Margalida Gelabert tan sólo lleva 4 meses como titular de la farmacia de Campanet, pero le han valido para proyectar el concepto de "asesores sanitarios" que tanto promeve. Esta joven farmacéutica ha emprendido su proyecto con gran entusiasmo y dedicación. "Soy una enamorada de mi trabajo y me entrego cada ...
Margalida Gelabert tan sólo lleva 4 meses como titular de la farmacia de Campanet, pero le han valido para proyectar el concepto de "asesores sanitarios" que tanto promeve. Esta joven farmacéutica ha emprendido su proyecto con gran entusiasmo y dedicación. "Soy una enamorada de mi trabajo y me entrego cada día para dar lo mejor de mí misma".
No cabe duda de que vive con entrega su profesión, "siento que cada día es una nueva oportunidad para ayudar al paciente, y esto es lo más gratificante". Y así lo hace desde su botica rural situada en Campanet. "El perfil del cliente es muy variado y nos obliga a estar al día, de manera que atendemos a personas jóvenes y de más edad, además de a turistas", afirma, y continúa: "Se trata de una farmacia en la que conocemos muy bien a los clientes, sus preocupaciones sanitarias y sus preferencias, y en la que se puede realizar un seguimiento farmacoterapéutico a diario".
Y es que el entorno rural ha experimentado en primera persona los efectos de la crisis al vivir casi exclusivamente del medicamento. "Está ampliamente demostrado que el cliente no busca los productos más económicos, sino aquellos que ofrecen una mejor calidad-precio". Un cliente más volátil, pero también más exigente y mejor informado que busca calidad frente a cantidad. "La tendencia es que el usuario sea cada vez más exigente y reclame una atención personalizada".
La estrategia, pues, de la Farmacia de Campanet es invertir en la formación de sus profesionales y en la calidad de sus productos. "Somos un equipo muy cualificado, con ganas de escuchar y de asesorar al usuario al tiempo que ofrecemos las mejores soluciones a los problemas de salud". Para ello seleccionan con gran detalle la cartera de productos, sobre todo los de parafarmacia, eligiendo siempre la mejor calidad y la idoneidad al perfil del paciente.
Pero no es suficiente con buenos servicios y profesionales preparados, hace falta también más unión entre el colectivo. "En ocasiones actuamos por libre, sin tener en cuenta que la unión hace la fuerza. Otra de las asignaturas pendientes es poner en valor nuestro trabajo, que va mucho más allá de la mera dispensación". En esta labor será esencial que farmacéuticos y Administración trabajen juntos, "ya que tenemos la capacidad de implicarnos mucho más en el SNS y en el cuidado de la salud de los pacientes, lo que se traduciría en ahorro del gasto público".
Por tanto, una farmacia –la del futuro– que se convierte en centro de promoción de la salud. "Tenemos un sinfín de servicios que van desde la detección del riesgo cardiovascular, la deshabituación tabáquica y los SPD hasta la determinación de hemoglobina glicada y del perfil lipídico, además de asesoría nutricional y control de la tensión arterial. Todos ellos son remunerados y cuentan con el seguimiento activo y personalizado".
Servicios que promueven, por ejemplo, la prevención, la detección precoz y el seguimiento del tratamiento, cuestiones esenciales en el caso del abordaje de enfermedades frecuentes como los problemas cardiovasculares o el cáncer. "Este tipo de controles, además de sus beneficios per se, contribuyen a prevenir la toma de medicación en el futuro porque provocan cambios en el estilo de vida del paciente".
Margalida se despide de nosotros con una reivindicación. "Es evidente que la administración debe asegurar el pago de las recetas y no incidir únicamente en el sector del medicamento para efectuar los recortes". Sólo así conseguimos un sistema de salud más sostenible y reforzado en el tiempo.
