Estado: Esperando
"¿Cuántas veces al día nos lavamos las manos ahora? ¿Y si no tuviéramos agua ni jabón para evitar el contagio del Covid-19?", pregunta Ricard Troiano, presidente de Farmamundi, para poner de relieve el alcance que está teniendo la pandemia del nuevo coronavirus en países empobrecidos. Esta ONG que trabaja desde ...
"¿Cuántas veces al día nos lavamos las manos ahora? ¿Y si no tuviéramos agua ni jabón para evitar el contagio del Covid-19?", pregunta Ricard Troiano, presidente de Farmamundi, para poner de relieve el alcance que está teniendo la pandemia del nuevo coronavirus en países empobrecidos. Esta ONG que trabaja desde hace casi 30 años en cooperación al desarrollo y ayuda humanitaria y de emergencia, tiene más de 80 proyectos activos en 14 países y, en buena parte de ellos, como explica Troiano, "una de cada dos personas carece de agua segura y saneamiento, que es justo una de las formas más económicas, sencillas y efectivas para prevenir el contagio del virus".
En Gaza, pone como ejemplo, solo uno de cada diez hogares tiene acceso a agua potable. "La pandemia de Covid-19 ha colapsado los mejores sistemas de salud del mundo, incluido el nuestro. Las personas en situación de vulnerabilidad, así como las más expuestas al virus, son las que están sufriendo el impacto de esta terrible pandemia. Debido a la situación económica, el hacinamiento y la mala atención sanitaria, el riesgo médico y económico de la propagación del virus en algunos países es enorme", indica Troiano.
Pone otro ejemplo: en Yemen, solo la mitad de las 3.500 instalaciones sanitarias del país funcionan completamente, "lo que significa que 19,7 millones de personas carecen de asistencia médica básica. Si el coronavirus ha puesto en jaque al mundo más desarrollado, ¿cómo puede responder el sistema sanitario en estos países donde solo hay un médico para cada 20.000 habitantes y una cama para cada 1.000 personas?".
Impacto en la salud
Conscientes de que su labor es más necesaria que nunca, en Farmamundi han tenido que adaptar rápidamente esos más de 80 proyectos de cooperación y acción humanitaria a las necesidades más inmediatas de la población. "Acceso a información, agua potable, artículos de higiene, medicamentos, prevención de la violencia machista, principalmente -enumera Troiano-. Y todo ello sin descuidar otras líneas de trabajo trasversales que no podían dejarse de lado".
Para poder abordar una crisis así, explica, "la clave ha estado en la capacidad de adaptación del personal a la realidad compleja y cambiante, fruto de muchos años de trabajo conjunto en los numerosos países en los que prestamos atención en salud". Pero, aun así, el alcance de esta pandemia no tiene precedentes. "La perspectiva que tenemos ahora es muy dependiente de esta crisis, y no resulta muy halagüeña: el impacto en la salud está siendo terrible y el económico está resultando tan duro que costará revertir todo lo avanzado en estos últimos años. No obstante, nuestro compromiso con los que más lo necesitan es sólido, y seguiremos esforzándonos para que el impacto de esta pandemia sea el menor posible", asegura Troiano.
Farmamundi ha suministrado en cuatro meses más de 32 toneladas de equipos de protección individual (EPI) en España y sigue facilitando kits de higiene y protección en países como Mozambique, Haití, Uganda, Kenia, Palestina o la República Democrática del Congo. Nada más estallar la pandemia, según explica Troiano, se siguieron las recomendaciones de las autoridades sanitarias para asegurar las condiciones de seguridad de los equipos de Farmamundi, puesto que el objetivo era no dejar de trabajar en cada uno de los países con proyectos en marcha.
Vulnerabilidad
"Como actividad esencial que somos, como entidad de distribución de medicamentos y productos sanitarios, priorizamos el suministro de equipos de protección individual a organizaciones humanitarias en España, entre las que destacan Cruz Roja Española, Cáritas y Médicos del Mundo, y también a la distribución farmacéutica, que enfrentó serias dificultades para conseguir el material sanitario necesario para suministrar a la red de farmacias nacional", señala el presidente de Farmamundi.
También se contactó de inmediato con las diferentes sedes internacionales en América Latina y África, así como con las ONGs locales con las que se colabora y con las comunidades beneficiarias "para no solo advertirles de la gravedad de lo que estaba pasando ya en España, sino también para adelantarnos al impacto que el covid-19 iba a tener en los proyectos de salud que teníamos en marcha en los países donde brindamos atención sanitaria".
