Desde las farmacias con sección de óptica y también desde el resto de las oficinas, los farmacéuticos vigilan atentamente la salud de los ojos de los ciudadanos. Como recuerda la vocalía de la especialidad dedicada a los órganos de la visión y la acústica del Consejo General de Colegios de ...
Desde las farmacias con sección de óptica y también desde el resto de las oficinas, los farmacéuticos vigilan atentamente la salud de los ojos de los ciudadanos. Como recuerda la vocalía de la especialidad dedicada a los órganos de la visión y la acústica del Consejo General de Colegios de Farmacéuticos (CGCOF), la salud entra por los ojos y es mucho lo que puede hacer cada farmacéutico para preservar la calidad de vida de las personas en este sentido.
Anticiparse a la DMAE
Partidaria de los ejemplos prácticos, dicha vocalía pone el acento en la Degeneración Macular Asociada a la Edad (DMAE), patología degenerativa que afecta a 700.000 personas en España junto a un importante número de población sin diagnosticar. En general, esta condición de salud aparece en el 30% de los mayores de 70 años. Razón por la que el CGCOF estima que el farmacéutico comunitario es el agente de la salud imprescindible para asesorar a las personas con sospecha de DMAE y, en su caso, derivar a los servicios de Atención Primaria y Oftalmología.
Para avanzar en esta función sanitaria y social, la vocalía de óptica y acústica ofrece a los farmacéuticos un informe técnico y sendas infografías para los profesionales y los ciudadanos, en ambos casos con apoyo en redes sociales. Instrumentos necesarios para promover la prevención, incrementar la detección precoz de la DMAE y otras patologías oculares y, además, velar por la adherencia a los tratamientos de los pacientes ya diagnosticados. Actitud y ejercicio que se traduce en tres niveles de intervención: la promoción de la salud ocular, la educación sanitaria, el cribado de factores de riesgo, la detección de la patología y la mejor farmacoterapia puesta al servicio de cada paciente en tratamiento.
De cara a anticiparse al daño ocular manifiesto y provocado por esta enfermedad degenerativa, progresiva y crónica propia del envejecimiento que se caracteriza por la destrucción gradual de la visión central al incidir en la parte de la retina que se denomina mácula, las farmacias de calle están en línea con los ciudadanos. En su evolución, la DMAE reduce la agudeza por el detalle en la visión central, con distorsión de líneas y objetos, además de provocar la pérdida de la visión en color y la sensibilidad al contraste. La visión pierde, por tanto, competencia en esa zona y difi culta tareas cotidianas como leer o conducir. Además de causada por la edad, a partir de los 50 años la DMAE se puede ver potenciada por la existencia de antecedentes familiares, el hábito tabáquico y su riesgo multiplicado de dos a cinco veces, además de la obesidad y la exposición prolongada al sol.
Básicamente, la DMAE se divide en seca o atrófica, que es la más frecuente (85%) y que se distingue por la visión borrosa; y la DMAE neovascular, húmeda o exudativa, que es la más grave y de más rápido desarrollo, cuando los vasos sanguíneos que hay debajo de la mácula crecen de forma desordenada y conllevan pequeñas hemorragias que hacen que la persona perciba las líneas rectas como onduladas en la parte central de la visión. Algo que se puede detectar fácilmente mediante la rejilla de Amsler.
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