Análisis sobre los mitos y creencias de la fotoprotección

Expertos en salud y belleza de la piel analizan al detalle los mitos y creencias más extendidos sobre la fotoprotección.

20/07/2020

Los filtros físicos son los que mejor protegen. FALSO Lo que ocurre es que con ellos la fotoprotección es inmediata y no hay que esperar a que la crema `haga efecto´. Los filtros químicos, por su parte, absorben las radiaciones para que no lo haga la piel en su lugar, pero ...

Los filtros físicos son los que mejor protegen. FALSO

Lo que ocurre es que con ellos la fotoprotección es inmediata y no hay que esperar a que la crema `haga efecto´. Los filtros químicos, por su parte, absorben las radiaciones para que no lo haga la piel en su lugar, pero se recomienda esperar 20 minutos hasta que se hayan absorbido bien.

Si tengo la piel sensible es mejor que opte por filtros físicos. CIERTO
Los filtros físicos son la mejor elección en el caso de las pieles sensibles porque alteran menos la piel y se puede alcanzar una protección total con ellos. Si eres alérgica a ciertos productos, opta por filtros físicos puros.

La protección total sí existe. FALSO

Esto no es exactamente así. Hay que entender qué significa el número del factor, y lo que significa es que, en una piel determinada, aplicando la cantidad adecuada, esa piel estará x veces más protegida que si no lo aplicases (x es el número de factor). Así una piel que se quemase a los cinco minutos de estar expuesta al sol, con un factor 30 tardaría 150 minutos en quemarse (30x5). Cuanto más bajo es el factor, más frecuente es necesaria su renovación. En general la recomendación es aplicar un factor 30 cada 2 horas, así podemos garantizar la protección de cualquier tipo de piel, siempre que se aplique la cantidad adecuada.

Bronceadores y Autobronceadores son incompatibles. FALSO
Tomar el sol y utilizar autobronceador es completamente compatible. Eso sí, siempre hay que recordar que el autobronceador no protege de los rayos ultravioletas, por eso siempre que se vaya a exponer la piel al sol, hay que aplicar fotoprotector solar.

Es lo mismo water-resistant que wa- terproof. FALSO
Los productos solares pueden resistir si permanecemos un tiempo en el agua, pero cuando nos frotamos con la toalla se elimina el 80% de la crema, algo que también ocurre si el tiempo de inmersión es muy largo. Los productos se denominan water-resistant (resistentes al agua) sí se mantiene el 70% de la fotoproteción a los 40 minutos de la inmersión (dos baños de 20 minutos) y wa- terproof (muy resistentes al agua) sí resiste después de cuatro baños de 20 minutos cada uno. En cualquier caso, se recomienda aplicar nuevamente la crema tras un baño de más de 20 minutos.

La dieta no tiene nada que ver con la fotoprotección. FALSO
Sí, influye y ayuda a reforzar nuestras de- fensas. Sobre todo, frutas y verduras ricas en betacarotenos y agentes antioxidantes. Mientras que los betacarotenos ayudan a aumentar la protección natural de la piel contra la radiación solar, los antioxidantes combaten los radicales libres que se puedan formar en la piel tras la exposición solar.

En el cabello también se necesita el equivalente a un SPF 50. FALSO

Los dermatólogos recomiendan un 50+ en el caso de la piel, pero ésta tiene células vivas y la alta radiación solar puede producir muerte celular. En cambio, las células del cabello tienen queratinocitos que, al unirse, forman las fibras de queratina que conocemos. Pero estas células ya están muertas. Los queratinocitos se inmolan, son las únicas células de nuestro organismo que se suicidan para unirse, formando el cabello y protegiéndolo de diferentes factores, uno de ellos la radiación solar. La protección de estas fibras se basa en que no pierdan ni la hidratación ni los lípidos que ayudan a entrelazarse y unirse. Si perdemos esta hidratación, se produce porosidad, puntas abiertas o pérdida de vitalidad en el cabello. En resumen, no haría falta medir la protección en niveles. En este caso la eficacia solo depende de que el protector funcione o no.

A continuación, vamos a explicar algunos de los errores más comunes que se producen:

Utilizar el mismo producto para el cuerpo y para el rostro
Lo importante es entender que la piel del rostro está expuesta al sol durante todo el año, mientras que la del cuerpo no, así que lógicamente será una piel más castigada por la radiación solar. Hay que proteger más la piel del rostro, ya que su nivel de saturación para contrarrestar los radicales libres será mayor que el de la piel del cuerpo, en la mayoría de los casos.

Cambiar de SPF a lo largo del verano y a medida que nos bronceemos
La melanina que nos aporta el color en la piel es nuestro mejor protector natural frente a las radiaciones solares y es cierto que una piel bronceada tiene menos riesgo de quemarse que una piel más blanca. Pero al final, lo importante es evitar que el sol sea dañino para nuestra piel, así que independientemente del índice de bronceado nunca deberíamos utilizar un factor por debajo de 30. Al menos esa es la recomendación actual.

Aprovechar las cremas de un verano para otro

La caducidad del producto viene reflejada en el envase. Si no lo hemos abierto, la fecha de caducidad es la que figura. Para conocer cuándo debemos desecharlo una vez abierto, tenemos que buscar en el envase la figura de un tarro con la tapa abierta y el número que hay en su interior. Normalmente, el fotoprotector caduca a los nueve meses de estar abierto. Siempre debe guardarse bien cerrado y en un lugar seco y sin exposición al sol. En cualquier caso, si vemos que cambia de aspecto, de color o tiene un olor desagradable, no se debe utilizar.

Utilizar un SPF más bajo los días nublados

A través de las nubes se filtran hasta el 80% de los rayos solares. Más del 80% de la radiación ultravioleta traspasa las nubes, por lo que es necesario utilizar protector solar incluso en días nublados, para protegerse especialmente de la radiación ultravioleta A (UVA), que penetra más profundamente en la piel, causando el fotoenvejecimiento.

No utilizar fotoprotectores de amplio espectro

Se trata de protectores que protegen contra la radiación UVA, la radiación UVB y los infrarrojos. Y sí, es necesario optar por ellos porque todos estos rayos atraviesan la atmósfera e inciden sobre nuestra piel. Actualmente, en el mercado, lo más común, o al menos es lo deseable, es que los factores sean de amplio espectro.

Aplicar la protección 20 minutos antes de exponerse al sol
Los filtros biológicos, que absorben la radiación solar, sí necesitan ese tiempo para actuar. Sin embargo, ahora hay teorías que aconsejan extenderlo al comenzar la exposición para que el organismo reciba una pequeña dosis de sol que supla del déficit de vitamina D. Basta con 10 minutos.

Renunciar al maquillaje

A nivel estético, el filtro químico se nota menos en la piel y permite una mejor combinación con el maquillaje. Lo ideal es utilizar compactos de maquillaje con SPF elevado y puede aplicarse después del fotoprotector sin ningún problema.

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Autor: IM Farmacias
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