Carsten Carlberg, científico de la Universidad de Finlandia Oriental (UEF), ha estudiado la vitamina D y la epigenética durante muchos años. Su investigación muestra que los humanos reaccionamos de manera diferente a los complementos de vitamina D dependiendo de nuestra composición genética. Con esta nueva visión, la ciencia de la ...
Carsten Carlberg, científico de la Universidad de Finlandia Oriental (UEF), ha estudiado la vitamina D y la epigenética durante muchos años. Su investigación muestra que los humanos reaccionamos de manera diferente a los complementos de vitamina D dependiendo de nuestra composición genética. Con esta nueva visión, la ciencia de la salud tiene una variable completamente nueva para incluir en la ecuación.
Las diferencias en la capacidad de las personas para requerir vitamina D tiene sus raíces en la evolución y se remonta a los europeos indígenas. En un artículo de revisión publicado este verano, Carlberg y el investigador Andrea Hanel describen a nuestros antepasados y concluyen que el color de la piel fue clave y marcó diferencias en cuanto al requerimiento de vitamina D.
Una nueva herramienta de diagnóstico
En colaboración con Afrozul Haq del departamento de investigación y desarrollo del Gulf Diagnostic Center Hospital en Abu Dhabi, Carsten Carlberg ha publicado un artículo en el que se describen dos estudios de vitamina D (VitDmet y VitDbol). En ellos, los investigadores dividieron a los participantes en tres grupos: respuesta alta, respuesta moderada y respuesta baja. Los niveles de vitamina D en sangre de los participantes no reflejaban necesariamente su respuesta a ella. Aquí es donde los genes y el tipo de piel tienen un papel importante. Para comprender mejor esto, Carlberg y Haq desarrollaron una herramienta de diagnóstico llamada `Indice de respuesta a la vitamina D´, que analiza la respuesta de una persona a la vitamina D y no solo el contenido en sangre.
25% con respuesta baja al nutriente
Curiosamente, los científicos observaron que el 25% de los participantes en sus estudios demostraron una baja respuesta a la complementación con vitamina D. En consecuencia, estas personas necesitarían una dosis más alta del nutriente que otras para lograr los mismos beneficios para la salud. Por el contrario, las personas que responden bien a la vitamina D pueden no tener que preocuparse tanto por los niveles bajos en sangre, por ejemplo, durante el período invernal, cuando el sol no es lo suficientemente potente como para permitir que la piel sintetice la vitamina D.
Las recomendaciones actuales son inadecuadas
Esta nueva comprensión de la vitamina D puede desafiar las pautas generales que se han utilizado desde el principio para asesorar a las personas sobre la necesidad de tomar este nutriente. Con suerte, la herramienta de medición del índice de respuesta a la vitamina D eventualmente ayudará a aclarar las dudas. Carlberg recomienda específicamente un complemento diario de 100 microgramos para los finlandeses y otras personas que vivan en el norte. Por lo tanto, algunas personas que no respondan muy bien al nutriente, si siguen las pautas normales, pueden estar obteniendo muy poca vitamina D. En opinión de Carlberg, la recomendación oficial de 20 microgramos diarios de vitamina D es insuficiente.