Nadie dijo que ser farmacéutica rural fuera fácil. Nuria Gutiérrez lo sabe de primera mano. La escuchamos: "Hace 19 años dejé mi puesto de trabajo en una farmacia de barrio en Santander, con mi horario fijo, mis vacaciones… Para venirme a Valderredible a convertirme en la boticaria de su pequeña ...
Nadie dijo que ser farmacéutica rural fuera fácil. Nuria Gutiérrez lo sabe de primera mano. La escuchamos: "Hace 19 años dejé mi puesto de trabajo en una farmacia de barrio en Santander, con mi horario fijo, mis vacaciones… Para venirme a Valderredible a convertirme en la boticaria de su pequeña o cina de farmacia. A los 2 años y medio nace mi hija Lucía y 2 después llega Lucas, y ahí estaba yo, sin baja de maternidad, ni vacaciones, con la farmacia, dos hijos pequeños… No fue fácil…", suspira, y continua: "Pero es que no es fácil ser farmacéutica rural, y menos con todos los vaivenes de la profesión". Gracias a sus padres incondicionales, ella ha logrado cumplir su sueño: tener su botica rural. Dice sentirse una afortunada por ejercer una vocación de servicio: "Aquí en los pueblos, a día de hoy, creo que es realmente donde damos un auténtico sentido a nuestra profesión, puesto que acabamos haciendo un servicio sanitario integral a la población".
Así es, pero, ¿cuál es el secreto? "Hay que hacer de farmacéutico, pero sobre todo hay que saber escuchar al paciente dedicándole el tiempo que necesite, convirtiéndonos en algo más que dispensadores de medicamentos, haciendo una labor social, porque ayudar y acompañar a la gente es lo más reconfortante".
Si lugar a dudas, Nuria es una entregada a su trabajo que adquiere unas singularidades propias en el entorno rural. "El tema de la despoblación es un fenómeno que nos afecta de lleno a todos los farmacéuticos rurales; si no conseguimos fijar a la población joven creando puestos de trabajo y ofreciendo servicios, va a ser muy difícil ganar la batalla". Y es que, a pesar de que el modelo en sí mismo es muy bueno, garantizando un servicio a poblaciones rurales muy deslocalizadas, "si no cambia nada, estas están abocadas a desaparecer. De ahí la necesidad de agudizar el ingenio aumentando los servicios".
Un futuro lleno de oportunidades, con nuevos servicios que "nos prestigian como profesionales y que nos hacen diferenciarnos de otros canales de venta". Es el caso, por ejemplo, de Nuria, que ha implantado recientemente el servicio de SPD gracias a un acuerdo de colaboración entre el Ayuntamiento y el Colegio Oficial de Farmacéuticos de Cantabria, "y está teniendo muy buena acogida, no solo por los pacientes, sino también por parte del médico, que considera que es un servicio fundamental para nuestros mayores". Esto es, el servicio de SPD es una inversión en salud porque mejora la calidad de vida de las personas más vulnerables.
Y en cuanto a los recortes... "El objetivo de recortar el margen comercial de las farmacias viene de lejos. La sociedad nos sigue viendo en un escalón económico que ya no es tal", sostiene, y concluye: "Las farmacias rurales no somos comparables con las de grandes núcleos urbanos; sin embargo, las medidas económicas y legislativas se han aplicado por igual sin diferenciar cómo perjudica a las farmacias pequeñas, rurales, o de viabilidad económica comprometida".
Sin duda, la medida que más ha afectado al ámbito rural ha sido la reducción de precios. "Conlleva el mismo trabajo tener la misma responsabilidad por cada vez menos importe, cuando el coste de la vida y de los servicios es cada vez mayor".
