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Un estudio dirigido por investigadores del Instituto Monash de Ciencias Farmacológicas subraya el importante papel que la disfunción linfática mesentérica (DLM) juega en el desarrollo de la resistencia a la insulina y de la obesidad. Tanto en humanos que se alimentan con dietas con alto contenido graso como en un ...
Un estudio dirigido por investigadores del Instituto Monash de Ciencias Farmacológicas subraya el importante papel que la disfunción linfática mesentérica (DLM) juega en el desarrollo de la resistencia a la insulina y de la obesidad. Tanto en humanos que se alimentan con dietas con alto contenido graso como en un modelo animal, los científicos han constatado que la DLM progresa en asociación con la obesidad, con un incremento del crecimiento y ramificación de los vasos linfáticos, los cuales aumentan excesivamente su permeabilidad, dejando escapar su contenido al tejido adiposo visceral. Este mecanismo promueve la resistencia a la insulina, según afirma Natalie Trevaskis, co-directora del estudio.
Tras descubrir que la DLM está regulada por la ciclooxigenasa (COX)-2 y por un factor de crecimiento vascular, el equipo investigador utilizó un profármaco inhibidor de la COX-2 dirigido a los vasos linfáticos, el cual normalizó la función linfática, revirtió la obesidad visceral, redujo la inflamación y restauró el control de la glucemia. Trevaskis enfatiza que el éxito de este estudio es en buena parte debido a la plataforma tecnológica de producción de profármacos GlyphTM, la cual ha sido específicamente creada para diseñar compuestos de molécula pequeña que transitan directamente al sistema linfático mesentérico tras su administración oral.