___La piel es el órgano más grande que tenemos y no termina de formarse hasta los seis años. La piel del bebé es, por tanto, inmadura y vulnerable, de ahí que haya que extremar su cuidado. Y más aún cuando se trata de una piel atópica. Esta enfermedad in amatoria ...
___La piel es el órgano más grande que tenemos y no termina de formarse hasta los seis años. La piel del bebé es, por tanto, inmadura y vulnerable, de ahí que haya que extremar su cuidado. Y más aún cuando se trata de una piel atópica. Esta enfermedad in amatoria de la piel se manifiesta con sequedad, picor e irritabilidad. "Comienza con picazón y enrojecimiento, ampollas y exudado, y luego lleva al desarrollo de costras y parches. Hormiguea, quema, pica... La piel atópica es incómoda e incluso dolorosa", nos describen desde los Laboratorios Uriach.
Más común en la infancia, más brotes en invierno
La dermatitis atópica suele ser más frecuente en la infancia, llegando a afectar hasta un 20% de los niños. En el 85% aparece antes de los cinco años. Aun así, según datos de la Asociación de Afectados por la Dermatitis Atópica, se da en un 2-8% de los adultos, siendo más frecuente en países industrializados.
Los pacientes con dermatitis atópica tienen alterada la barrera cutánea y el sistema inmunológico y la enfermedad se ve agravada por factores externos. Mejora en verano, pero en invierno y con la llegada del frío es habitual que se den brotes más agudos por los cambios bruscos de temperatura del exterior al interior de las casas. El picor es una de las manifestaciones más características de la dermatitis atópica. El 88 % de los pacientes lo sufren y un porcentaje importante de estos lo sufre a diario. "Romper el círculo vicioso del picor es uno de los cuidados fundamentales ya que, al rascarse, contribuyen a dañar aún más la barrera cutánea, favoreciendo una mayor pérdida de agua y una mayor predisposición a las infecciones", comentan los expertos de Eucerin.
Una buena hidratación, clave
En palabras de Carme Chorto, asesora científica de la marca: "Una buena hidratación de la piel es la primera línea de tratamiento, ya que ayuda a restablecer la barrera cutánea. Estos productos deben ser libres de agentes irritantes como perfumes o determinados conservantes y se valora muy positivamente la incorporación en las fórmulas de agentes antinflamatorios. Asimismo, se debe evitar el uso de jabones agresivos y usar, en su lugar, syndets con alto contenido en aceites para evitar que la piel se reseque aún más".
Una higiene adecuada
La hora del baño es un momento excelente para cuidar la piel del bebé y más aún en el caso de piel atópica. Para ello se utilizará siempre agua tibia, ya que el calor produce mayor irritación. El tiempo recomendado de contacto con el agua es de 5 a 10 minutos como máximo, utilizando siempre jabones suaves y de pH ácido.
Es muy importante no frotar la piel durante el lavado. Hay que dedicar especial atención a secar los pliegues del cuerpo (axilas, rodillas, ingles) y genitales. Y es recomendable aplicar cosmética específica después del baño. Es muy recomendable mantener las uñas limpias, tanto del cuidador como del bebé, para evitar heridas que podrían llevar a una infección. Una vez fuera del baño hay que envolver al bebé en una toalla y secar su piel con suaves toques. También hay que tener en cuenta la ropa: siempre mejor elegir prendas de algodón que lana o tejidos sintéticos.
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