Proteger nuestra piel durante el invierno

El viento, las bajas temperaturas y la exposición a las radiaciones ultravioleta reducen la humedad ambiental durante el invierno. Frente a esas agresiones, la piel reacciona liberando agua y, por tanto, secándose.

22/12/2021

Además, la calefacción y la contaminación de las grandes ciudades (mayor en invierno) ensucian la piel, taponan los poros y reducen su oxigenación y transpiración. Eso hace que durante los meses de invierno el estado de la piel empeore, porque el manto hidrolipídico de la epidermis se debilita y se ...

Además, la calefacción y la contaminación de las grandes ciudades (mayor en invierno) ensucian la piel, taponan los poros y reducen su oxigenación y transpiración. Eso hace que durante los meses de invierno el estado de la piel empeore, porque el manto hidrolipídico de la epidermis se debilita y se ralentiza la circulación. Con menos oxígeno y nutrientes, ofrece un aspecto más seco, apagado y opaco. ¿Las consecuencias? Una falta de hidratación y lípidos en la epidermis que pone en peligro su función protectora.

La piel seca y deshidratada puede darse en cualquier momento del año, pero especialmente cuando cambia el clima. A medida que muchas partes del mundo comienzan a sentir el frío en el aire con el cambio de estación, muchos de nosotros también estamos comenzando a ver cambios en nuestra piel. Durante los meses más fríos, hay menos humedad en el aire exterior y los sistemas de calefacción interior también pueden deshidratar la piel. Esa combinación de temperaturas extremas puede hacer que la piel se sienta seca, con picazón e incómoda. El aire seco también puede provocar pequeñas grietas en la superficie de la piel, que actúan como puntos de entrada de impurezas que son dolorosas y antiestéticas.

Problemáticas específicas

Además, existen determinados problemas, como el melasma (manchas en la piel del rostro), que no solo deben ser tratados con fotoprotección en verano, porque pueden agravarse también con exposiciones solares en otra época del año.

Pero el invierno también puede ser un aliado para la piel, como ocurre en el caso de las personas que sufren hiperpigmentación. El invierno es la mejor época para realizar tratamientos despigmentantes faciales intensivos, tanto domiciliarios como en la consulta médica (peelings químicos o mascarillas). Para cuidar el cutis en invierno lo primero que debemos hacer es averiguar nuestro tipo de piel, pero sin olvidar que no es homogénea. La piel de nariz, mentón y frente es más grasa e hidratada, mientras que la de las mejillas y la región preauricular (la piel de delante de las orejas) es muy fina y con muy poca hipodermis. Por ello, estas zonas acusan más los daños invernales en forma de desecación, envejecimiento prematuro y, en las pieles más delicadas, capilares dilatados (cuperosis).

La farmacia comunitaria, por su cercanía a la población y sus conocimientos en dermatología, es el punto sanitario ideal para recibir asesoramiento profesional sobre cuidados específicos de la piel en invierno, especialmente en el caso de necesidades concretas. Cuando la humedad ambiental baja del 90 al 60%, la piel pierde, igualmente, un 30% de humedad. Por este motivo, hay que elegir con mucho cuidado la crema a utilizar para hidratar el cutis en invierno. Los especialistas en cosmética vienen centrando desde hace tiempo sus investigaciones en las reacciones de la epidermis frente a las bajas temperaturas. Por eso, la mayoría de las gamas de cuidados cosméticos diarios cuentan con productos para pieles muy secas, ideales para esta estación, y también las llamadas cold creams, un tipo de crema que contiene en su composición muy poca agua y mucho aceite.

En invierno también es importante prestar atención a los productos que se utilizan para desmaquillarse. Independientemente del tipo de piel, en esta época es mejor sustituir los jabonosos por leches limpiadoras y cremas suaves.

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Autor: IM Farmacias
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