No ha habido nada que genere tantos bulos como el coronavirus

Desde #Saludsinbulos remarcan que todos tenemos que tener una responsabilidad respecto a los bulos en salud que se originan y no redifundir cualquier información que nos llegue sin estar contrastada.

24/06/2020

Nunca hemos asistido a nada parecido en la historia de la humanidad, ni siquiera en el ámbito político. Con la crisis sanitaria motivada por la pandemia del coronavirus, los WhatsApp de la población echan humo. Carlos Mateos, coordinador de #SaludsinBulos y director de la agencia COM Salud, destaca que "no ...

Nunca hemos asistido a nada parecido en la historia de la humanidad, ni siquiera en el ámbito político. Con la crisis sanitaria motivada por la pandemia del coronavirus, los WhatsApp de la población echan humo. Carlos Mateos, coordinador de #SaludsinBulos y director de la agencia COM Salud, destaca que "no ha habido nada que genere tantos bulos como la situ­ación actual". Piensa que "está siendo tremendo" y que en las ruedas de prensa de los gobernantes y de los técnicos se está teniendo que advertir de los bulos que están circulando.

"La cuestión es que no sólo circulan, sino que circulan a una velocidad como nunca se había visto", añade. Comenta que el bulo del ginecólo­go argentino que recomienda, "como gran descubrimiento para combatir al Covid-19", hacer vahos, le ha llegado por muchos grupos de WhatsApp. Explica que la gente tiene ansiedad de información y que, al mismo tiempo, mucho desconocimiento. Es decir, "se juntan los dos factores que hacen que sea viral casi cualquier bulo".

Sostiene que, con este bulo, ha sucedido además algo curioso: "Hubo en seguida un contra-bulo de ´no hagáis caso los que hayáis enviado este bulo, porque mi padre lo hizo y tuvo que ser ingresado´. Nunca había visto un bulo y a continuación, al cabo de unas horas, que circulara otro de contestación. Es la primera vez que lo veo".

Inicialmente, los bulos por el coronavirus se originaron en China. "Eran bulos de origen extranjero", matiza Mateos. Después, se empezaron a generar en España "bulos propios". "De todo tipo, de supuestos reme­dios, de indicaciones o síntomas del Covid-19. Estuvieron circulando muchos audios de supuestos profesionales sanitarios, en los que no se identificaban muy claro quiénes eran o se identificaban, pero no eran ellos realmente. Ha habido mucha sustitución de logotipos de Ministerios y de Consejerías de Sanidad", dice. Subraya que "ha llegado tal punto que nadie sabe lo que es verdad y lo que es mentira".

Consecuencias en la población

¿Cómo se pueden combatir estos bulos en salud? Contesta que "todos tenemos que tener una responsabilidad respecto a esto y no redifundir cualquier información que nos llegue sin estar contrastada". Es decir, que por lo menos aparezca en varios medios de comunicación, en fuentes oficiales, del Ministerio de Sanidad, de las consejerías de Sanidad, etcétera. A juicio de Mateos, los avances que se están presentando tienen que ser confirmados. Asevera que, "al final, estás creando con­secuencias en la población cuando se difunde algún tipo de estos bulos".

Seguir consejos como el de los vahos podría acarrear consecuencias fatales en algún momento. Por eso, han puesto en marcha una inicia­tiva que se llama los #ZascaBulos. Son personas que se comprometen a no redifundir información sin contrastar. Los #ZascaBulos cortan la cadena de transmisión de las informaciones sin contrastar en su comunidad online (Whatsapp y redes sociales).

Van a realizar eventos informativos de manera online y, cuando se pueda, presenciales. Ya han comenzado a hacerlo con un grupo de blogueros, Coruña Bloggers. La idea es llevarlo a cabo en colabo­ración con las sociedades científicas para que la gente tenga ese compromiso ético de no redifundir. Éste es un movimiento colabo­rativo desinteresado y abierto a cualquier persona u organización. Ha sido impulsado por el Instituto #SaludsinBulos, una iniciativa de la agencia COM Salud y la Asociación de Investigadores en eSalud que cuenta con la colaboración de más de 40 sociedades científicas, organizaciones colegiales, asociaciones de pacientes y colectivos de comunicadores científicos.

