La historia de María José Cardona no deja impasible a nadie. Una infancia llena de recuerdos en la rebotica de su madre, una profesión familiar heredada y la niñez en el pueblo navarro de Cintruénigo. "Mis inicios en la profesión se remontan a mi niñez viendo desde la rebotica como ...
La historia de María José Cardona no deja impasible a nadie. Una infancia llena de recuerdos en la rebotica de su madre, una profesión familiar heredada y la niñez en el pueblo navarro de Cintruénigo. "Mis inicios en la profesión se remontan a mi niñez viendo desde la rebotica como trabajaba mi madre en su farmacia". María José finalizó la carrera hace ocho años, y desde entonces se entrega en cuerpo y alma a su farmacia en el barrio pamplonés de Lezkairu, de mayoría joven y con hijos pequeños. "Me apasiona mi trabajo, el escuchar a los pacientes, el poderles ayudar, establecer ese nexo de unión entre farmacéutico-paciente que contribuye a mejorar el diagnóstico, el cumplimiento del tratamiento, etc. ¡todo son ventajas!".
Y es que el boticario es el sanitario más cercano a la población y el más accesible. Esto se multiplica por mil en la farmacia rural, como es el caso, por ejemplo, de la botica de la madre de María José en el municipio navarro de Cintruénigo con poco más de siete mil habitantes. ¿Qué diferencias hay entre la botica rural y la urbana? "En Navarra la gran mayoría somos farmacias en las que te atiende el titular solo o con pocos empleados, por lo tanto, los recortes en el medicamento nos han afectado mucho más que a las farmacias urbanas del resto de España".
¿Cómo solucionar esta situación o qué medidas se podrían tomar? "Me gustaría poder colaborar más con en el sistema nacional de salud, es decir, que confíen más en nosotros para que podamos recomendar medicamentos en síntomas menores, y, sobre todo, que podamos comunicarnos de una forma más fluida e integral con los médicos y las enfermeras de los centros de salud de atención primaria o especialidades".
Efectivamente, más trabajo colaborativo y cooperativo entre el personal sanitario, lo cual repercutiría en una mejora del seguimiento del paciente y en una atención integral del mismo. "Ahora la farmacia se ha hecho más vital que nunca. Desde que llegó esta pandemia hemos estado al lado de los pacientes sin descanso. Lo único que ha cambiado ha sido el protocolo, la distancia, las mascarillas y las pantallas, los geles hidroalcohólicos, etc.", señala, y advierte: "Yo sigo dedicando una sonrisa a cada uno de mis pacientes, aunque sea bajo la mascarilla, ellos lo notan y lo agradecen".
Hablando de novedades ¿cómo implantar los servicios profesiones en la oficina de farmacia? "Bajo mi punto de vista deberían ser remunerados siempre que estén dentro de nuestras competencias y sin entrar en los terrenos de otros profesionales sanitarios. Un buen ejemplo son los SPDs y el asesoramiento dermofarmacéutico".
¿Cómo han afectado los recortes en Navarra? "En mi región la mayoría de las farmacias somos modestas, con lo cual estos recortes nos han influido mucho más que al resto de España. Somos el sector más fácil para recortar, aunque otros gastos sanitarios sean mayores que el de la farmacia".
María José mira al futuro con esperanza y entusiasmo. Pero para que la farmacia ocupe el lugar que le pertenece, "los líderes políticos nos deberían tener más en cuenta tal y como lo hacen nuestros pacientes. La población nos considera unos de los mejores profesionales sanitaros que existen y en quien más confían".