En este sentido, Troiano recalca que el objetivo siempre ha sido "mantener el compromiso con las comunidades en mayor situación de vulnerabilidad con las que trabajamos para tratar de minimizar el impacto de la pandemia y fortalecer su capacidad de respuesta". Así, en estos cuatro meses de pandemia, además de suministrar esas más de 32 toneladas de EPI en España y los kits de higiene y protección a los países mencionados, también se ha abastecido de respiradores a los campos de desplazados de Yemen o de EPI a la población desplazada o residente en las zonas bloqueadas por el conflicto armado en Gaza.
"Igualmente, estamos garantizando la disponibilidad y acceso a alimentos nutritivos en Nicaragua o Guatemala e intensificado las campañas de prevención de la violencia contra las mujeres en Perú y El Salvador. Así, hasta poder atender correctamente esos más de 80 proyectos humanitarios que desarrollamos en 14 países. Del mismo modo, hemos realizado acciones de educación y sensibilización para la promoción del derecho a la salud global y del acceso a los medicamentos esenciales", indica Troiano, que tiene claro que una de las lecciones que está dejando esta pandemia es precisamente la razón de ser de esta ONG.
Solidaridad internacional
"El principal aprendizaje es aquello por lo que Farmamundi lleva 27 años luchando: el acceso a la salud para todas las personas, independientemente del país donde residan, debe ser algo prioritario en nuestra agenda". De ahí que, para ello, insista en que "hay que trabajar de manera global todos los aspectos que afectan a la salud: acceso a medicamentos, saneamiento, salud mental, prevención de la violencia, educación, agua potable, alimentación, más investigación, alianzas estratégicas…" Sobre todo, recuerda, si se tiene en cuenta que "los expertos aseguran que el coronavirus ha llegado para quedarse" y que, por delante, "nos quedan todavía meses en los que de nuevo estaremos expuestos a nuevos repuntes trágicos de este virus".
Troiano considera fundamental que se mantenga la solidaridad y la lucha por la equidad. "Necesitamos asegurar la protección de la población con mayor riesgo y vulnerabilidad. Para nosotros es muy importante que la solidaridad no se pierda en este duro camino. Que no nos olvidemos de que todas las personas debemos contar con las mismas oportunidades para superar esta crisis. Ahora más que nunca debemos funcionar como un colectivo unido", considera, explicando que, desde que se desató la pandemia del nuevo coronavirus, la industria farmacéutica ha tenido dos grandes misiones: garantizar el suministro de medicamentos a todos los pacientes y trabajar en la búsqueda de un tratamiento o vacuna que frene el nuevo coronavirus.
"Desde Farmamundi, consideramos que el abordaje de esta pandemia global debería hacerse, igualmente, de manera global, con el apoyo y la colaboración internacional de la industria farmacéutica, científicos de todo el mundo, centros sanitarios, gobiernos y autoridades reguladoras, para compartir el conocimiento y encontrar cuanto antes una solución común, que promueva el derecho a la salud universal de todas las personas, evitando las barreras de acceso", asegura Troiano, que, no obstante, recuerda que las desigualdades han vuelto a aflorar en esta crisis, "evidenciando las enormes debilidades y carencias que enfrenta más de un tercio de la población mundial para acceder a servicios esenciales de salud y condiciones de vida saludables".
Salud pública
Asimismo, insiste, "ahora más que nunca se hace indispensable, además de la investigación por encontrar una solución a la pandemia, la solidaridad internacional, para poner los medios necesarios para prevenir el contagio y controlar la expansión de la enfermedad". Son muchas las empresas y los países, indica Troiano, que se han puesto en la carrera de la búsqueda de una vacuna para el SARS-CoV-2 y su posterior comercialización.
"Las vacunas son medicamentos complejos de fabricar y lo principal es que estas cumplan con los criterios de calidad, eficacia y seguridad para su autorización", apunta, haciendo también hincapié en que otro "importantísimo" aspecto va a ser que "los actores que intervengan en su fabricación sean capaces de integrar las herramientas necesarias para una distribución efectiva y eficiente".
Por ello, "se requerirán varias compañías farmacéuticas con capacidad para producirlas en la cantidad necesaria y, además, ser capaces de administrarla a la población mundial, prácticamente al mismo tiempo, y sin dejar de lado a ningún colectivo o país, defendiendo criterios de salud pública por encima de los económicos". La razón es evidente: "Estamos ante un problema sanitario global. No contar con todas las personas sería un error de consecuencias incalculables".
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