El coronavirus, ejemplo del valor social de la industria farmacéutica

Un informe de la Fundación Weber avala la labor social de los medicamentos. El objetivo del documento, realizado con la colaboración de Farmaindustria, es ver la contribución de la industria farmacéutica como sector económico, la contribución de los medicamentos en los resultados de salud y el papel de éstos a la hora de reducir el impacto de las enfermedades sobre la actividad económica de los distintos países. La mayoría de la ciudadanía percibe el impacto de los medicamentos en su calidad de vida.

24/03/2021

Cada euro invertido en medicamentos ahorra entre dos y siete en otros gastos sanitarios y suma ahorros indirectos en productividad y otros costes sociales. El informe El valor del medicamento desde una perspectiva social, elaborado por la Fundación Weber con la colaboración de Farmaindustria, fue presentado este miércoles. El documento ...

Cada euro invertido en medicamentos ahorra entre dos y siete en otros gastos sanitarios y suma ahorros indirectos en productividad y otros costes sociales. El informe El valor del medicamento desde una perspectiva social, elaborado por la Fundación Weber con la colaboración de Farmaindustria, fue presentado este miércoles. El documento analiza el valor que aporta la innovación farmacéutica en los resultados en salud y calidad de vida de los pacientes, el impacto sobre los gastos sociales evitados, las mejoras en productividad laboral y la contribución que supone el sector para la economía en su conjunto, a través de un exhaustivo análisis de la evidencia científica.

Francisco Hernández, director de Comunicación de Farmaindustria, destacó que el informe trata de dar a conocer las aportaciones del medicamento desde una tripe perspectiva: social, económica y sanitaria.

Álvaro Hidalgo, presidente de la Fundación Weber, afirmó que la aportación del medicamento como motor de la innovación merece una reflexión de cuál es el rol que queremos que juegue la industria farmacéutica en España. El objetivo del informe, resultado de una exhaustiva revisión de la literatura científica desde 2018, cuando se publicó su primera edición, es ver la contribución de la industria farmacéutica como sector económico, la contribución de los medicamentos en los resultados de salud, en términos también de calidad de vida, y el papel de los medicamentos como tecnología que permite reducir el impacto de las enfermedades sobre la actividad económica de los distintos países. Recalcó la calidad científica de las aportaciones que se resumen en el documento.

Subrayó que la industria farmacéutica es un activo clave de la economía. Es un importante generador de empleo cualificado y de valor añadido. Es uno de los sectores industriales de mayor productividad por empleado. Es un referente en I+D e innovación. Posee un papel relevante en términos de competitividad exterior. En nuestro país, la industria farmacéutica emplea a 45.000 personas. El 62% de los trabajadores tiene estudios universitarios. Es el sector más intensivo en I+D a nivel mundial, con 153.800 millones de euros cada año.

Los medicamentos pueden aportar valor social a través de la reducción de pérdidas laborales que evitan, al mejorar la salud y la calidad de vida. Hidalgo concluyó que, en el ámbito económico, el sector (bio)farmacéutico es uno de los principales motores de empleo, productividad, valor añadido, innovación y competitividad de las economías desarrolladas. Asimismo, la utilización de medicamentos innovadores más eficaces puede redundar en un ahorro de costes, tanto directos como indirectos, liberando recursos para otros usos y redundando en beneficios desde una perspectiva social. Por último, "los medicamentos han cambiado el paradigma de las sociedades modernas", permitiendo que vivamos más y mejor. Los avances a nivel clínico se han producido tanto sobre los resultados en salud, como en la mejora de la calidad de vida de los pacientes.

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José María Álvaro-García.

Pedro Luis Sánchez, director del Departamento de Estudios de Farmaindustria, moderó un coloquio con Néboa Zozaya, Health Economics Manager en Weber; José María Álvaro-Gracia, presidente de la Sociedad Española de Reumatología (SER), y Andoni Lorenzo, presidente del Foro Español de Pacientes, entre otros expertos. Álvaro-Gracia sostuvo que la mayoría de la ciudadanía percibe el impacto de los medicamentos en su calidad de vida. "Los pacientes son los que, mejor que nadie, saben cómo estaban. Pero, una parte de la sociedad no lo percibe", consideró. Es necesario, por ello, hacer un gran esfuerzo de análisis de datos de vida real y un esfuerzo de difusión de los mismos. Zozaya sostuvo que muchas veces nos olvidamos de lo que suponen los medicamentos y sólo nos acordamos de lo que cuestan. Son necesarios sistemas de información adecuados para evaluar los datos de vida real. Lorenzo pensó que hace falta más pedagogía. El valor del medicamento y el papel de la industria farmacéutica están entendidos en el paciente crónico, no tanto en el resto. Una de las cosas que, a su juicio, hay que mejorar es el acceso a medicamentos innovadores: "El gran problema que nos encontramos a veces los pacientes es que vemos innovación y avances en medicamentos que mejorarían nuestra calidad de vida y no tenemos acceso a ellos". Álvaro-García defendió que el acceso a los nuevos medicamentos en España es razonable, pero que el esfuerzo de "educar" a los pacientes es tarea de todos. Hay pacientes que demandan tratamientos porque son nuevos y, a veces, no son mejores. Reconoció, no obstante, que en algunos sitios puede haber dificultades de acceso.

Juan López-Belmonte (en la foto principal), presidente de Farmaindustria, clausuró la presentación. Subrayó que la innovación en medicamentos no es un gasto, sino una inversión. Esta realidad "debe estar en la base de la estrategia de un país moderno como España". Del informe, se quedó con el dato de que cada euro en producción genera entre uno y dos adicionales en otros sectores, y que cada empleo directo, hasta cuatro indirectos o inducidos. Alegó igualmente que este sector ha demostrado una capacidad de respuesta a la crisis sin precedentes. El coronavirus está siendo un claro ejemplo del valor social que tiene para la humanidad encontrar una cura para el causante de la mayor pandemia global de los últimos cien años. La primera vacuna contra el Covid-19 se estaba aplicando sólo nueve meses después de que la Organización Mundial de la Salud (OMS) declarase la pandemia.

Autor: IM Farmacias
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