La farmacia comunitaria es el espacio sanitario más accesible en el que los pacientes realizan consultas de diversa índole sobre sus problemas de salud dermatológicos, esperando que el farmacéutico los resuelva con su consejo. Por ello, el 75% de la población elige al farmacéutico como primer eslabón, siendo las patologías ...
La farmacia comunitaria es el espacio sanitario más accesible en el que los pacientes realizan consultas de diversa índole sobre sus problemas de salud dermatológicos, esperando que el farmacéutico los resuelva con su consejo. Por ello, el 75% de la población elige al farmacéutico como primer eslabón, siendo las patologías dermatológicas más frecuentemente consultadas: dermatitis atópica (27%), alopecia (21%), acné (15%), psoriasis (15%), alteraciones de la pigmentación (11%), estados descamativos (6%) y rosácea (4%). Hay que tener en cuenta que la piel se ve afectada por los factores del exposoma, concepto que engloba las exposiciones ambientales en base al estilo de vida, a las que el ser humano se somete a lo largo de su vida.
En concreto, se define el exposoma como el conjunto de factores, externos e internos, y sus interacciones, a las que un individuo está sujeto desde su concepción hasta su muerte, así como la respuesta del cuerpo a estos factores que conducen a signos biológicos y clínicos de envejecimiento cutáneo. Entre los factores más estudiados que afectan a la piel, se encuentran la exposición a la radiación solar, la contaminación ambiental, el tabaco, la nutrición inadecuada o el estrés.
La función del farmacéutico es asesorar a los pacientes, maximizando la efectividad y seguridad de los tratamientos, dando un consejo adecuado a cada caso. El objetivo es realizar una educación para la salud apropiada. Con ello, se pretende ofrecer un Servicio Profesional organizado, dirigido y reproducible. El empleo de productos cosméticos protege la piel frente a los factores del exposoma. De esta manera, corrigen alteraciones cutáneas, reducen el consumo de medicamentos e incrementan el bienestar del paciente.
Protocolos
Por otro lado, otra importante labor del farmacéutico en dermofarmacia es la cosmetovigilancia, que tiene como objetivo estudiar, identificar y valorar los efectos adversos causados por los productos cosméticos. Los efectos no deseados derivados del uso de productos cosméticos, en la mayoría de los casos, son leves, transitorios y no causan daños permanentes. Se debe saber que un efecto no deseado es una reacción adversa atribuible a la utilización normal o razonablemente previsible por parte del paciente. También es posible que puedan ser efectos sistémicos y graves, como ocurre ante un efecto grave no deseado, donde se produce una incapacidad temporal o permanente, discapacidad, hospitalización, anomalías congénitas o riesgo inmediato para la vida o la muerte. Es importante recordar que, si se sospecha de la existencia de un efecto grave no deseado causado por un producto cosmético, el farmacéutico está obligado a noti carlo en el buzón institucional de la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios. En caso de un efecto no deseado provocado por un producto cosmético que no sea grave, es recomendable la notificación. Si se trata de una posible interacción con la medicación, se deriva al médico.
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