La farmacia rural es esencial dentro del modelo de farmacia en España. Hoy visitamos el entorno rural para conocer su realidad actual, en concreto viajamos hasta Revilla de Camargo, un pueblecito de no más de 2 mil habitantes cercano a Santander. Allí nos encontramos con María García del Hierro, una ...
La farmacia rural es esencial dentro del modelo de farmacia en España. Hoy visitamos el entorno rural para conocer su realidad actual, en concreto viajamos hasta Revilla de Camargo, un pueblecito de no más de 2 mil habitantes cercano a Santander. Allí nos encontramos con María García del Hierro, una boticaria entregada por y para sus clientes. "En mi caso es algo vocacional, siempre he querido ser farmacéutica. Son cuatro las generaciones que nos preceden a mi hermana y a mí en esta farmacia".
Orgullosa de su profesión, cumple 6 años al frente de la farmacia Rodrigo García. "Conformamos una profesión que aprecia el estudio, la investigación y la formación para actualizarnos y proporcionar consejo con rigor científico", nos confiesa con gran entusiasmo. "Participamos en asociaciones científicas, en la vida colegial y en muchos otros ámbitos. Además disponemos de varios segmentos de especialización según nuestras preferencias: dermofarmacia, óptica, ortopedia, fitoterapia, homeopatía, y nutrición entre otras".
Diversificación que sin duda repercute en el cliente porque supone un valor añadido. "No queremos quedarnos reducidos al ámbito de la oficina de farmacia, sino que deseamos aportar nuestros conocimientos a la profesión en beneficio del paciente".
Un paciente cada vez más mayor y con más necesidades. "En su mayoría son personas que superan los 50 años que buscan consejo y asesoramiento". Por tanto, función esencial la que cumple la farmacia en la sociedad, pero aún hay que seguir avanzando. "Nos encontramos en constante evolución, debemos tener la capacidad de gestionar los cambios para no quedarnos atrás". Pero ¿esto cómo se hace? "Incorporando progresivamente secciones que tiene que ver con el cuidado integral de la salud, ya que aportan mucho valor y mejoran ampliamente los tratamientos farmacológicos".
Es el caso de la dermoestética, de la que María es especialista. "Se trata de una de las secciones que han generado mayor rentabilidad en la oficina de farmacia". Aunque, claro está, se necesita formación. "En el Colegio de Cantabria impartimos cursos sobre patologías dermatológicas como la psoriasis, el acné, la rosácea… y estamos preparando un programa más extenso sobre gestión de la categoría y protocolos de tratamientos".
La incorporación de estos servicios se encamina no sólo a la sostenibilidad del modelo, sino también a la puesta en valor de los profesionales farmacéuticos. "Suponen una contribución no ya en términos económicos, sino en materia reputacional. Si queremos mantener nuestra posición frente a otros sectores es necesario conservar ese nivel formativo y científico y transformar nuestra oficina de farmacia". Y ¿cuáles son los elementos esenciales para esa farmacia del futuro? "La profesionalidad, presentar los productos de manera organizada, ordenada y estética, y proporcionar un consejo de valor".
Claves del éxito que pasan por ofrecer servicios complementarios como el seguimiento terapéutico, la deshabituación tabáquica o el SPD. "En Cantabria se están realizando programas tales como dispensación de quetiapinas con indicación fuera de ficha técnica, detección de VIH o dispensación de Kit Antisida".
María se despide de nosotros ante un futuro lleno de posibilidades. "Está claro que debemos fomentar la colaboración con la administración para optimizar el gasto y mejorarlo, aunque también debemos crear sinergias entre los profesionales sanitarios -médicos, las enfermeras y los farmacéuticos-, ésta es la única manera de reducir el gasto".
