"El sector sanitario tiene que reducir su huella de carbono de una forma drástica"

El neumólogo y asesor médico medioambiental Carlos Cabrera se pone al frente del webinar `Ecología y salud pulmonar: nos toca liderar un gran cambio´

04/06/2021

El momento de actuar frente al cambio climático no es ahora, era ayer. Y la concienciación está muy bien, pero ya pasó también. Hoy toca por fin pasar a la acción". Así de contundentes son las palabras con las que el doctor Carlos Cabrera, neumólogo y asesor médico medioambiental, explica ...

El momento de actuar frente al cambio climático no es ahora, era ayer. Y la concienciación está muy bien, pero ya pasó también. Hoy toca por fin pasar a la acción". Así de contundentes son las palabras con las que el doctor Carlos Cabrera, neumólogo y asesor médico medioambiental, explica cómo los profesionales sanitarios pueden liderar un cambio de hábitos en la sociedad que se presenta "urgente e imprescindible". Bajo el título de `Ecología y salud pulmonar: nos toca liderar un gran cambio´, Boehringer ha organizado este jueves un webinar con el doctor Cabrera en el cual el especialista ha detallado los efectos y evolución del cambio climático en la salud pulmonar, así como la huella climática del sector salud.

Para poner en contexto la envergadura del problema, recuerda las cifras aportadas por la OMS que indican que el cambio climático es el responsable de 250.000 muertes directas al año, pero además, "las muertes indirectas se cuentan por millones". "Tanto es así que la Comisión Lancet ha etiquetado al cambio climático como el reto en salud más importante del siglo XXI", añade.

Así pues, aunque el coronavirus se lo esté poniendo difícil al cambio climático, "el covid-19 nos va a durar dos años, mientras que el cambio climático va a ir aumentando a lo largo de este siglo", señala el especialista.

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La "Biblia" de esa evidencia es el Panel Intergubernamental para el Cambio Climático de la Organización Mundial de Meteorología apoyado por la ONU, cuyas evidencias "se usan para presionar a los gobiernos para que adopten las medidas necesarias para paliar el cambio climático".

En este sentido expone que el calentamiento global está suponiendo un auténtico problema. "Cada año y cada quinquenio son más calurosos que los anteriores. 2019 fue el segundo año más caluroso de todos los que se han visto en la historia". Además, no va a afectar de una forma homogénea a todo el planeta. "En general la temperatura ha subido 1,11ºC, pero al aumentar más en el hemisferio norte, con la consecuente disminución de la masa de hielo, esto va a conllevar muchos problemas en la flora y la fauna, y no solo local", incide Cabrera. Por ejemplo, "el deshielo cambia las rutas migratorias de los peces y todas las personas que viven en las costas van a tener problemas de subsistencia si basan su alimentación en la pesca".

En cuanto a cómo el cambio climático afecta a la salud, hace hincapié en que no solo afecta por una vía, sino que por el contrario "influye en un montón de vías diferentes", como las infecciones respiratorias en lugares donde no habían existido hasta ahora. Sin ir más lejos, aclara el neumólogo, en España hubo un brote de fiebre del Nilo.

Las inundaciones son otro problema con graves consecuencias para la salud, porque como expone Cabrera, "no hay nada que se le dé mejor a las lluvias torrenciales que aliarse con el calentamiento global, de modo que agua posada con calor es igual a la proliferación de microorganismos". Cita en este punto un estudio que revela que el 70% de los brotes diarréicos de los últimos 30 años en Estados Unidos vinieron precedidos de lluvias anómalas o extremadamente fuertes.

Igualmente, el cambio climático va a favorecer también variaciones de temperaturas, diferencias muy relacionadas con la aparición de infecciones respiratorias como neumonías en niños y en personas mayores. Al mismo tiempo, apunta, "lo mismo que pasa con los mosquitos y el calor va a pasar con las flores y el polen. Si cada vez hace más calor, la polinización será cada vez más larga y si encima se junta con la contaminación, será mucho más potente".

Asimismo, "tenemos los eventos extremos, que nos atacan en las ciudades europeas sobre todo. Cada verano es más caluroso y marcan récord de calor, que van a desestabilizar a enfermedades como las respiratorias crónicas y las cardiovasculares", añade Cabrera.

