Con más de una década detrás del mostrador, María García es ya una experimentada boticaria. "Me licencié en 2007 y llevo ejerciendo la profesión desde entonces. Sin lugar a dudas, lo que más me satisface de mi labor es la cercanía con los pacientes y la confianza que ellos depositan ...
Con más de una década detrás del mostrador, María García es ya una experimentada boticaria. "Me licencié en 2007 y llevo ejerciendo la profesión desde entonces. Sin lugar a dudas, lo que más me satisface de mi labor es la cercanía con los pacientes y la confianza que ellos depositan en mí".
Su farmacia, que es de herencia familiar, no fue su primer destino. "Empecé a trabajar en Madrid, y dos años después vine a Logroño. Estuve trabajando de adjunta con mi padre desde 2009, y cuando él falleció me quedé de titular".
Nada es nuevo para ella. La botica del barrio es como su casa. "Nuestros clientes son en su mayoría de toda la vida, lo que implica un trato muy personalizado y de mucha confianza".
Y esto es fundamental en un mundo cambiante como es el actual. "Hay que estar muy informado y actualizarse constantemente. Yo creo que ahora tendemos hacia una farmacia más asistencial con más servicios para el paciente".
Efectivamente, pero ¿ese es el futuro? "No estamos aquí sólo para vender, hay que ofrecer valor añadido a la farmacia, potenciar el servicio asistencial". Hablando de servicios, ¿qué vende más? "Sobre todo medicamen parafartos, pero la parafarmacia está al alza y creo que sin ella sería muy difícil salir adelante. Debemos especializarnos para dar un servicio de calidad a los pacientes, y debemos dar valor al consejo farmacéutico porque es lo que nos diferencia de los productos de parafarmacia disponibles en grandes superficies y tiendas online".
Esto requiere formación y preparación. "A la farmacia viene una generación muy formada y preparada, con muchas ideas y ganas de sacarlas adelante". Sin duda, María confía en el futuro de la farmacia. "Debe primar el carácter asistencial. Hace unos años lo que más se hacía en la farmacia era tomar la tensión o medir los niveles de colesterol o glucosa. En la actualidad ofrecemos más servicios y de mejor calidad: seguimiento farmacoterapéutico, SPD, análisis de piel y de cabello, entre otros".
Un valor añadido, claro está, que sólo se puede encontrar en la farmacia. "El paciente valora la especialización; nos ven formados y preparados y confían en nosotros". Pero para ello es esencial "potenciar el cara a cara con el paciente. En una sociedad en la que cada vez nos relacionamos menos y usamos más internet, creo que la esencia de la farmacia de siempre debe permanecer intacta".
