Este último año ha sido de cambios para Lierac, que ahora forma parte de Laboratoire Native. María Castillo, PR & Communications Manager, habló este miércoles de la última novedad de Lierac, que es un relanzamiento de uno de sus tratamientos históricos. En 1996, ya fueron pioneros al lanzar un tratamiento ...
Este último año ha sido de cambios para Lierac, que ahora forma parte de Laboratoire Native. María Castillo, PR & Communications Manager, habló este miércoles de la última novedad de Lierac, que es un relanzamiento de uno de sus tratamientos históricos. En 1996, ya fueron pioneros al lanzar un tratamiento específico para la menopausia. 25 años después, se adapta a los avances de la ciencia. "La menopausia ya no es un tema tabú. Las mujeres de 50 años abordan esta etapa de otra manera, lo que influye de manera positiva en los síntomas y en la percepción de la menopausia", explicó.
Pilar Pérez Rivas, directora de Formación, detalló las características de Arkéskin. Recordó que la menopausia es una etapa inevitable en la que conviven más de un millón de mujeres en el mundo. Se transita por ella al menos diez años. Cada año, 430.000 mujeres entran en la menopausia.
La menopausia conlleva diferentes cambios que van a afectar a la mujer en toda su vida. El momento inicial la podemos enmarcar en los 40. En los 45, se entraría en la premenopausia. A partir de los 50, en la menopausia. Ésta afecta en la piel, al igual que al resto de los órganos de nuestro cuerpo y se traduce en sequedad, en pérdida de firmeza y elasticidad y afinamiento de la epidermis.
En 2021, Lierac pone el foco en la cronobiología, la ciencia que estudia los ritmos biológicos. El ritmo circadiano es el reloj biológico de 24 horas que regula el organismo. Estos ritmos se regulan por los genes clock, a su vez regulados por las hormonas, entre ellas el estradiol. A medida que se van cumpliendo años, la presencia del estradiol va disminuyendo. La consecuencia es que, como los genes clock no tienen señal, se desregula la piel. Pérez Rivas recordó que la piel tiene una función protectora por la mañana y regeneradora por la noche. Si no identificamos bien en qué momento estamos del día, estas funciones se ven alteradas y, por ende, el ritmo circadiano.
Arkéskin se basa en la cronobiología para resincronizar los ritmos biológicos de la piel y corregir de manera visible los signos del envejecimiento cutáneo hormonal: sequedad, pérdida de densidad y falta de firmeza. Lo que hace es que la piel tenga su función de protección durante el día y de regeneración por la noche.
La gama incluye una crema confort reequilibrante día, que además protege de la luz azul, y un fluido nutritivo redensificante noche. "Apostamos por la naturalidad, con un 96% de ingredientes de origen natural en los dos", matizó. La crema incorpora bio-péptido Día para la función de protección, extracto de cacao que es antioxidante y restaura la elasticidad de la piel y ácido hialurónico de alto peso molecular que hidrata y alisa. Por su parte, el fluido tiene bio-péptido Noche pata la función de regeneración, grano de lino que es redensificante, achicoria que alisa y mejora la elasticidad y ácido hialurónico microencapsulado.
Estos dos tratamientos se complementan con un cuidado corporal, que tiene como objetivo nutrir la piel de la mujer menopaúsica y mantener su frescor, a base de jengibre y doble ácido hialurónico, y con un complemento vía oral. El azafrán que trae como componente este último ayuda a regular los cambios hormonales asociados con la menopausia en lo que es el estado de ánimo. "Es muy importante nutrir desde el interior", dijo. Su vitamina D ayuda a fijar el calcio a los huesos. Igualmente, su fórmula incorpora aceite de argán, camelina y onaagra; vitamina B9 y selenio. Se toman dos cápsulas, preferiblemente por la tarde, ya que el azafrán ayuda a conciliar el sueño.
A nivel de fórmulas, esta gama ofrece sensorialidad. Estos tratamientos ayudan a las mujeres a llevar mejor la menopausia. Su claim es la piel a tu ritmo. Se puede utilizar durante los diez años en los que la mujer convive con la sintomatología a nivel cutáneo, desde la premenopausia. Uno de los signos más clarividentes es el cambio de la acumulación de grasa.
