Desde siempre supo cuál era su profesión, no en vano, se crió en una familia de farmacéuticos donde todo giraba en torno a la botica. Antonio Serrano comenzó a trabajar en 2014 gracias a una beca de formación del COF de Córdoba. "Empezar en el sector de la mano de ...
Desde siempre supo cuál era su profesión, no en vano, se crió en una familia de farmacéuticos donde todo giraba en torno a la botica. Antonio Serrano comenzó a trabajar en 2014 gracias a una beca de formación del COF de Córdoba. "Empezar en el sector de la mano de grandes profesionales como son los que, a día de hoy, conforman todos los Colegios Oficiales de Farmacéuticos, supuso cimentar una base de mi profesión que me acompañará toda mi vida y con la que podré hacer frente a los diferentes retos con los que nos encontramos diariamente los farmacéuticos".
Y es que este joven boticario tiene muy claro que la formación es el futuro: "Ser farmacéutico es una profesión muy enriquecedora, pues tienes que estar al día de las novedades en materia de salud y de las nuevas tecnologías". Gran apasionado de su labor, Antonio apuesta por nuevos servicios asistenciales, nuevas campañas sanitarias, nuevas aplicaciones tecnológicas, etc., "porque son esenciales para evolucionar".
La botica ubicada en una zona céntrica de la capital cordobesa aún conserva la esencia de barrio. "El tipo de cliente de una farmacia urbana es cosmopolita, es decir, demanda una atención personalizada y de calidad. Hoy día, las farmacias cuentan con un capital humano muy importante y la atención que se presta en la farmacia comunitaria es muy valiosa".
Y precisamente esa contribución social ha sido fundamental en los momentos de crisis. "La farmacia comunitaria ha tenido que destacar su papel, ya que desde diferentes ámbitos de la sociedad han intentado minusvalorarnos como profesionales sanitarios", advierte, y continúa: "no hemos sabido exponer todo el beneficio que aportamos diariamente a la sociedad y cuyos resultados tanto en cuestión de salud como de eficiencia del sistema sanitario, se ven reflejados y apoyados en cada una de las acciones que llevamos a cabo".
Pero, es que además, el farmacéutico cumple una función esencial en la prevención al tiempo que ayuda a reducir los costes del propio sistema sanitario. "El futuro está en seguir apostando por campañas sanitarias; en la prestación de servicios asistenciales que favorezcan la reducción de las listas de espera y los colapsos en los centros hospitalarios; y en la formulación magistral que permite obtener tratamientos personalizados".
Servicios profesionales que están al alza, como es el caso de la dermofarmacia. "Con la llegada de las reducciones de márgenes de fármacos tuvimos que apostar por familias de productos cuyo margen no estuviese regulado por las administraciones, como son productos de parafarmacia y autocuidado".
Por tanto, mayor diversificación del modelo de negocio, más cartera de productos y equipos multidisciplinares, esa es la clave del futuro. "La sostenibilidad de la farmacia pasa porque la administración apoye el trabajo conjunto de médicos, farmacéuticos y demás personal sanitario estableciendo entre ellos un vínculo en favor de los pacientes".
Claro está, esto conlleva un cambio en la propia imagen del boticario. "Para evitar ser vistos como meros dispensadores, debemos hacer valer nuestra profesionalidad sanitaria centrándonos en el medicamento y en la salud de los pacientes".