Bienestar intestinal, microbiota y salud

El abordaje terapéutico de la diarrea pasa por la rehidratación oral, el uso de probióticos, una dieta adecuada y, en caso necesario, fármacos antidiarreicos. La diarrea es un síntoma y, por ello, el tratamiento sintomático es el más importante.

05/07/2019

Después de comer, el aparato digestivo absorbe los nutrientes y líquidos de los alimentos que se han ingerido, y elimina el residuo de los alimentos en forma de heces, a través del recto, y finalmente del ano. Este proceso llamado evacuación intestinal, se produce en un perfecto equilibrio entre la ...

Después de comer, el aparato digestivo absorbe los nutrientes y líquidos de los alimentos que se han ingerido, y elimina el residuo de los alimentos en forma de heces, a través del recto, y finalmente del ano. Este proceso llamado evacuación intestinal, se produce en un perfecto equilibrio entre la absorción de agua y electrolitos y su secreción, pero cuando se produce una alteración en dicho proceso, bien porque se absorben menos líquidos, o porque se eliminan más, el volumen de agua aumenta provocando unas heces más blandas, más frecuentes y de mayor peso. A ese síndrome se le denomina diarrea.

Aunque habitualmente suele ser leve, de corta duración (uno o dos días), y se soluciona simplemente con medidas de rehidratación y dieta progresiva (en el caso de diarrea aguda), en ocasiones puede prolongarse más allá de cuatro semanas (cuando se trata de diarrea crónica), y ser indicativa de un problema grave. En los países en vías de desarrollo es la principal causa de mortalidad infantil. En los países en vías de desarrollo es la principal causa de mortalidad infantil. En los países desarrollados, en cambio, es la conocida como diarrea del viajero la que más complicaciones suele ocasionar.

Problema sanitario

La diarrea está considerada como un problema sanitario de alta mortalidad y morbilidad, especialmente en la infancia. Anualmente, mueren en el mundo unos 4 millones de niños menores de 5 años debido a esta en- fermedad. En los países desarrollados, el 10% de los ingresos a los hospitales pediátricos se produce por esta causa. Los menores de 5 años presentan entre 1 y 2 episodios de diarrea al año, mientras que en los países en vías de desarrollo el número es de entre 10 y 20 episodios. Esto es debido principalmente al manejo inadecuado de los residuos y suministros de agua, a la ausencia de sistemas de refrigeración, hacinamiento, falta de higiene personal y difícil acceso a la asistencia sanitaria.

Tanto en niños como en adultos, la diarrea se produce por infección. En un 70% de los casos el agente causal es un virus, en un 20% es bacteriano y en un 10% se trata de parásitos. Lo cierto, es que dependiendo de la cantidad y la especie de microorganismos ingeridos la diarrea será acuosa o inflamatoria. Entre los grupos más propensos a padecer la diarrea se encuentran los viajeros con destino a países en desarrollo, los consumidores de mariscos, varones homosexuales, pacientes con VIH, ancianos, personas que reciben quimiotera- pia y niños que asisten a guarderías.

La base del tratamiento, independientemente de la etiología, es evitar la deshidratación me- diante la restaura- ción electrolítica. El reconocimiento de este hecho podría salvar la vida de muchos niños en los países en vías de desarrollo. De hecho, muchos pacientes no requieren otro tratamiento.La medida diagnóstica más eficaz es la realización de una historia clínica completa que incluya antecedentes personales, el contexto y la forma en que se produce la diarrea, y la exploración física, que en algunos casos puede requerir de exámenes complementarios. Hay que tener muy en cuenta la identificación de su etiología e instaurar un tratamiento farmacológico (si se considera oportuno) para frenar la frecuencia de las deposiciones.

Diarrea del viajero

Uno de los trastornos más frecuentes entre los turistas es la llamada diarrea del viajero. Esta enfermedad afecta a las personas que viajan a zonas con escasas condiciones de higiene. En verano esta patología aparece con más frecuencia, ya que el calor favorece la presencia de agentes infecciosos. Los colectivos más propensos a esta enfermedad son los niños, los ancianos, las mujeres embarazadas y los pacientes con enfermedades crónicas o debilitados.

La diarrea del viajero comienza generalmente a los dos o tres días de llegar al país del destino. En la mayoría de los casos, se resuelve de forma espontánea tras cuatro días aproximadamente. La causa de esta diarrea es la infección por bacterias, virus o parásitos, y su diagnóstico es difícil porque el germen varía de un país a otro y solo se identifica en algunas personas. El microorganismo infeccioso se transmite a través de los alimentos y las bebidas contaminadas, como el agua no tratada. Los alimentos de riesgo son los manipulados de forma poco higiénica, los almacenadosincorrectamenteylosqueseconserva a temperature ambiente o de forma inadecuada. El tratamiento de la diarrea del viajero depende de la gravedad del paciente. Se debe comenzar en cuanto se detecten los primeros síntomas. En el caso de diarreas leves suele bastar con cambiar de dieta e ingerir abundantes líquidos con azucares y sales.

