La manteca de Karité es ideal para hidratar la piel y el cabello del frío y del calor. Será el fiel compañero que te cuidará siempre que lo necesites. Esta común y conocida manteca procede del árbol karité, propio de la sabana africana. Su significado nos da pistas de cómo ...
La manteca de Karité es ideal para hidratar la piel y el cabello del frío y del calor. Será el fiel compañero que te cuidará siempre que lo necesites. Esta común y conocida manteca procede del árbol karité, propio de la sabana africana. Su significado nos da pistas de cómo lo encontramos en nuestro uso y aplicación habitual. Karité significa `árbol de mantequilla´. Es un árbol muy bonito y frondoso que por su forma y sus frutos nos recuerda a nuestros queridos olivos.
El fruto del karité son unas drupas muy similares de forma parecida a la aceituna, pero cubiertas de una cáscara fina tipo avellana. Se cosechan desde mediados de junio a mediados de septiembre. Una vez recolectadas, se retiran las cáscaras para dejar la almendra. Se lavan bien para eliminar impurezas y se dejan secar para luego extraer, mediante presión la grasa que dará lugar a la manteca. Dado su origen, esta especial mantequilla ha sido utilizada por las madres africanas como producto cosmético y terapéutico para toda la familia, gracias a sus propiedades curativas e hidratantes excepcionales.
Se caracteriza por su textura sólida, aunque maleable, que con facilidad se derrite al entrar en contacto con el calor de las manos antes de cada aplicación. Esta particularidad hace que sea idónea para situaciones donde nuestra piel necesite un extra de hidratación y de protección.
Sus propiedades se deben a que en su composición encontramos ácidos grasos con gran poder nutritivo, una gran fuente de vitaminas y minerales para mejorar la cicatrización, así como una gran acción calmante sobre nuestra piel.
Dentro de las aplicaciones que podemos otorgarle, destaca su indicación como regenerador celular ante un eccema localizado, codos o talones agrietados o para prevenir o tratar las estrías.
Debida su gran fortaleza y corpulencia se trata de un excelente protector frente al frío y el calor, ya que forma una barrera protectora sobre nuestra piel. También es muy utilizada para reparar nuestros labios asociados a tratamientos medicamentosos o a lesiones provocadas por la exposición al frío.
