Augusto Aparicio lleva más de 20 años detrás del mostrador de una farmacia rural, por lo que sabe bien lo que se trae entre manos. Nos habla desde la experiencia, la experiencia de estar al servicio de los vecinos del pueblo desde 1993. Montijo, que se encuentra a medio camino ...
Augusto Aparicio lleva más de 20 años detrás del mostrador de una farmacia rural, por lo que sabe bien lo que se trae entre manos. Nos habla desde la experiencia, la experiencia de estar al servicio de los vecinos del pueblo desde 1993. Montijo, que se encuentra a medio camino entre Mérida y Badajoz, supera los 15 mil habitantes, por lo que la labor del farmacéutico es esencial. "Me dediqué a la farmacia por tradición familiar, mis padres y mi hermana también son farmacéuticos, y a mí siempre me atrajo el mundo de la farmacia. Así que cuando mi padre se jubiló compré su farmacia, y aquí llevamos 23 años". Gran experimentado en su profesión, ha vivido toda su infancia en la antigua botica.
"Mi madre tenía la farmacia en Badajoz y allí nos íbamos a hacer las tareas y a jugar. Nada tiene que ver esa farmacia con la de hoy en día". Los mayores cambios se han producido a nivel tecnológico e informático, pero algo más. "Si bien es cierto que la farmacia sigue siendo muy parecida en el trato y el consejo con la gente, también lo es que actualmente trabajamos con más eficacia gracias a los medios técnicos".
Augusto ha vivido muy de cerca el paso de la botica familiar a la farmacia digital. ¿Con cuál se quedaría? "Sería un mix de las dos. El modelo mediterráneo sigue siendo igual que antes, nos regimos por distancias, tenemos unos horarios organizados para que haya asistencia farmacéutica en todos los puntos…y eso es fenomenal. Pero ha cambiado la gestión de la farmacia, en este punto se ha avanzado mucho".
La receta electrónica también ha supuesto un avance significativo. "Exacto, a eso me refiero, hemos evolucionado muchísimo en el trabajo del farmacéutico y a la hora de la dispensación de los pacientes. Se han descongestionado los centros de salud, y, en definitiva, le hemos facilitado mucho las cosas a la sociedad".
Gran optimista, también ve mejoras que podrían llevarse a cabo. "La farmacia se está empobreciendo a veces como profesión porque los medicamentos más punteros no están llegando a la farmacia, también le está ocurriendo esto a los médicos de atención primaria", asegura, y continúa: "Es lo que ocurre, por ejemplo, con los medicamentos de diagnóstico hospitalarios".
Por último, destaca la labor imprescindible que están cumpliendo los colegios oficiales en la gestión del coronavirus. "Los colegios estamos informando continuamente a todos los colegiados intentando dar todo nuestro apoyo para mantener el servicio farmacéutico en toda la provincia". Esto es especialmente fundamental en pueblos de farmacia única donde "tenemos que darle solución en el caso de que tengan que hacer cuarentena, bien poniendo sustituto, bien poniendo regentes para que esa farmacia no quede desabastecida a nivel farmacéutico". Esencial es la aportación de las entidades colegiales, como también lo es la propia fuerza del colectivo. "La farmacia del futuro es asistencial con mayor presencia del consejo farmacéutico, que logre descongestionar los centros de salud de asistencia primaria. La implicación del farmacéutico dentro de la cadena sanitaria va cada vez a más".
