Frío, gripe y catarros, de la mano

Como todos los años, en esta época llegan la gripe y los resfriados, y el número de casos va aumentando progresivamente. La mayoría de los síntomas se resuelven en 5 a 7 días aproximadamente, aunque la tos y el cansancio pueden persistir varias semanas.

14/12/2018

La gripe se caracteriza típicamente por un cuadro de aparición brusca de fiebre (entre 38 y 40 ºC) de unos 3 a 7 días de duración, acompañada de cefalea, tos seca, falta de apetito, dolor al tragar, dolor muscular, cansancio y malestar general. El período de incubación es de 1 ...

La gripe se caracteriza típicamente por un cuadro de aparición brusca de fiebre (entre 38 y 40 ºC) de unos 3 a 7 días de duración, acompañada de cefalea, tos seca, falta de apetito, dolor al tragar, dolor muscular, cansancio y malestar general. El período de incubación es de 1 a 3 días. En algunas ocasiones, ciertos síntomas como la tos o la astenia pueden durar hasta 15 días tras la resolución del cuadro clínico agudo.

La mayoría de los expertos coinciden en señalar que la vacunación antigripal es la mejor arma para combatir la gripe. La OMS se encarga de recoger información de más de 100 centros centinela de vigilancia epidemiológica de la gripe distribuidos por todo el planeta para elaborar (en torno al mes de febrero) la vacuna antigripal para la siguiente temporada (de noviembre a marzo en el hemisferio norte). Habitualmente se incluyen dos cepas del virus tipo A y una del virus tipo B y la OMS publica las recomendaciones para la composición de la vacuna antigripal.

Catarros

Los resfriados son infecciones de las vías respiratorias altas, en los que hay mocos, congestión de nariz, tos y a veces fiebre. Los causan muchos tipos de virus. Hoy en día no hay ningún tratamiento que prevenga, cure o acorte los catarros, y en general se curan solos en una o dos semanas. Se puede decir que un catarro o resfriado es cada uno de los episodios de obstrucción nasal, aumento de moco y tos que se tienen sobre todo en invierno, y por los que a los niños pequeños se les llama "mocosos".

También se llama técnicamente "infección respiratoria alta" o "catarro de vías altas" e incluyen una variedad de síntomas que se deben a la inflamación de la mucosa que recubre las vías respiratorias y que va desde la nariz a los bronquios. Los síntomas suelen estar mezclados. Según el que más predomine se dirá que se tiene una rinitis (moco nasal), una faringitis (dolor de garganta), una laringitis (tos ronca) o una bronquitis (tos y ruidos respiratorios). Pueden tener también fiebre. Ésta se ve con más frecuencia cuanto menor sea la edad de quien sufre el catarro. Son muy habituales y es la causa de consulta al pediatra más frecuente. Por norma son autolimitados. Es decir, que se curan solos en el plazo de unos pocos días y no dejan secuelas.

Los causantes de los catarros son casi exclusivamente los virus. Hay más de 200 tipos diferentes que provocan catarros. Los más frecuentes son los rinovirus. Se contagian a través de secreciones de las vías respiratorias que se expulsan al aire con la tos y los estornudos, o por medio de objetos contaminados con estas secreciones. La puerta de entrada puede ser la boca, la nariz o la fina mucosa que recubre los ojos (conjuntiva). Está demostrado que las manos intervienen mucho en la transmisión. En el caso de los niños pequeños, es más fácil el contagio, al compartir objetos y juguetes que chupan, y porque tienden al contacto directo con las manos y la cara.

Cuando hay fiebre, ésta no suele durar más de 3 o 4 días. Los síntomas nasales y de garganta ceden en una semana. La tos dura más tiempo y no es raro que llegue hasta 2 o 3 semanas. El moco nasal también cambia a lo largo de la enfermedad. Inicialmente es como "agüilla" que cae por la nariz. Pero pronto se va espesando, pasan a ser mocos blanquecinos. Luego se vuelven amarillos e incluso verdosos. De esta forma persisten unos días. Esto, por sí solo, no es signo de complicación ni de que haga falta tomar un antibiótico.

Tratamientos

Los tratamientos farmacológicos antigripales específicos son Zanamivir y Oseltamivir. Ambos medicamentos actúan impidiendo la salida de los virus recién formados en la célula infectada, y evitan así su diseminación por el organismo. La eficacia de ambos tratamientos depende de cuándo se administran; sólo son útiles si se hace en las 48 primeras horas tras el inicio de los síntomas (período en el que es más difícil distinguir entre gripe y resfriado común). La eficacia es mayor en pacientes con fiebre. La reducción global de la duración de los síntomas oscila entre la 24 y las 36 horas.

Los antibióticos no son útiles, dada la etiología viral de estos procesos, y solo deben utilizarse por indicación del médico cuando sospeche una infección bacteriana simultánea. Así pues, el tratamiento más habitual de los cuadros respiratorios agudos de etiología viral consiste en paliar los síntomas mientras la enfermedad sigue su curso y las defensas del organismo eliminan los virus.

Tanto la gripe como el resfriado se alivian con antigripales o anticatarrales, con descongestivos, mucolíticos, etc. y en la farmacia recomiendan el que mejor se adapta a nuestros síntomas:

- Analgésicos. Alivio de la fiebre, el dolor de garganta, de cabeza y otras localizaciones y el malestar general.

- Descongestivos sistémicos. Descongestión menos importante que los descongestivos tópicos pero no presentan el efecto rebote ni producen irritación.

- Antihistamínicos. Disminuyen la cantidad de moco segregado, aliviando la rinorrea.

- Antitusígenos. La tos no debe ser sistemáticamente suprimida por ser un mecanismo de defensa del organismo, destinado a eliminar obstrucciones o sustancias extrañas de las vías respiratorias.

- Mucolíticos y expectorantes. Facilitan la expulsión del esputo. El mucolítico disminuye la viscosidad de la secreción mucosa bronquial y el expectorante estimula los mecanismos de eliminación.

- Antisépticos bucofaríngeos. Efecto emoliente, que estimula la salivación disminuyendo así la sequedad de garganta.

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Autor: IM Farmacias
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