Mateos apunta que se ha comprobado en EE. UU. que los que más bulos distribuyen son las personas mayores. #SaludsinBulos participa en una iniciativa europea denominada Rumor Health que persigue educar a la gente mayor para que sea consecuente, responsable y crítica con la información de salud. "Hay una generación que estaba acostumbrada a que todo lo que decían los medios de comunicación era cierto y al llegar las redes sociales, Facebook y WhatsApp, para estar cerca de los hijos y nietos, piensa que son los mismos criterios y que todo lo que sale es cierto. Como está interesada en la salud y quiere ayudar a la familia, pues redifunde mucho", reflexiona. En España, no hay ningún estudio que demuestre por ahora que la gente mayor es la que más redifunde los bulos.

En esta crisis del coronavirus, "muchos farmacéuticos están empleando las redes sociales como nunca antes". "Se decía que Twitter estaba muerta y ha demostrado ser una red muy viva. Están informando constantemente para que la gente tenga calma", se congratula. Fueron los primeros que dijeron que las mascarillas quirúrgicas no eran necesarias si no se estaba enfermo. Cuando han salido bulos de cómo fabricar los geles hidroalcohólicos, han sido los primeros que han avisado de que eso era un peligro. "Hay ahí una concienciación importante por parte de los farmacéuticos, a pesar de que en algunos casos les podría beneficiar", manifiesta Mateos. Promueven una labor educativa.

A principios de febrero, #SaludsinBulos presentó con el Consejo General de Colegios Farmacéuticos una campaña contra la desin­formación de medicamentos en redes sociales, con un decálogo de recomendaciones para distinguir la información veraz en medica­mentos, con la que se pretende evitar que influencers sin formación sanitaria divulguen consejos erróneos de salud. Le cuestionamos por los frutos cosechados desde entonces. Cuenta que hubo un momento en el que los influencers de moda y belleza empezaron a propagar que el beber agua caliente en sorbos era bueno para combatir el Covid-19. "Fue una reacción muy rápida de todos los farmacéuticos activos en redes y algunos se retractaron. Tuvimos una manera de reaccionar más rápida. Además, era el Consejo y los COFs que han salido para combatirlo", pro­nuncia. Afirma que "estos influencers están ahora más calladitos de lo que estaban antes con esto del Covid-19". Publicaciones banales no tienen cabida en este momento en el que nos encontramos. La conclusión de Mateos es que "se están posicionando los buenos influencers, que son los profesionales sanitarios activos en redes sociales".

La idea de #SaludsinBulos surgió después de que un famoso presen­tador de televisión y radio dijera que las vacunas producían autismo. "Me indignó porque no hubo una contestación oficial hasta una semana después. Hubo alguna respuesta en redes sociales. Por ejemplo, Lucía Galán (Lucía, mi Pediatra), contestó. Este hombre se creció frente a ella. A mí me pareció que, si éramos todos capaces cuando hacíamos even­tos digitales de unirnos y de lanzar mensajes positivos a la población, podríamos hacerlo cuando salían este tipo de mensajes. En el siguiente congreso de eSalud lo propusimos. La acogida fue muy buena, creamos la web y empezamos a contactar con las sociedades científicas. Tenemos claro que esta lucha la tienen que liderar los profesionales sanitarios", reve­la. Funcionan con voluntarios. Su última entrada referida al ginecólogo de los vahos ha superado las 100.000 visitas. La meta es coordinarse en esta época con las sociedades científicas y las sociedades de pacientes para intentar dar respuesta a las inquietudes que tiene la población, "que son muchas". El bulo más estudiado científi­camente "es el de los antivacunas, que en esta época están todos calladitos".

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Autor: IM Farmacias
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