El visado farmacéutico, un sistema de inequidad y obsolescencia

Una mesa precongresual con reflexiones y propuestas de futuro ante el sistema de visado farmacéutico multidisciplinar inaugura el 42º Congreso Semergen

19/10/2020

La sostenibilidad del SNS obliga a encontrar a veces punto de equilibrio entre fuerzas a menudo contrapuestas. La más común es la que lleva a los gobiernos a querer ofrecer más y mejores servicios mientras se contiene el gasto público. Otras fuerzas contrapuestas son las que a veces se enfrentan ...

La sostenibilidad del SNS obliga a encontrar a veces punto de equilibrio entre fuerzas a menudo contrapuestas. La más común es la que lleva a los gobiernos a querer ofrecer más y mejores servicios mientras se contiene el gasto público. Otras fuerzas contrapuestas son las que a veces se enfrentan a los siempre necesarios controles del gasto, frente a la deseable autonomía y corresponsabilidad de los médicos en el funcionamiento del sistema. Con esta reflexión, Oriol Güell, periodista especializado en salud, introduce el primer debate que plantea la Sociedad Española de Médicos de Atención Primaria (Semergen) en el marco de su 42º Congreso Nacional: el sistema del visado farmacéutico.

"El visado es un control previo creada en los 70 sobre la prescripción de determinados fármacos, habitualmente los de mayor coste. Su regulación es competencia del Estado, pero su gestión y ejecución depende de las comunidades autónomas. Este hecho, junto a que no existen criterios específicos que definan en qué medicamentos debe exigirse, puede conducir a inequidades entre profesionales y pacientes de las diferentes comunidades", señala Güell.

En primer lugar, la sociedad científica profundiza en la historia, el funcionamiento y los objetivos del sistema de visado. Para ello ha invitado a Ana Pastor, ex vicepresidenta del Congreso de los Diputados y ex ministra de Sanidad y Consumo, quien lo define como un tema muy preocupante. "El visado se implanta en el año 78 mediante Real Decreto, y su vigencia se confirma por la Ley de Garantías y Uso Racional de Medicamentos. Su finalidad desde su inicio fue el control del gasto, pero luego se le han intentado buscar otras bondades como velar por el uso racional del medicamento, la incorporación escalonada de una innovación terapéutica y la adecuación de la prescripción a la ficha técnica", expone.

En su opinión, "el sistema tiene que revisarse de forma completa", como han presentado en una iniciativa en el Congreso de los Diputados. "Hay que mantener los controles para garantizar la idoneidad del tratamiento que se indique para cada paciente, pero con los sistemas de información tan precisos que tenemos no se deberían de utilizar nunca como algo para controlar el gasto".

Otro punto de vista político lo aporta José Martínez Olmos, especialista en Medicina Preventiva y Salud Pública y ex-Secretario General del Ministerio de Sanidad. "Venimos de una situación bastante antigua. Entonces no había la informatización que hay ahora, ni unos planteamientos de la promoción de los medicamentos como la actual", apunta.

Sin embargo, Martínez Olmos es de la opinión de que, aunque hay cambiar y aprovechar los procedimientos que la digitalización nos pone a nuestra disposición, un control sobre el uso de los medicamentos autorizados nunca está de más porque funcionaría como un control de calidad. "Si es un procedimiento que ayuda y asegura el uso adecuado de los medicamentos, nada tenemos que temer. Esa es un poco la reflexión que creo que tenemos que hacer", apostilla. "Lo que pasa es que no podemos obviar que en el pasado en muchas ocasiones, incluso ahora, también se usa como un elemento de control del gasto. Por eso nos tenemos que preguntar si es imprescindible, necesario y justificado ese control del gasto".

Desde el punto de vista de Semergen como sociedad científica, Serafín Romero, presidente del Consejo General de Colegios Oficiales de Médicos, se declara "completamente a favor" del uso racional del medicamento. No obstante, debe venir por una educación al paciente y por un mejor control de la adherencia terapéutica.

