Bienestar íntimo, calidad de vida para la mujer

Las mujeres cada vez son más conscientes de la importancia de cuidar su zona íntima y suelo pélvico. Los conocimientos en las patologías mejoran día a día, y cada vez más laboratorios se preocupan de lanzar gamas completas para esta delicada zona. El farmacéutico debe actualizarse para ofrecer el mejor consejo.

16/01/2019

La vulva engloba el conjunto de órganos genitales femeninos externos que se sitúan en el área perineal. Está constituida por el monte de venus, los labios mayores y menores, el himen, el clítoris, el vestíbulo vaginal, el bulbo vestibular, el orificio uretral y las glándulas de Skene y Bartholin. La piel ...

La vulva engloba el conjunto de órganos genitales femeninos externos que se sitúan en el área perineal. Está constituida por el monte de venus, los labios mayores y menores, el himen, el clítoris, el vestíbulo vaginal, el bulbo vestibular, el orificio uretral y las glándulas de Skene y Bartholin.

La piel de la zona externa vulvar es similar a la de otras localizaciones corporales, aunque en general se encuentra más hidratada. Presenta una capa externa queratinizada y un gran número de folículos pilosos y glándulas sebáceas y sudoríparas. Los labios menores están formados por tejido conectivo denso, tejido eréctil y fibras elásticas. Presentan numerosas glándulas sebáceas, pero al contrario que los mayores, carecen de tejido adiposo, glándulas sudoríparas y folículos pilosos.

Es una estructura altamente vascularizada e inervada, tanto a nivel motor como sensitivo, y cuenta con numerosos receptores androgénicos y estrogénicos. Sin embargo, los receptores progestagénicos están restringidos al interior de los labios menores y el epitelio vestibular y vaginal.

Desde el punto de vista inmunitario, el epitelio vulvar presenta una alta densidad de células de Langerhans, mientras que en el vaginal son más frecuentes los linfocitos. Por su parte, el moco cervical contiene un alto número de inmunoglobulinas. Es, pues, una zona de alta sensibilidad antigénica, por lo que la probabilidad de que se produzcan dermatitis de contacto es mayor que en otras regiones del organismo.

Se trata por tanto de una zona de alta absorción y especialmente sensible a las sustancias irritantes y sensibilizantes, así como muy favorable para el crecimiento microbiano. Por todo ello, la higiene íntima es esencial para evitar infecciones y mantener un estatus saludable y debe realizarse con especial cuidado para evitar dermatitis irritativas o alérgicas.

Higiene íntima

Algunos de los productos específicos para higiene y cuidado de la zona vulvar son:

Geles limpiadores. Soluciones acuosas de tensioactivos de carácter anfótero, la mayoría de ellos derivados del aceite de coco, como la cocoamidopropil betaína o los ésteres de polietilenglicoles (PEG), que también poseen propiedades emolientes y acondicionadoras de la piel. Muchos de estos productos contienen activos hidratantes (aloe, ácido láctico o diversos polisacáridos), así como extractos vegetales con propiedades antipruriginosas (bardana, hamamelis…), antisépticas (melaleuca, bardana…) y calmantes (caléndula, camomila...) o los componentes principales de algunos de estos extractos (bisabolol, limoneno, geraniol…).

Toallitas. Tejidos impregnados en un líquido que, en la mayoría de los casos, es una emulsión ligera de ésteres de polietilenglicoles, aunque también existen toallitas en cuya elaboración se emplea una solución acuosa con altas concentraciones de glicerina y/o propilenglicol e incluso una en la que se utiliza una solución hidroalcohólica. Casi todas ellas incorporan ácido láctico y algún extracto vegetal, entre los que destacan por su frecuencia los de camomila y hamamelis.

Preparados hidratantes y lubricantes. Aunque la mayor parte de los productos disponibles en la farmacia se comercializan bajo la denominación de geles, más de la mitad son en realidad cremas gel. También hay tres preparados a base de aceites. Muchos de estos productos contienen aloe y/u otros activos que favorecen la retención de humedad, como ácido láctico, ácido hialurónico o diversos polisacáridos. También es frecuente que para este mismo fin incorporen extractos vegetales ricos en mucílagos (malva, diversas algas…) y otros extractos calmantes (camomila, caléndula…) o con propiedades estrogénicas (soja, trébol rojo).

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Autor: IM Farmacias
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