En las farmacias existen unos preparados, conocidos como soluciones de rehidratación oral, que ayudan a reponer el líquido y las sustancias que se pierden durante el proceso diarreico. Se deben tomar pequeñas cantidades, pero de forma frecuente hasta alcanzar los dos a cuatro litros diarios. Además, también se suele recomendar seguir una dieta blanda, como cereales, arroz y yogur entre otros alimentos. Y, por supuesto, se recomienda evitar el alcohol, el café, los lácteos y los alimentos muy condimentados.

Las diarreas moderadas se caracterizan por deposiciones líquidas abundantes, acompañadas de vómitos y dolor abdominal, pero sin fiebre ni sangre en las heces. Aparte de seguir una dieta y tomar líquidos, puede ser necesario un medicamento antidiarreico. El más utilizado es la loperamida, pero no se debe utilizar durante más de dos días seguidos, en caso de fiebre, sangre en las heces o en niños menores de dos años. Cuando las deposiciones son muy abundantes, se debe acudir a un centro sanitario, donde se recomendará la toma de un antibiótico, la dosis y la duración del tratamiento. El uso rutinario de antibióticos no está recomendado, y se administrarán únicamente cuando lo indique un médico. Para prevenir esta diarrea del viajero es fundamental tomar una serie de medidas dietéticas e higiénicas. Como regla de oro siempre se deben hervir, cocinar bien y pelar los alimentos que se vayan a ingerir. Se utilizará sólo agua que haya sido hervida, desinfectada químicamente o embotellada, tanto para beber, lavar alimentos opara higiene personal. La toma de antibióticos como prevención puede ocasionar efectos adversos, con un tratamiento innecesario y costoso para muchos viajeros. La mejor prevención es seguir una buena higiene y una dieta adecuada.

Probióticos

Los probióticos son microorganismos que, generalmente, forman parte de la microbiota intestinal, y se consideran seguros y avirulentos. De hecho, muchas especies gozan de los estatus GRAS (Generally Recognized as Safe) de la Food and Drug Administration (FDA) estadounidense y QPS (Qualified Presumption of Safety) de la European Food Safety Authority (EFSA). Cada vez son dispensados e indicados con mayor frecuencia en farmacia comunitaria medicamentos y complementos alimenticios que cuentan con probióticos y/o prebióticos en su composición. Administrados en la cantidad adecuada, los probióticos contienen un efecto beneficioso para la salud del sujeto que los recibe. Su ingesta se ha demostrado eficaz en situaciones de desequilibrio de la microbiota del organismo que afecta al sistema digestivo, urinario, inmunitario y al bienestar íntimo de la mujer. Así, permiten reforzar las defensas del organismo y mejorar trastornos como la diarrea en adultos o niños (infecciosa o asociada al uso de antibióticos), estreñimiento, pesadez o gases. Los probióticos tienen también efectos beneficiosos en el bienestar urinario y en los desequilibrios de la flora vaginal que derivan en vaginosis bacteriana o vulvovaginitis candidiásica, así como en el cuidado de la sequedad vaginal.

Además de sus efectos positivos en situaciones de estrés, se recomineda su consumo en caso de tratamiento con antibióticos, dado que destruir las bacterias patógenas son capaces de eliminar también las bacterias beneficiosas de nuestra microbiota.

Los probióticos han demostrado ser útiles y beneficiosos en el tratamiento de la diarrea aguda infecciosa en niños y adultos, en la prevención de la diarrea asociada a antibióticos y en determinadas enfermedades inflamatorias intestinales. También se ha observado una mejora de los síntomas debidos a la mala digestión de la lactosa y de algunos síntomas del síndrome del colon irritable, así como su utilidad en la prevención de la enterocolitis necrotizante en recién nacidos pretérmino. Asimismo, son múltiples los estudios internacionales en marcha con el objetivo de seguir explorando la eficacia de otras propiedades asociadas a los probióticos.

El farmacéutico comunitario, como profesio- nal sanitario más accesible a la población, tiene ante sí el reto y la responsabilidad de disponer de toda la formación e información científica actualizada que le permita ofrecer una adecuada atención farmacéutica en esta materia, favoreciendo un uso adecuado de los productos disponibles que sí cuentan con una evidencia y seriedad demostrables.

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Autor: IM Farmacias
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