Una alimentación sana y responsable desde la lactancia

Las oficinas de farmacia reciben a diario multitud de consultas relacionadas con la alimentación infantil. Se trata de una categoría de producto muy amplia y variada, que permite fidelizar a la clientela, gracias al adecuado consejo farmacéutico.

29/11/2019

Nadie duda de que los padres siempre quieren lo mejor para sus hijos... y en este caso la farmacia es el lugar ideal para resolver dudas, especialmente en el caso de padres primerizos, que quieren ofrecer lo mejor en cuanto a alimentación y nutrición infantil. La profesionalidad del farmacéutico ofrece ...

Nadie duda de que los padres siempre quieren lo mejor para sus hijos... y en este caso la farmacia es el lugar ideal para resolver dudas, especialmente en el caso de padres primerizos, que quieren ofrecer lo mejor en cuanto a alimentación y nutrición infantil. La profesionalidad del farmacéutico ofrece confianza, y se trata de una categoría que, bien gestionada, puede ofrecer una interesante rentabilidad a la farmacia. Los datos del mercado, sin embargo, hablan de un ligero descenso en las cifras de facturación. El nuestro es un país donde la natalidad desciende año tras año, y a la vez se da el auge de determinadas corrientes que defienden métodos de alimentación más naturales, como el llamado "Baby Led Weaning (BLW)" o alimentación autorregulada por el bebé, que consiste en ofrecer alimentos sólidos desde los seis meses, sin pasar por la etapa de papillas, son los responsables de este ligero decrecimiento. De cualquier modo, sigue siendo una categoría que puede proporcionar muchos beneficios, siempre que sea bien trabajada desde el asesoramiento y la formación, y por supuesto se le ofrezca un espacio visible y destacado en la farmacia, además de resultar competitivos en precio con respecto a otros canales.

Unas necesidades específicas

Los bebés y los niños tienen unas necesidades nutricionales muy específicas, propias de momento de crecimiento y desarrollo motriz e intelectual que atraviesan. También es importante tener en cuenta que durante los primeros años se instaurarán una serie de hábitos que probablemente marcarán su manera de alimentarse a lo largo de su vida adulta. El recién nacido obtiene la energía que necesita para su desarrollo completo únicamente con la ingesta de leche, hasta los seis meses, siendo la lactancia materna la opción preferente, de ser posible.

La alimentación es importantísima durante toda la vida de la persona, pero aún lo es más durante el primer año de vida, porque en este periodo el niño necesita la energía y los nutrientes fundamentales no sólo para mantenerse con vida, sino para lograr un rápido desarrollo de sus tejidos, órganos y funciones. Un desequilibrio en la dieta durante este periodo inicial puede dar lugar a problemas en el crecimiento y a alteraciones en el desarrollo del sistema nervioso central, por ello es imprescindible que los padres conozcan sus necesidades nutritivas y cuál es la forma más idónea de satisfacerlas.

Las características fisiológicas del recién nacido a término, es decir entre la semana 40 y 42 de gestación, son específicas, de manera que las funciones de algunos órganos todavía no son completas. En el caso del aparato digestivo, por ejemplo, la capacidad de asimilación todavía no es completa, por lo que el tracto intestinal aún no puede digerir ni absorber perfectamente. El desarrollo neuromuscular también es muy bajo, la escasa madurez de su cerebro sólo permite al recién nacido succionar líquidos y tragarlos, incluso tiene que aprender a coordinar succión, deglución y respiración. También la función renal está limitada, especialmente la capacidad de eliminar sodio, y la regulación enzimática no es completa. Todas estas funciones no se regularizan hasta el cuarto mes, por eso la alimentación complementaria no debe introducirse nunca antes de los cuatro meses, y en general los pediatras recomiendan esperar a los seis meses de edad del bebé. En cuanto al desarrollo cerebral, las células gliales continúan multiplicándose hasta el segundo año.

Lactancia artificial

En la actualidad, la lactancia materna es considerada como el mejor método de alimentación que se puede ofrecer al lactante, sin embargo, algunas causas de sustitución total o parcial de la lactancia materna pueden ser debidas a alteraciones anatómicas, funcionales o psicológicas de la madre, así como anomalías en la boca (frenillo) o disfunciones del lactante en la succión. Los motivos laborales, el estrés o incluso tratamientos farmacológicos pueden ser otros factores que dificulten o imposibiliten la lactancia materna.

Es en este momento cuando entra en juego la asesoría y el consejo del farmacéutico, porque aunque muchos padres llegan a la farmacia con una recomendación del pediatra, otros lo hacen sin ninguna, y en la mayoría de los casos el farmacéutico se encuentra a una pareja con muchas dudas e inquietudes sobre cuál es el mejor tipo de alimentación que puede ofrecerle a su bebé. El profesional farmacéutico es el que mejor conoce la gran variedad de productos, adaptados a cada necesidad específica que pueda presentar el lactante, y siempre tendrá en cuenta las recomendaciones del pediatra.

Los productos de alimentación infantil que se venden en farmacias cumplen todos los requisitos necesarios para satisfacer todas las demandas energéticas y nutricionales de cada niña o niño en función de sus diferentes fases de crecimiento y desarrollo.

Por lo que se refiere a las leches de fórmula, pueden estar realizadas a base de leche de vaca, de concentrados de proteína, preferentemente de soja, o a base de hidrolizados de proteína, y nos encontramos las siguientes tipologías:

- Fórmulas de inicio o tipo I. Están adaptadas para lactantes desde 0 hasta 4-6 meses.

- Fórmulas de continuación o tipo II. Son leches adaptadas para niños de 6 a 12 meses que suelen suplementarse en hierro para favorecer el desarrollo cerebral y evitar la anemia. Aunque la alimentación se diversifica a partir de los 6 meses, debe aportar como mínimo el 50% de las necesidades energéticas diarias, con lo que se asegura una correcta ingestión de niveles adecuados de todos los nutrientes.

- Fórmulas de crecimiento o tipo III. Leches adaptadas para niños de 1 a 3 años.

- Leches especiales. También contemplan la clasificación en tipo I, II y III, y están específicamente diseñadas para cubrir las necesidades de lactantes con algún tipo de deficiencia o trastorno fisiológico o metabólico. Pueden ser leches antirregurgitación, para niños que no cogen suficiente peso; antiestreñimiento; sin lactosa; hidrolizadas para disminuir los cólicos; leches para prematuros, etc.

Para leer el artículo completo, haz clic en el PDF adjunto

Autor: IM Farmacias
Nuestros Podcasts