Por ese motivo, añade, están "completamente en contra del visado", porque consideran que"mantiene una incongruencia porque pone barreras, además limita al médico de familia, muchas veces basándose en fármacos que tienen evidencia y una indicación, es decir, una barrera burocrática para su prescripción". Y, por si fuera poco, añade, "genera una inequidad en una España donde existen 17 sistemas de salud cada vez que un paciente se desplaza de una comunidad a otra".

Desigualdades entre comunidades

En este sentido, los ponentes reflexionan sobre si existen desigualdades entre las comunidades en el acceso a determinados fármacos a consecuencia de una distinta gestión de visados entre los gobiernos autónomos.

Para Gregorio Gómez, presidente de la Federación de Asociaciones de Inspección de Servicios Sanitarios,

"Hay una evidente desigualdad en los procedimientos e incluso en la responsabilidades de los profesionales. Luego también hay contextos bastante diferentes. Hay sitios donde son totalmente electrónicos, otros intermedios e incluso manuales", señala.

Aún así, por encima de todo lo anterior, bajo su punto de vista la mayor diferencia no es por comunidades autónomas, que también. "La variabilidad viene fundamentalmente de donde viene casi siempre en el contexto clínico, es decir, en el factor individual. Hay muchos elementos que hacen que esto tenga, a pesar de estar muy cerrado, un componente de discrecionalidad y esto hace que en muchos casos el acceso sea fluido y en cambio en otros sea dificultoso".

Por su parte, José Polo García, médico de familia y presidente de la Junta Directiva Nacional de Semergen, manifiesta el punto de vista de los profesionales. "Pienso que se menoscaba la capacidad del médico de atención primaria para poder prescribir un fármaco", sentencia.

Esto es, que si un fármaco tiene una prescripción, "no sé por qué hay determinados fármacos que solo pueden ser prescritos por especialistas hospitalarios", añade. "El médico de familia es un profesional perfectamente cualificado y además existe un métodos de control para poder valor si ese fármaco está bien prescrito, que es lo que habría que hacer, auditorias de esas prescripciones".

La opinión de los pacientes

A continuación como tercer y último bloque, el moderador plantea si con las herramientas que se disponen en la actualidad (receta electrónica, historia clínica, etc.), se pueden estudiar otros modelos de visado basados más en el médico como responsable de la prescripción y teniendo en cuenta el uso racional del medicamento.

Sobre esto, Juan Manuel Ortiz, presidente de la Federación Española de Asociaciones de Anticoagulados (FEASAN) cree que el sistema de visados actual deja al médico de atención primaria en muy mal lugar, por ejemplo, cuando tiene que comunicarle a un paciente que viene de un área de hematología que ya no puede seguir con ese anticoagulante de acción directa porque no se le financia.

Esto supone, continúa, "que un 40% de los pacientes están mal anticoagulados, y entre ellos hay un porcentaje de ictus tremendo. Es decir, esto no es una broma". Por eso, sostiene, "los médicos de atención primaria sufren de una forma muy importante en sí mismos el problema del visado, porque desde hace muchísimos años existe el proceso de credibilidad del fármaco para que no haya ningún tipo de discusión, simplemente el economicista".

Para finalizar, Nicole Hass, portavoz de la asociación nacional de pacientes con EPOC (APEPOC) lamenta que el visado "ningunea" la prescripción del médico de atención primaria, que es quien conoce mejor a su paciente. "En el caso de mi patología, que es la que conozco, y tenemos una responsabilidad con los 3 millones de pacientes que representamos, está claro que el dispositivo único aumenta la adherencia, mejora la calidad de vida de los pacientes y reduce la mortalidad".

Por lo tanto para estos pacientes, el visado, sobra. "No hay ningún argumento para mantener un visado que no aporta nada, al contrario. Va en contra de la ficha técnica, de las guías clínicas y de lo que dice el médico".

Con respecto a lo que se debe hacer, lo tiene muy claro: ser exigentes. "Hay que ser corresponsables e intentar potenciar más la adherencia. Tenemos que trabajar mucho más en equipo con los médicos de atención primaria y las farmacias. En definitiva, dar un enfoque mucho mas holístico del que tenemos actualmente".

Autor: IM Farmacias
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