"Poder acceder a una farmacia es poder acceder a la salud"

Nos acercamos hasta el centro de la capital cordobesa para conocer una de las boticas más antiguas de la ciudad. Desde que su abuelo decidiera abrirla en 1935, varios han recogido el testigo de una profesión que se ha convertido en una auténtica historia familiar. En la entrada de su oficina de farmacia de Bujalance nos recibe Elena Grande. "Llevo más de 13 años ejerciendo como farmacéutica adjunta en la farmacia de mi padre, Fernando Grande Gónzalez de Canales en el centro de Córdoba capital, mi abuelo Enrique fue el primer titular abriéndola en 1935, y desde hace poco más de 2 años ejerzo como titular de una farmacia en Bujalance, de donde era mi abuela paterna".

El municipio situado en la campiña cordobesa ofrece un paisaje único y espectacular. Desde aquí Elena atiende a diario a los vecinos del pueblo. "Se trata de una farmacia rural donde el volumen de recetas de seguridad social es mayor que la parafarmacia, hacemos guardias en turnos rotatorios con las otras dos farmacias del pueblo". Con un perfil de cliente heterogéneo, a su farmacia acuden desde recién nacidos hasta personas de la tercera edad. "El ambiente es muy agradable y cordial, les gustan que les demos un consejo farmacéutico experto para todas sus dudas, las pautas de posología o las posibles interacciones en su medicación".

Por tanto, la atención farmacéutica es fundamental ¿es así? "Exacto, es la labor más importante que realizamos los farmacéuticos, sobre todo los boticarios rurales ya que podemos ayudar al paciente a una mejor adherencia al tratamiento gracias al acceso fácil y fluido que tenemos a los médicos de atención primaria".

Y esto es posible, también, por la formación cualificada y la preparación profesional que poseen los farmacéuticos actuales. "He visto evolucionar la farmacia hacia una mayor profesionalización con la formación de sus titulares presentes en las redes sociales, ofreciendo un abanico de servicios novedosos como dietética, nutrición o dermofarmacia". Claro está, todo ello sin per- der de vista la esencia del modelo mediterráneo en la cual el binomio titularidad propiedad garantiza dos cosas muy importantes: la total independencia como profesionales sanitarios, y la capilaridad del sistema. "Poder acceder a una farmacia es poder acceder a la salud", sentencia Elena.

Qué duda cabe que la farmacia tiene un gran futuro por delante. "Todos queremos vivir más y mejor, y a eso podemos contribuir todos los farmacéuticos como profesionales sanitarios que estamos a pie de calle". Por ejemplo, recomendando a la ciudadanía hábitos de vida saludables, aportando asesoramiento especializado, y con ello reduciendo el tempo en las consultas en atención primaria, entre otros beneficios.

Esta labor esencial para la sociedad colisiona con la aplicación de recortes. "Las distintas medidas realizadas por los distintos Gobiernos a causa de la crisis que hemos vivido han tenido mayor y menor acierto según se vea, pero desde luego no han sido bien recibidas por el paciente". Es el caso de la subasta de medicamentos en Andalucía "la que cada vez que cambiaba, el envase del medicamento daba lugar a confusión a los pacientes y problemas en la adherencia al tratamiento".

Por tanto, tiempos complejos para la farmacia que reacciona con gran dinamismo y actividad frente a los problemas. "Se trata de una profesión que se actualiza constantemente con la aparición de nuevos medicamentos para curar diversas patologías y con formación actualizada. Es por ello que es esencial la función que realizan los colegios oficiales, en concreto el de Córdoba del que formo parte como vocal de dermofarmacia".

En suma, futuro sí que hay, siempre y cuando las farmacias sigan ofreciendo "servicios asistenciales especializados dirigidos a mejorar la salud y el bienestar de los pacientes".