Con una gran trayectoria familiar de farmacéuticos, Marta Clavería comenzó a ejercer hace 6 años. Desde entonces no deja de disfrutar de su gran pasión: la farmacia. "Llevo poco tiempo ejerciendo como farmacéutica, pero como provengo de una familia de farmacéuticos se puede decir que me he criado en la ...
Con una gran trayectoria familiar de farmacéuticos, Marta Clavería comenzó a ejercer hace 6 años. Desde entonces no deja de disfrutar de su gran pasión: la farmacia. "Llevo poco tiempo ejerciendo como farmacéutica, pero como provengo de una familia de farmacéuticos se puede decir que me he criado en la farmacia y que la llevo en el ADN".
De pequeña y durante los veranos pasaba muchas horas con su padre en la farmacia y acompañándolo a repartir los medicamentos por los botiquines que tenía adjudicados. "Eso ha hecho que desde siempre me haya ido familiarizando con los medicamentos y con el trato con el paciente". Su madre, también farmacéutica aunque no de oficina de farmacia, le ha sabido transmitir todos los cambios y proyectos que ha ido realizando desde su trabajo. Pero su gran consejero ha sido su abuelo materno. "Recuerdo cómo aun siendo mayor se acordaba de fórmulas que tanto él mismo como su padre realizaban en su laboratorio de la farmacia".
Está claro que su oficina rural en Villanueva de Gállego lo es todo para Marta. "El trato es más cercano, de hecho, conoces a toda la familia, y esto te ayuda a conocer cuál es la situación de cada paciente". Entre los inconvenientes de la botica rural están las guardias. "Nosotros estamos 15 días al mes de guardia localizada, y eso al final son muchas horas seguidas".
Este municipio a 13 km de Zaragoza cuenta con una población joven, al contrario de lo que sucede en otras zonas de Aragón en las que la despoblación es cada vez mayor. "Pero eso también supone un hándicap en ocasiones, ya que los clientes están más familiarizados con las tecnologías y las compras online, y algunas veces se guían solo por lo que leen en internet, por eso es muy importante que desarrollemos una buena labor como educadores sanitarios".
Educadores sanitarios con el objetivo de enseñar a la población acerca de cómo conseguir y mantener una buena salud e incidir en la práctica de estilos de vida saludable. "En esta época de gran auge de las redes sociales en la que hay tanta información, ayudarles a distinguir lo que es fiable de lo que no es fundamental, sobre todo en temas relacionados con la salud y los medicamentos". Es el caso por ejemplo de las charlas que imparte Marta en colegios sobre protección solar o salud bucodental.
Y es que a pesar de la diversificación de servicios, la dispensación de medicamentos sigue representando el porcentaje mayoritario en la farmacia rural, "aunque las constantes bajadas de precio hacen que se vaya resintiendo cada vez más". En definitiva, un sector farmacéutico en continua transformación que "ha sabido adaptarse a tanta bajada y normativa". Por ello es importante "mantener esa confianza que tenía el paciente en nosotros, formándonos permanentemente y dando más valor a nuestro consejo". Por supuesto, "cada servicio que se implanta en la farmacia debería estar remunerado puesto que supone mucho tiempo y esfuerzo por nuestra parte. Aunque también hay que ver el aspecto positivo de estas acciones ya que pueden ayudarnos a fidelizar a nuestros clientes diferenciándonos de otros sectores".
Un futuro incierto frente al que se necesita más unión. "Mientras no nos unamos más y defendamos nuestra profesión, al tiempo que dotemos a la farmacia de otros servicios que aporten valor, el futuro será complicado".
