Auge en probióticos y descomposición en las ventas de antidiarreicos

Algunas semanas antes del día mundial de la alimentación llegaron cambios significativos para un capítulo importante de las ventas OTC en las farmacias. Con el auge de los probióticos para el aparato digestivo, también se agudizó la descomposición en las ventas de microorganismos antiartríticos. Fenómenos ya observados en mayo de este año, pero confirmados una vez más a partir de los datos aportados por la firma IQVIA.

16/12/2019

Con la celebración del Día Mundial de la Alimentación aún en la retina, este análisis, para el que resultaron imprescindibles los datos aportados por IQVIA, tiene una doble vertiente que a su vez se desdobla en otras dos partes bien diferenciadas. Por un lado, estas páginas muestran la cara amable ...

Con la celebración del Día Mundial de la Alimentación aún en la retina, este análisis, para el que resultaron imprescindibles los datos aportados por IQVIA, tiene una doble vertiente que a su vez se desdobla en otras dos partes bien diferenciadas. Por un lado, estas páginas muestran la cara amable que puede tener cualquier mercado, pero sin esconder la amarga, por el otro. Junto a la bonanza en ventas observada en los probióticos destinados a la protección y la salud del Aparato Digestivo, también resulta necesario describir el declive de una clase importante como es la de los microorganismos comerciales para poner coto a las colitis, los cólicos y las diarreas.

De fermentaciones y efectos positivos

Al situar este discurso en un contexto de alimentación sana, procede tener en cuenta las palabras del profesor Humberto Martín Brieva, docente del departamento de Microbiología y Parasitología de la Facultad de Farmacia de la Universidad Complutense de Madrid (UCM), para quien la conmemoración del día más internacional de la Alimentación debe servir para reivindicar una dieta mediterránea caracterizada por ofrecer un 30% de alimentos fermentados entre lácteos como el queso o el yogur, los encurtidos o los panes de masa madre que se encuentran con frecuencia creciente en la cesta de la compra. Razón por la que el pasado 16 de octubre, día de la efeméride, este profesor insistió en que este tipo de alimentos se distinguen por sus características organolépticas, la garantía alimentaria que suponen y su aportación al bienestar. Como contribución a una mejor digestibilidad y aportación de microorganismos probióticos y componentes prebióticos muy favorables a la salud intestinal.

Nutrir para sanar

Como reguladora interna de la marcha del organismo, la microbiota, o flora intestinal, no sólo ayuda a digerir los alimentos, sino que también produce, a través de sus bacterias, vitaminas, ácidos grasos y biliares, y estimula el sistema inmune. Además de poder atenuar el proceso de envejecimiento orgánico. Dado que es muy sensible a factores como la obesidad, la alergia, el asma, la enfermedad inflamatoria intestinal y las diarreas; y guarda una estrecha relación con el cáncer colorrectal y las alteraciones del Sistema Nervioso Central. Efectos indeseados que pueden ser mitigados, en mayor o menor medida, con una dieta adecuada y la ingesta bien ponderada de probióticos. Tal como refirieron recientemente los doctores de la Universidad de Oviedo, Carlos López-Otín y Pedro Moral Quirós, los ratones de una misma camada muestran una mayor longevidad cuantas más bacterias beneficiosas tienen en su intestino, respecto a las sus hermanos menos sanos. En ese sentido, la microbióloga Mikele Macho, especialista adjunta al servicio de Microbiología Clínica y Control de Infección del Hospital Universitario Basurto, razonó que los actuales estilos de vida en los que predominan el estrés y una alimentación incorrecta en calidad, cantidad y malos horarios se suman a otros factores como la contaminación ambiental con el resultado de deteriorar la salud. Realidad que también se puede detectar cuando la microbiota está alterada y se producen casos de hinchazón o dolor en el abdomen, meteorismo, dolencias intestinales, estreñimiento o diarrea. Que en su grado extremo pueden llevar a problemas neurológicos y cáncer colorrectal.

Una tesis que esta doctora contrapuso al consumo de probióticos y efecto favorable para el sistema inmune, además de la regulación de los neurotransmisores y la reducción del estado inflamatorio que acompaña al citado envejecimiento.

Estos expertos diferenciaron igualmente entre la base genética de cada individuo, que determina la microbiota intestinal, y otros factores como la edad, la dieta y la ingesta de antibióticos. Fármacos estos últimos destinados a atajar peligrosas infecciones que, sin embargo, pueden causar disbiosis en dicha flora intestinal, si su uso es inoportuno y sostenido, ya que el abuso de antibióticos puede dañar la microbiota de forma permanente, en alguna de sus especies necesarias.

Enviados especiales al intestino

De acción más directa que los prebióticos, también llamados alimentos funcionales, los probióticos ya no son hidratos de carbono destinados a que pasten las más de 1.000 especies diferentes de bacterias que pueblan el microbioma del intestino para restablecer su equilibrio. Dichos probióticos contienen organismos vivos enviados directamente a la zona, ya sea en forma de productos o inmersos en alimentos de los que el más clásico sería el yogur. Obtenido tras la fermentación de la leche mediante distintas bacterias, en consideración similar al chucrut, la kombucha y el kimchi, como informa la Clínica Mayo desde Estados Unidos. Dado que muchos de estos suplementos probióticos están indicados para problemas de salud como el síndrome del intestino irritable, el consejo profesional cobra especial relieve al existir múltiples presentaciones, ya sea por cepas específicas, combinaciones de especies de bacterias y sus diversas marcas comerciales. Donde solo los lactobacilos, por ejemplo, cuentan con más de 120 especies, siendo profusamente usados como probióticos al menos una docena de ellos.

Tantas ventajas como bacterias

Bien conocidos del farmacéutico, probióticos de especies como los lactobacillus y bifidobacterium ayudan a un buen equilibrio intestinal al repoblar la mucosa y facilitar que tenga a punto sus mecanismos inmunitarios, además de ocupar el espacio que podrían colonizar potencialmente colonias de patógenos indeseables.

A la hora de calibrar los beneficios que representan los probióticos, procede recordar que son de naturaleza inmunológica y no inmunológica, además de dietética. Dentro de estos primeros beneficios inmunológicos, está claro que activan los macrófagos locales para aumentar la presentación de los antígenos a los linfocitos B y aumenta la producción de inmunoglobulina A secretoria (IgA) tanto local como sistémicamente. Además de modular los perfiles de citoquinas y acallar la respuesta a los antígenos de los alimentos.

Respecto a los citados beneficios no inmunológicos, los probióticos contribuyen a la digestión de los alimentos, en competencia directa por los nutrientes disponibles con los patógenos. Entidades cuya proliferación dificulta al modificar el pH del contexto orgánico en el que se encuentran unos y otros inmersos. Una lucha contra el patógeno hostil que se incrementa al producir bacterioquinas que procuran su inhibición. Dentro de una diversidad funcional que les habilita para fagocitar los radicales superóxidos. Así mismo, los probióticos estimulan la producción de la mucina, proteína secretada por la mucosa de alto peso molecular y muy glicosilada que producen las células de los tejidos epiteliales por su utilidad de barrera intestinal tanto física como química. Con el resultado de que se dificulta la adherencia de los patógenos a la mucosa, que se ven obligados a divagar sin agarre, siendo más vulnerables y viendo reducida su capacidad para liberar toxinas.

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Autor: IM Farmacias
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