La última vía por la que este problema afecta a la salud, a su juicio, es contaminación, intrínseca al cambio climático y que "suele darse en las ciudades y está muy relacionadas también con la desestabilización de enfermedades respiratorias crónicas, cardiovasculares, e incluso con la incidencia de cáncer".

Tal es la importancia que ha ido adquiriendo el cambio climático, remarca, "que la Sociedad Europea de Respiratorio lo compara con la lucha realizada contra el tabaquismo. El tabaco mata, y el cambio climático, también".

La `culpa´ del sector salud

Por otro lado, reflexiona sobre si los profesionales de la salud se han parado o no a pensar si el propio sector está influyendo de forma negativa al cambio climático. Eso es lo que ha venido a resaltar un documento elaborado por Salud sin daños en colaboración con Arup, que lleva por título Huella climática del sector de la salud.

En él han calculado cuánto contaminarían todos los sistemas sanitarios si fueran un solo país en el mundo. "Este `país sanidad´ sería el quinto país productor de CO2 mundial, es decir, aporta un montón de gases de efecto invernadero a la atmósfera. De modo que nos tenemos que empezar a plantear un problema de profesionalismo ético", afirma el doctor. "Si sabemos que el cambio climático produce enfermedades, desestabiliza enfermedades crónica, y vemos que el sector salud es un gran contribuyente al cambio climático ¿cómo es posible que nosotros los médicos estemos ayudando a la pérdida de salud de la población y a la desestabilización de nuestros pacientes crónicos? Esto es algo que nosotros éticamente no podemos permitirnos, el sector sanitario tiene que reducir su huella de carbono de una forma drástica", manifiesta.

En su opinión, el sector salud tiene muchas formas de reducir las emisiones de CO2, aunque como neumólogo destaca una en concreto. Se trata de los inhaladores presurizados, que suponen un 4% de toda la huella que desprende el sector. Con lo cual, resalta una vez más que "el tiempo de la concienciación ya se fue", siendo ahora el momento del paso a la acción. Para ello lo primero "son políticas para el cambio, pero a los políticos si no los presionamos, por ejemplo, como sociedad, no van a cambiar. Al forzar a la industria hay un cambio".

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Además, "tenemos las acciones individuales no como ciudadanos, sino como profesionales sanitarios. Buscar la manera de que los centros sanitarios sean mas eficientes, o reciclar en los hospitales, no es ninguna tontería. Hay muchas medidas", argumenta. No obstante, en relación con las medidas de impacto más inmediatas, una de ellas bajo su criterio es la de los inhaladores. "Un inhalador presurizado desprende por cada entre 28 y 36 kilos de dióxido de carbono. Eso es como si un coche recorriera la friolera de 300 kilómetros de media. Por otro lado tenemos los inhaladores `verdes´ (de polvo seco y de niebla fina). Estos inhaladores no llegan al kilo de CO2., que equivale a 6 kilómetros de recorrido de un coche".

Esta medida la incluyó Reino Unido el año pasado en un documento que propone un mapa para llegar a sistemas de salud de 0 emisiones. "Así que no somos los primeros en tener ese debate ético. Ellos ya lo han hecho, esperemos que los siguientes seamos nosotros", deja caer el especialista.

Separ también se ha puesto, por su parte, "manos a las obra", aportando una serie de recomendaciones como sociedad científica. Entre ellas está el tema de los inhaladores, pero "hay muchas más", como el apoyo a la investigación sobre el cambio climático o la inclusión en las guías clínicas del impacto de los tratamientos.

"Hay muchas acciones que se pueden llevar a cabo", remarca Cabrera, "pero tenemos una cosa clara: nuestra sociedad científica sola no va a poder pelear". "El cambio climático es algo que vamos a tener que mover entre toda la sanidad. Todos los médicos vamos a tener que luchar por un objetivo común que es bueno para el planeta, para nuestros enfermos y para que la población general no pierda salud, que es una de nuestras máximas éticas como médicos", concluye.

Autor: IM Farmacias
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