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Durante la presentación de la "Guía de Competencias profesionales para la prestación de Servicios Profesionales Farmacéuticos Asistenciales en la Farmacia Comunitaria", el Consejo General de Farmacéuticos (CGCOF) y el Foro de Atención Farmacéutica en Farmacia Comunitaria (Foro AF-FC) repasaron conjuntamente las principales habilidades adquiridas con formación que deben tener los ...
Durante la presentación de la "Guía de Competencias profesionales para la prestación de Servicios Profesionales Farmacéuticos Asistenciales en la Farmacia Comunitaria", el Consejo General de Farmacéuticos (CGCOF) y el Foro de Atención Farmacéutica en Farmacia Comunitaria (Foro AF-FC) repasaron conjuntamente las principales habilidades adquiridas con formación que deben tener los farmacéuticos para la prestación de servicios profesionales farmacéuticos asistenciales, a partir de las actividades de esta naturaleza que ya realizan, denominadas SPFA, y que también están dispuestos a ampliar y potenciar.
El papel asistencial del farmacéutico en la Farmacia Comunitaria requiere de competencias como la cooperación con otros profesionales sanitarios, la planificación de estrategias de prevención o la realización de seguimiento farmacoterapéutico del paciente. Razón por la que un trabajo tan intenso como coordinado ha permitido llegar a definir 31 competencias que deben de tener, o adquirir, los farmacéuticos para poder prestar 20 servicios profesionales farmacéuticos asistenciales.
Cristina Tiemblo
En su bienvenida a la prensa, Cristina Tiemblo, contadora del CGCOF, definió "competencia" como toda pericia, aptitud e idoneidad que faculta a un profesional para intervenir en acciones y asuntos concretos.
Un valor positivo y necesario, según explicó, que hace posible evaluar la calidad del desempeño profesional y sentar las bases de la recertificación.
De cara a asegurar la transmisión de los conocimientos y habilidades adquiridas inicialmente en el grado universitario de Farmacia, en forma de competencias académicas. Unas facultades formadas que luego tienen su continuidad y plenitud con la consecución de las competencias profesionales posteriores a la colegiación y en virtud del ejercicio profesional que se desarrolla.
Consideró Tiemblo que el hecho de ser farmacéutico o farmacéutica tiene su continuidad en la actualización de las competencias en paralelo a los avances sociales y tecnológicos que experimenta la comunidad a la que sirven. Al ser este uno de los argumentos principales para celebrar el alumbramiento de una guía en la que recoger 20 servicios profesionales nacidos del consenso y sus 31 competencias derivadas de ellos, ya sea de manera unívoca, tangente o compartida.
Para esta esta responsable del foro, el documento presentado habilita y potencia la actividad asistencial del farmacéutico, a partir de experiencias contrastadas y tangibles. Después de un trabajo ímprobo que deja el texto a disposición de las administraciones. Al incorporar también los avances observados en algunos territorios, acerca de esta materia, por la vía libre dada a determinados servicios profesionales por fuerza de la pandemia o como fruto de una concepción más madura del modelo de farmacias, como ocurre en otros países.
Tiemblo aseguró que, a partir de ahora, la profesión y su máximo órgano de representación pueden acudir a todos los escenarios de negociación con el respaldo de un documento estructurado, potente y muy buen definido. Hasta que, competencia a competencia, reciba su impulso desde las administraciones competentes en un desarrollo que, previsiblemente, tendrá su reflejo a escala estatal y también autonómica.
Se trata de un documento vivo, aseguró, que estará sujeto a revisiones para adaptar la vocación farmacéutica de servicio a los pacientes y la sociedad en su conjunto en cada momento futuro.
Fernando Martínez
A continuación, Fernando Martínez, director grupo de investigación en AF Universidad de Granada, explicó la metodología seguida para la realización de la guía. Desde el concepto canónico del diccionario que hace posible actualizar las competencias en tres áreas como son el conocimiento, la psicometría y la subjetividad objetivable necesaria para la resolución de problemas. Con una cuarta parte de herramientas disponible a tal fin, mediante verbos de acción en infinitivo, diferenciados del objeto y los factores condicionantes, según los propósitos buscados.
Alabó Martínez el acierto de haber adoptado la taxonomía contrastada del psicólogo Bloom en los tres planes de aprendizaje citados, con un catálogo de verbos en infinitivo debidamente jerarquizados. Para ir de los verbos básicos de análisis y reflexión a los otros niveles más avanzados. Por ser este un documento profundo y de un gran empeño para su consecución.
