Consejos para cuidar la salud bucodental de los más pequeños

La caries es la enfermedad más común de la infancia en España llegando a afectar a más del 30% de los niños menores de seis años. Ante esta situación, DENTAID aconseja prevenir este problema recuperando unos buenos hábitos de higiene bucodental coincidiendo con el inicio del curso escolar y poniendo de relieve el papel clave que ejercen los padres para una buena salud bucal para sus hijos.

Actualmente, nueve de cada diez caries no reciben el tratamiento oportuno en España y el 75% de los niños menores de tres años no ha ido al dentista, según los últimos datos presentados por el Consejo General de Dentistas y la Sociedad Española de Odontopediatría. Ante este escenario, resulta imprescindible reforzar la prevención, desde que los niños son muy pequeños, y se les debe concienciar de la importancia de tener unos dientes sanos. Una dieta sana y equilibrada y un cepillado de, al menos, dos veces al día desde que salen los primeros dientes son medidas de prevención primordiales.

Para ello, "el papel de los padres es fundamental tanto a la hora de seguir una rutina específica como en el momento de acudir al odontopediatra para hacer las revisiones apropiadas. La vuelta al cole es un momento ideal para empezar a implementar dichas rutinas. Con el verano algunas de ellas pueden verse alteradas o modificadas, cosa que puede llevar a perder algunos buenos hábitos de higiene bucodental", explica el Dr. Xavier Calvo, odontólogo periodoncista.

Consejos para cuidar la salud bucodental de los más pequeños:

1. Crea un hábito. Es esencial que padres y madres estén pendientes de la salud bucodental de sus hijos y que introduzcan los hábitos necesarios. Para ello, se recomienda que toda la familia siga la rutina de higiene bucodental juntos, así los más pequeños aprenden como hacerlo. A partir de los dos años, cuando el niño ya tiene todos los dientes de leche, se recomienda que él mismo comience a realizar el cepillado al menos dos veces al día o preferiblemente después de las comidas, e intentando conseguir la duración de dos minutos. No obstante, es aconsejable que los padres los acompañen y repasen diariamente el cepillado de los niños.

2. Hazlo fácil y atractivo. Para implicar a los más pequeños en esta rutina es importante que ellos mismo elijan su cepillo de dientes, siempre teniendo en cuenta que respete las encías y dientes, que sea eficaz y que se adapte a la anatomía de la boca y la mano del niño.

3. Utiliza un dentífrico con flúor y pon la cantidad de un guisante. Para prevenir la caries, es recomendable el uso de un gel dentífrico con una concentración de flúor adaptada a la edad del niño, que a partir de los dos años es de 1.000 ppm de ion flúor y de baja abrasividad para evitar daños en el esmalte dental. La cantidad estimada a utilizar de gel fluorado sería similar al tamaño de un grano de arroz hasta los 3 años y a partir de los 3 años similar al tamaño de un guisante. Una vez terminado el cepillado, los padres deben controlar que el gel se escupa y que no se ingiera. Además, se recomienda no enjuagar tras el cepillado y solo escupir los restos de gel dentífrico para que los ingredientes activos estén más tiempo en contacto con los dientes.

4. Visita al odontopediatra al menos 1 vez al año. El desarrollo de la cavidad bucal se produce sobre todo en la edad infantil y es recomendable asistir a un profesional en cuanto sale el primer diente. La revisión del odontopediatra controlará la correcta erupción de los dientes y factores como la oclusión o la alineación, y permitirá anticiparse a cualquier trastorno o patología bucal como la detección temprana de caries. Por ello, se recomienda visitarlo al menos 1 vez al año.

5. Controla la alimentación. Hay que evitar alimentos con alta cantidad de azúcar, especialmente aquellos de consistencia blanda y pegajosa. En caso de comerlos hay que intentar lavar los dientes lo antes posible para evitar una elevada exposición del azúcar en los mismos. Además, es recomendable no picar entre horas y hacer las 5 comidas recomendadas.

"Seguir estas recomendaciones es fundamental ya que hay que tener en cuenta que los dientes de leche también son los responsables de mantener el espacio suficiente para la salida de los dientes definitivos. Si se pierde un diente de leche de forma temprana, los adyacentes pueden moverse hacia el espacio edéntulo (sin diente), lo que puede provocar falta de espacio para la salida de los dientes definitivos. Esta situación puede causar malposición de los dientes definitivos. Además, los dientes de leche tienen menor grosor de esmalte y dentina, por lo que, en caso de caries, ésta progresará más rápido y afecta al tejido nervioso más deprisa que en los adultos", concluye el Dr. Xavier Calvo.

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