Nos trasladamos a un bello municipio situado en la zona del Altiplano de la Región de Murcia. Con casi 35 mil habitantes, Cieza ejerce de entrada a la Región por el norte. Vecino de toda la vida del pueblo, Joaquín Jordán nunca imaginó su futuro detrás del mostrador. "Los primeros ...
Nos trasladamos a un bello municipio situado en la zona del Altiplano de la Región de Murcia. Con casi 35 mil habitantes, Cieza ejerce de entrada a la Región por el norte. Vecino de toda la vida del pueblo, Joaquín Jordán nunca imaginó su futuro detrás del mostrador. "Los primeros recuerdos de mi infancia se remontan a la farmacia de mi padre, pero en la facultad descubrí como alumno interno en el Departamento de Fisiología mi pasión por la investigación". Desde entonces su trayectoria laboral se orientó hacia la docencia, la investigación y la divulgación. El fallecimiento de su padre le hizo replantearse su situación profesional. Así es como hace cuatro años Joaquín comenzó a ser el boticario de su barrio. Pero ¿cómo llegar a la gente? "Es fundamental el trato directo con el paciente, que perciba que le estás ayudando, explicarle el tratamiento, aconsejarle sobre la posología o sobre la adherencia".
Trato personalizado, pero ¿cómo trasladar los conocimientos técnicos? "Yo siempre digo que, aunque los libros de farmacología son fuentes de datos sobre mecanismos de acción, el mostrador es fuente de experiencias reales". Y como tal, cada persona que pasa por la farmacia comunitaria es diferente, "es como participar en un ensayo clínico", sonríe.
Su botica se encuentra en un barrio antiguo, pero cercano y acogedor. "Esto hace que mi farmacia tenga unas peculiaridades tanto de rural como de urbana. Así muchos pacientes y familias solo acuden a la mía a pesar de pasar por la puerta de otras; quizás por costumbre o porque saben que es el lugar donde van a recibir la información completa de todo su tratamiento y otros servicios adicionales".
Valor añadido desde luego, pero ¿cómo adaptarse a los nuevos tiempos? "Yo he conocido la farmacia de formulación, de espátula y mortero. Pero creo que ha existido un punto de inflexión con la conversión de la farmacia en un lugar de servicios, precipitado por la implantación de la receta electrónica".
La orientación al paciente sigue siendo el pilar fundamental del modelo de farmacia. "Se han mejorado muchas cosas: la atención farmacéutica es más completa ya que el farmacéutico se ha convertido en un profesional multidisciplinar, en constante formación profesional para cubrir todas las necesidades del paciente, etc. Se trata de una farmacia con más servicios y más atención farmacéutica".
Un futuro que pasa por ser multidisciplinar, prometedor y cambiante. "Multidisciplinar en cuanto a que hemos pasado de dispensar solo medicamentos a ofrecer servicios tan diversos como dermocosmética, ortopedia, deshabituación tabáquica, sistema personalizado de dispensación... que hacen que la FC esté abierta a todo tipo de paciente".
Nuevos servicios para nuevas necesidades y nuevos clientes. "En nuestro caso hemos implantando todo aquello que sea necesario para cubrir las necesidades detectadas por los clientes. Disponemos de ofertas que van desde una valoración del riesgo cardiovascular, con determinaciones secas de glucosa, triglicéridos o colesterol a servicios como ayuda a la cesación del hábito tabáquico o nutrición". También la población que acude a ellos es diferente de los que vienen por otros motivos: "suelen repetir por el trato y la calidad de estos servicios".
Sin duda, la pandemia ha supuesto todo un reto para el sistema sanitario. "Nos ha demostrado que se debe contar con la farmacia como un recurso sanitario esencial, muy próximo a los ciudadanos y accesible". Las autoridades deben reconocer el trabajo realizado por los boticarios "al permanecer en la vanguardia de la lucha contra el virus aportando seguridad y tranquilidad tras del cierre de centros de salud y el colapso de hospitales". Un mensaje positivo y esencial.
