros años de carrera compaginó la formación universitaria con prácticas en oficinas de farmacia. "Realmente me ayudaba a poner en práctica todo lo que había aprendido en las clases. Y ya llevo más de 6 años dedicándome a lo que más me gusta: atender a los demás, lo cual me llena mucho tanto a nivel profesional como personal".
Cuando le preguntamos cuál es la mayor satisfacción de su trabajo, "sentirme útil, saber que puedes ayudar al paciente y solucionar sus problemas de salud". Pero a ello también contribuye todo el personal sanitario, aunque es preciso mayor integración e interacción. "Podríamos hacer más cosas juntos. Por ejemplo, los profesionales farmacéuticos y los médicos podríamos colaborar de manera mucho más sincronizada a través de un sistema de mensajería instantánea en casos de urgencia". ¿Qué se conseguiría con esto? "Facilitaríamos más la vida a los pacientes, pues en muchas ocasiones les generamos problemas simplemente porque no disponemos de un servicio unificado, y esto les altera y nos hace que el trabajo sea más complejo".
Y ante la necesidad de diferenciarse frente a las grandes superficies o los canales online, "Debemos hacer ver a los usuarios que lo que encuentre en una farmacia no lo encuentra en ningún otro sitio con la misma confianza y tranquilidad. Las farmacias asistenciales podemos ofrecer más atención, de más calidad y basada en la confianza y la profesionalidad".
Y es que el modelo ha cambiado de la antigua botica a la farmacia robotizada. "Es realmente fascinante todo lo que ha evolucionado la farmacia durante los últimos años. Hoy en día ofrecemos un abanico de posibilidades para resolver todas las necesidades de las personas que acuden a nosotros". La incorporación de la tecnología, la mecanización de los procesos, son algunos de los aspectos más significativos.
Por tanto, evolución necesaria, pero sin perder la vocación de servicio público. "No podemos convertir la farmacia en una especie de supermercado. El objetivo no es tanto ofrecer al usuario muchas marcas de diferentes géneros, sino actuar con mayor responsabilidad, trato exquisito y máxima preparación".
Precisamente si por algo se define la farmacia de Masha es por la atención personalizada. "Las farmacias ofrecen más o menos los mismos servicios, lo único que nos hace diferente es el equipo de personas que trabajan en ellas. El valor añadido es, pues, el capital humano".
Una farmacia preparada para el futuro, una farmacia de servicios. Así la describe nuestra joven entrevistada. "Caminamos hacia un modelo asistencial, y esto nos va a permitir mayor sostenibilidad, pero siempre que los farmacéuticos tengan ganas y estén dispuestos a trabajar duro. Hay que tener mucha paciencia y vocación. Que los servicios ofrecidos en las farmacias sean remunerados puede ser de gran ayuda".
Lógicamente, en esta andadura los profesionales deberán ir acompañados por las Administraciones públicas. "El gobierno debería de haber hecho un esfuerzo para ayudar más a los farmacéuticos y resolver problemas graves como los impagos", sostiene y reivindica: "No creo que los recortes se deban de hacer en otro sector, pero podría mejorar si se controlara el gasto hospitalario descontrolado. Al final es muy injusto que tenga que pagar una persona que ofrece su negocio a interés público".
