Laboratorios Ozoaqua celebra este miércoles una de sus píldoras formativas destinadas a profesionales farmacéuticos, en las que se abordan asuntos de interés relacionados con el cuidado de la piel. María García, asesora técnica de Laboratorios Ozoaqua imparte en esta ocasión una formación sobre Alteraciones frecuentes de la mucosa nasal y ...
Laboratorios Ozoaqua celebra este miércoles una de sus píldoras formativas destinadas a profesionales farmacéuticos, en las que se abordan asuntos de interés relacionados con el cuidado de la piel. María García, asesora técnica de Laboratorios Ozoaqua imparte en esta ocasión una formación sobre Alteraciones frecuentes de la mucosa nasal y labial.
Comienza su intervenci´ hablando de la mucosa labial, de la que resalta que es una de las partes del cuerpo más expuestas a factores externos, como el frío, el viento, la radiación solar o el uso de la mascarilla, y a la propia saliva. Asimismo, indica que la estructura anatómica de los labios es muy especial, porque se trata de una transición de piel y mucosa. "Esa mucosa labial tiene una peculiaridad, que contiene una alta concentración de eleidina, la proteína precursora de la queratina. Bajo esta capa trasparente tenemos tejido conectivo con vasos sanguíneos. Cuentan también muchas terminaciones nerviosas, por eso tienen tanta sensibilidad".
Y debido a que no tienen glándulas sebáceas ni folículos filosos, tienen a resecarse con mayor facilidad. De hecho, detalla, "se secan 10 veces mas rápido que la piel del rostro. Por eso es muy importante extremar su cuidado con productos específicos".
Además, explica García, los labios no tienen melanina, por lo que también se queman más fácilmente. Esta fotosensibilidad y los daños solares pueden llevar incluso a provocar una inmunosupresión, inhibiendo la respuesta del sistema inmunitario y provocando la aparición de brotes. Por lo tanto, "debemos tener muy en cuenta no solo el uso de una fotoprotección labial, sino también el uso de productos que tengan una acción antioxidante", apunta.
En cuanto a la fisiología de la mucosa labial, señala que "los labios no tienen capacidad para aumentar su grosor, no pueden engrosas el estrato córneo como el resto de la piel. Y en consecuencia van a estar más expuestos a cualquier tipo de agresión". Así pues, los pacientes suelen acudir a la farmacia con frecuencia con síntomas como sequedad, irritación y comezón, inflamación, grietas y heridas y ampollas.
"También es muy importante tener en cuenta los factores típicos del invierno que sensibilizan nuestros labios", continúa la experta, tales como el frío, el viento, la diferencia de temperatura o la sequedad en el ambiente. Eso sí, hay factores que afectan a los labios durante todo el año. "Morderlos o chuparlos, los alimentos picantes y ácidos, el tabaco, los restos de pasta de dientes, los pintalabios de larga duración y el uso y roce de la mascarilla ahora en pandemia", indica.
En resumen, los labios son uno de los tejidos del cuerpo más expuestos y más sensibles. Además son propensos a infecciones y patologías.
Patologías de la mucosa labial
Una de las afecciones más frecuentes es la quelitis, es decir, la sequedad e inflamación de la mucosa labial provocada por numerosos factores externos, "que consiste en una constante descamación y producción anormal de queratina, incluso con la aparición de grietas persistentes y sangrado", explica García.
Es más frecuente en adultos jóvenes, ancianos y mujeres, y en pacientes inmunodeprimidos, y son factores de riesgo el consumo de tabaco y alcohol, tener implantes dentales, déficits nutricionales y la ingesta de algunos medicamentos (isotretinoicas, acitretino, algunos quimioterápicos). Si sus síntomas se complican, adelanta la especialista, pueden originar quistes o úlceras.
De entre todos los cinco tipos de quelitis existentes (exfoliativa, alérgica, actinica, granulomatosa o angular), la más frecuente es esta última, también conocida como boqueras. "Se trata de una inflamación de las comisuras de la boca, caracterizada por fisuras, eritema y formación de costras. Puede afectar a un lado de la boca o a los dos. En común que haya infección bacteriana o fúngica", aclara.
Muchos factores que influyen en su aparición: edad avanzada, acumulación de saliva en la comisura de los labios, deshidratación de los labios, sistema inmunológico débil, dentaduras postizas, prótesis mal adaptadas u ortodoncias, estrés o problemas emocionales, respirar con la boca abierta, etc.
Para tratar esta patología, María García recomienda el uso del bálsamo labial de aceite ozonizado de Ozoaqua, el cual, según ella, "repara y restaura la mucosa labial, alivia su sintomatología sensibilizada y alterada, previene alteraciones frecuentes y complicaciones y la recupera del estrés oxidativo".
