La población envejecida padece situaciones especiales de soledad, movilidad reducida, dependencia, enfermedades que implican deterioro cognitivo, dificultad para la compresión y toma correcta de los medicamentos, así como discapacidad visual, auditiva y otras incapacidades. Algunos también padecen situaciones familiares delicadas, en las que se pone de manifiesto la necesidad de ...
La población envejecida padece situaciones especiales de soledad, movilidad reducida, dependencia, enfermedades que implican deterioro cognitivo, dificultad para la compresión y toma correcta de los medicamentos, así como discapacidad visual, auditiva y otras incapacidades. Algunos también padecen situaciones familiares delicadas, en las que se pone de manifiesto la necesidad de un cuidador o asistente. El incremento de la esperanza de vida está ligado a un aumento en la cronicidad de los tratamientos, pluripatología y polimedicación.
Según la OMS, entre 2015 y 2050 los mayores de 60 años pasarán de 900 a 2000 millones (del 12 al 22%). En España, según el INE, el porcentaje de población de 65 años y más, que actualmente se sitúa en el 19,6% del total de la población, alcanzaría un máximo del 31,4% en torno a 2050. Y la tasa de dependencia también alcanzaría un máximo en torno a 2050 (del 81,1%).
Ante estas cifras es necesario llevar un cambio urgente en el sistema sanitario y centrar la atención en los pacientes con patologías crónicas, principalmente si son dependientes y vulnerables, articulando un sistema que potencie e invierta en la prevención de la enfermedad y en la maximización de los años de vida saludables de la población. El papel del farmacéutico es clave para empoderar al paciente con información para gestionar mejor su enfermedad, y que éste se involucre en su control, ayudándole a tomar buenas decisiones, manteniendo hábitos de vida saludables. La confianza que se establece en las visitas habituales del farmacéutico con el paciente es clave a tener en cuenta en cualquier intervención necesaria en la población mayor.
Servicios Profesionales
El envejecimiento equivale a un aumento de enfermedades crónicas, y también a la necesidad de controlarlas. Para ello, la farmacia puede ofrecer un gran apoyo a las personas mayores con servicios específicos.
A través del Servicio de Control del Riesgo Cardiovascular, que proporcionan plataformas como SEFAC Expert, no sólo se permite medir y controlar la presión arterial, sino que se mide la probabilidad de padecer una enfermedad mortal coronaria en los próximos 10 años (SCORE). Otro servicio beneficioso sería el de Seguimiento en el Dolor para la gestión de la enfermedad artrósica, ayudando a mejorar la calidad de vida del paciente con hábitos higiénico-dietéticos.
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