Según este ponente, siempre es necesario recordar que los servicios farmacéuticos profesionales ofrecen un retorno medio de la inversión de 6 euros por cada 1 euro empleado. Con el ejemplo de las indicaciones farmacéuticas como algo demostrado durante una larga pandemia en la que la cruz verde de las fachadas no se apagó nunca.
Para potenciar la capacidad de resolución de problemas en condiciones banales de salud en plano de igualdad con los centros de salud, en una puntuación de más de cuatro puntos en una escala de 5 a 1.
Aunque Martínez no quiso caer en comparaciones de tipo económico, aun siendo manifiesta la capacidad de los farmacéuticos para reducir la presión asistencial que sufren los médicos.
Conxita Mestres
A continuación, la representante de la Conferencia Nacional de Decanos de las Facultades de Farmacia, Conxita Mestres, recordó la seriedad de los planes de estudios en la profesión, al ser guiados desde la Administración. Con diversidad de salidas de ejercicio profesional para los estudiantes, después de completar un grado de 300 créditos, habilitantes tanto para ejercer la profesión en la farmacia comunitaria como en la hospitalaria.
Así se acredita al farmacéutico futuro haber adquirido competencias de tipo asistencial, como aseguró Mestres. Ya que la pandemia ha servido de revulsivo para acabar con el esquema de clase magistral única, que se completa ahora con seminarios para grupos reducidos y la resolución en equipo de casos, además de optar a clases tuteladas en FH y oficinas de calle.
Para Mestres, la profesión evoluciona y los planes de estudios procuran adaptarse a los nuevos tiempos, dentro de las rigideces que impone el marco normativo.
De manera que se mostró muy ufana por tener un documento de referencia para la adquisición de competencias desde el grado. Al ser este el campo más fértil para los futuros profesionales, su medio de desempeño y su proyección de especialización y mejora continua.
Vicente Baixauli
Vicente Baixauli, presidente de la Sociedad Española de Farmacéuticos Comunitarios y de Familia (SEFAC), se mostró seguro de que el documento presentado servirá al farmacéutico para saber cómo proceder en situaciones cotidianas, y tan diversas e imprevistas como ha demostrado la pandemia.
Razonó igualmente que, en un medio cambiante como el sanitario, era necesario un corpus de competencias para el ejercicio profesional y que sirviera a la vez como base para la necesaria recertificación. De forma que todos los agentes del sector puedan disponer de indicadores de actividad profesional y una formación posgrado que multiplique lo aprendido en el grado. Para la adquisición de las citadas competencias profesionales en los medios naturales de desempeño, como son las oficinas de farmacia y los servicios de los hospitales, según sus palabras.
Justificó Baixauli las actividades asistenciales como sustrato de los estándares profesionales. Al cimentar además la formación y desarrollar SPFA con respaldo profesional. A un mismo tiempo como incentivo y promoción según los cauces de mejora de cada profesional.
Desde el ejemplo del Reino Unido, donde se asume que el 70% de los síntomas menores pueden ser resueltos en las oficinas de farmacia con un ahorro para las arcas públicas de 140.000 millones de euros y un claro descargo de trabajo para los médicos.
Entre las competencias a reivindicar por efecto de la pandemia, este ponente señaló la vacunación, por ser la más idónea para las farmacias. Desde el incoherente contraste de los farmacéuticos españoles respecto a sus colegas portugueses y franceses, deudores todos ellos de similares esquemas formativos y que, sin embargo, sí pueden asistir a los ciudadanos en el importante acto de inmunización.
Ana Dago
Finalmente, Ana Dago, presidenta de la Fundación Pharmaceutical Care, destacó la investigación como parte del desempeño profesional de los farmacéuticos, y como forma de saber hacer, saber ser y saber estar en la resolución de problemas. Desde el enorme potencial del farmacéutico comunitario por su acceso a información directa y de primera mano en materia de eficacia y seguridad de los tratamientos. Se trata, claramente según la ponente, de un perfil idóneo para los equipos multidisciplinares y las dinámicas de continuidad de cuidados de los ciudadanos.
Dado que, en palabras de Dago, la habilidad investigadora se estimula desde el grado y se disemina y fortalece en el ámbito laboral y profesional dentro de un ámbito asistencial como es la farmacia.
A la vez que la formación se confirma como actividad intrínsecamente ligada a la investigación.
Momento en el que, para terminar, varios ponentes observaron que competencias de las presentadadas son transversales y comunes a distintos servicios profesionales.