La segunda patología de la mucosa labial más frecuente es el herpes simple o calenturas. Este viejo conocido de mucha gente está causado por la infección del virus del herpes simple tipo I (VIH-1), que se presenta en forma de erupción de pequeñas ampollas más o menos molestas. Estas aparecen en los labios, en la zona peribucal o incluso en otras zonas circundantes de la cara frecuentes recidivas, y produce ardor, dolor y picor.
Asimismo, alerta García, "el virus del herpes es contagioso y se puede transmitir por contacto directo. Normalmente se cura en un periodo de 2 a 4 semanas".
Respecto a los factores que influyen en su desarrollo, la formadora enumera algunos como "la bajada de defensas, el estrés físico y emocional, el cansancio, las condiciones climáticas adversas de frío y viento, la exposición prolongada al sol, tratamientos oncológicos, infiltraciones y micropingmentación de los labios y, como no, el uso de mascarillas".
A modo de consejo farmacéutico, la asesora de Ozoaqua recomienda aplicar unas 3-4 veces al día durante las 72 horas iniciales el aceite ozonizado. Posteriormente, añade, "aplicar el bálsamo de aceite ozonizado para favorecer la reparación e hidratación de la zona".
Como preventivo o ante síntomas iniciales seguir prescribiendo el el bálsamo, así como extremar la higiene.
Y de manera general, para el cuidado de la mucosa labial las pautas que indica son evitar humedecerse los labios constantemente con la lengua, no morderemos, no exponerse al humo y al tabaco, enjuagar bien la boca después del cepillado, aplicar bálsamos labiales reparadores por la noche, utilizar protector solar por el día y usar humidificadores.
Patologías de la mucosa nasal
Seguidamente pasa a la segunda parte de la formación, en este caso sobre la mucosa nasal. Como recordatorio, manifiesta que "la nariz aparte de servirnos para respirar sirve para proteger".
La piel que recubre la zona externa de la nariz es muy parecida a la del resto del rostro, y como ella, está muy expuesta a las agresiones de agentes externos como el sol, la polución, frío, sequedad ambietal, etc.
La parte interna de la nariz se encuentra recubierta de una mucosa con muchos vasos sanguíneos, es húmeda y está cubierta por vellosidades que permiten que el aire frío que respiramos se caliente y se limpie antes de llegar a los pulmones.
"En invierno los cambios bruscos de temperatura, la sequedad del ambiente o la continua polución pueden afectar a nuestro sistema respiratorio y con ello a la mucosa nasal y la zona perinasal", expresa, agregando que los síntomas de consulta más habituales son la rojez, irritación, sequedad y descamación y heridas y costras.
Acerca de las patologías concretas con mayor prevalencia, destaca la irritación perinasal por ser una de las más frecuentes en invierno, ya que sus causas tienen origen en la congestión nasal, la rinitis, la sinusitis, en procesos gripales y catarrales, alergias, etc.
De manera que si un paciente acude a la farmacia con picor, enrojecimiento, sequedad, descamación, ardor y calor o heridas y grietas, lo mas probable es que tenga una irritación perinasal. En esos casos, el consejo farmacéutico principal debe ser "una buena higiene". Uno de los productos que se puede utilizar es el Jabón Sydnet de aceite ozonizado de Ozoaqua. "Cuando ya la tenemos bien higienizada, toca la fase del cuidado intensivo usando también el aceite ozonizado. Y luego tenemos que continuar usando el bálsamo para reparar e hidratar".
La sequedad de la mucosa nasal es la otra patología más prevalente, y se caracteriza, "por un bajo nivel de humedad en la mucosa nasal, que puede provocar la formación de grietas y costras en su interior", muestra García.
De nuevo el invierno puede ser un factor que influye en su aparición, pero también la exposición a irritantes como olores fuertes o cloro, algunos virus o medicamentos empleados en el tratamiento oncológico, diabetes, acné, etc.
En cuanto al protocolo de recomendación dermofarmacéutica, la asesora enseña dos fases: "el cuidado intensivo en la fase aguda con el aceite ozonizado, y para reparar e hidratar bálsamo de labios de aceite ozonizado".
Finalmente, concluye con unas recomendaciones generales para el cuidado de la mucosa nasal, como "realizar lavados nasales con suero fisiológicos o soluciones salinas, secarse a toques, evitar tocar o rascarse la nariz, mantener las defensas fuertes y una buena hidratación", y un consejo que sirve para casi todo. "Beber al menos dos litros de agua al día".
