El mercado respiratorio expectora sus peores cifras de ventas

2021 empezó con peores datos de ventas para el mercado de fármacos respiratorios. A caballo entre la segunda y la tercera ola de Covid-19, las medidas de profilaxis debidas a la nueva enfermedad y una climatología cada vez más benigna reducen la demanda de medicamentos en un tiempo en el que la gripe parece estar ausente. Y dado que, según los datos ofrecidos por la firma IQVIA, hasta los antihistamínicos, única clase terapéutica al alza, pierden algunas décimas, dentro de su crecimiento tradicionalmente saneado.

28/04/2021

En 2020, año de la pandemia, y durante los primeros 31 días de enero de 2021, el mercado del frío descendió alrededor del -20% en sus ventas, tanto en valor (-19%) como en ...

En 2020, año de la pandemia, y durante los primeros 31 días de enero de 2021, el mercado del frío descendió alrededor del -20% en sus ventas, tanto en valor (-19%) como en volumen (-23%), según las cifras aportadas por la firma IQVIA a enero de 2021, a Precio de Venta al Público (PVP). En este declive ininterrumpido del Aparato Respiratorio (R), agravado por el SARS-CoV-2. Todas las clases terapéuticas, salvo la clásica de los antihistamínicos, bajaron también en Precio de Venta desde el Laboratorio (PVL).

De forma que productos con y sin receta se vieron arrastrados a unas caídas inéditas hasta comienzos de 2020. Por otro lado, salvaron las cifras de OTC las mascarillas, tanto en el conjunto de 2020, como en el primer mes de 2021, tal como se confirma en este análisis. Análisis que también recuerda que el Covid-19 se transmite por el aire y ataca severamente las vías respiratorias en un número demasiado abundante de personas.

El secreto está en el aire

El síndrome respiratorio agudo severo (SARS-CoV-2) representa una ruta de transmisión que justifica diferenciar con claridad entre los aerosoles y las gotitas que tienen su origen en la respiración humana. Cuando se trata de entidades mayores de 100 µm, micras (µm) como milésimas partes de un milímetro, dichas gotitas son expulsadas como pequeñas balas en parábola descendente al suelo, que abarca dos metros de sector circular respecto de la persona que habla, tose o estornuda.

De este comportamiento aerodinámico y su capacidad para ser inhalado se deriva riesgo de contagio para las personas que están dentro de esa área y la relativa ausencia de peligro para los individuos que superan esa distancia de dos metros, o seis pies, en medida anglosajona.

Al margen de esta división de trazo un poco grueso, las gotitas oscilan entre una µm y 500 µm, con un diámetro medio que ronda las 10 µm. De forma que las gotas más grandes, cuyo diámetro supera las 100 µm, siguen trayectorias únicamente frenadas por la fuerza de la gravedad y la resistencia aerodinámica. Por su lado, las gotas de tamaño intermedio pueden ser transportadas a distancias destacables, dentro de lo que se llama nube turbulenta multifase. Al tiempo que gotas y partículas más pequeñas, con diámetros inferiores a las 5 y 10 µm, tienen capacidad para permanecer suspendidas en el aire sin límite de tiempo, salvo que la brisa exterior las desplace o la ventilación intencionada en los espacios cerrados permita su salida al exterior.

Estas gotas, llamadas de Flügge, en honor del bacteriólogo e higienista alemán que las describió entorno a 1890, Karl Flügge, se desprenden violentamente de secreciones como el moco y la saliva que están en el tracto respiratorio y las mucosas al estornudar, toser, espirar o hablar, incluso en voz baja, sin que el sujeto se dé cuenta de ello, salvo ocasiones muy aparatosas. Por su parte, los aerosoles, que tienen un tamaño inferior a las 100 micras pueden permanecer suspendidos en el aire en tiempos que van de los pocos segundos a las horas. Asegurando su permanencia, por ejemplo, en los espacios sin ventilación o en presencia de humo. Sien[1]do propensos también a los fenómenos de superpropagación, cuando las condiciones físicas en las que son liberados al aire amplían el radio de los dos metros de distancia.

A tenor de esta cierta capacidad para viajar, los miles de aerosoles liberados por las personas con SARS-CoV-2, sintomáticas o asintomáticas, ponen el centro de la prevención en evitar esta transmisión aérea. Mediante mascarillas, el distanciamiento social y las medidas de higiene, como el lavado constan[1]te de manos y la ventilación de los espacios cerrados.

En este terreno, y como quedó recogido en The American Journal of Respiratory and Critical Care Medicine, los profesionales sanitarios, entre los que están incluidos los farmacéuticos por derecho propio, deben estar muy atentos a conocer, aconsejar y prevenir en su caso, situaciones potenciales de contagio. Como explicó el profesor Rajiv Dhand, decano de la Facultad de Medicina de la Universidad de Tennessee (EEUU), los aerosoles infecciosos se valen de partículas en suspensión aérea que pueden producir por diversos procedimientos de generación de aerosoles (AGP), ya sea por nebulizadores de chorro o por succión o intubación traqueal. Dado que la intubación, la broncoscopia y las técnicas de succión generan bioaerosoles infecciosos que disparan la tos y las tasas de infección entre la población asistencial. Algo que no ocurre, por ejemplo, con la oxigenoterapia, las cánulas nasales de alto flujo humidificada, la ventilación no invasiva y la ventilación manual a través de máscara de oxígeno, al ser métodos que permiten una dispersión más alejada del paciente y del personal que le atiende.

Según las recomendaciones del Centro para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC) de Atlanta, en EEUU, es necesario evitar procedimientos que irriten las vías respiratorias para no estimular toses o estornudos violentos que amplíen la exposición a aerosoles infecciosos en las personas situadas en las inmediaciones más próximas. Al tiempo que, si se usan ventiladores mecánicos se deben emplear filtros en el puerto de exhalación del ventilador o mediante máscara de oxígeno. Mientras que los pacientes que respiran de forma normal deben usar mascarilla quirúrgica. Siendo preferible que las personas infectadas permanezcan en dependencias individuales. Dado que las partículas que no son filtradas en nariz y orofaringe, por ser más pequeñas, salen a gran velocidad en los estornudos y toses, con potencial para infectar a personas algo más alejadas. Mientras que, una vez ya dentro del nuevo huésped, pasan por la corriente del aire hasta los pulmones, donde se depositan según su tamaño, en función de distintos mecanismos patogénicos.

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Autor: IM Farmacias
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