Sonreír de manera saludable

Sin mascarilla que la esconda, nuestra salud bucal salta a la vista. Además de unos dientes blancos, hay otros problemas que requieren nuestra atención como son la gingivitis, halitosis, aftas, sequedad bucal o el herpes labial.

15/07/2022

Cepillarse los dientes correctamente es la mejor forma de preservar nuestra salud bucodental. Actualmente, según el `Global Healthy Thinking Report 2021´, más de la mitad de los españoles (53%) no se cepilla los dientes dos veces al día. En concreto, solamente el 47% lo hace. Estos datos re­ ejan, sin ...

Cepillarse los dientes correctamente es la mejor forma de preservar nuestra salud bucodental. Actualmente, según el `Global Healthy Thinking Report 2021´, más de la mitad de los españoles (53%) no se cepilla los dientes dos veces al día. En concreto, solamente el 47% lo hace. Estos datos re­ ejan, sin lugar a dudas, los malos hábitos de los españoles en cuanto a la higiene bucal.

En este contexto, Marta Montserrat, especialista en periodoncia de la clínica dental Friedländer, advierte de que "gracias a un buen cepillado, se puede combatir la placa bacteriana que se adhiere a los dientes, las encías y la lengua y que puede generar problemas como mal aliento, dientes amarillentos, caries, in­ amación, gingivitis y otro tipo de enfermedades periodontales".

Gingivitis: atención al sangrado de las encías

La acumulación de bacterias en forma de placa bacteriana o biofillm dental provocan la in­ amación y sangrado de los tejidos. Es lo que conocemos como gingivitis. A lo largo de nuestra vida las encías pueden sangrar por diferentes motivos: por cambios hormonales en la pubertad o embarazo; por enfermedades como la diabetes, anemia, hepatitis, entre otras, o por falta de Vitaminas C y K. También puede deberse a un cepillado incorrecto, demasiado enérgico o con cepillos o herramientas interdentales que dañen nuestras encías y hagan que sangren. Si es puntual no hay que darle tanta importancia, aunque sí ponernos en alerta. Pero si es frecuente hay que consultar al especialista porque, de lo contrario, puede derivar a una periodontitis, que provoca una retracción de la encía y puede derivar en la pérdida de alguna pieza dental.

Como cuidado en casa hay que elegir una pasta dentífrica y un colutorio de acción antiséptica, que ayuden a reducir la placa evitando la creación de biofilm y con un excipiente bioadhesivo que permita una acción prolongada.

La incomodidad de la halitosis

El mal aliento es el término general que describe el olor desagradable que exhalamos por la boca. Pero si el mal olor es permanente hay que hablar de halitosis. Este `mal olor´ se produce por la descomposición de las proteínas que contienen los alimentos que ingerimos. Por eso, se asocia frecuentemente a una mala higiene bucal y también a enfermedades severas de otra índole que necesitan un tratamiento y diagnóstico específicos. Un dato curioso: las personas con halitosis suelen desconocer su problema por la incapacidad de oler su propio aliento. Solo el 24% lo notan ellos mismos, mientras que el 58% son informados por otros.

En un 90% de los casos, la principal causa radica en la cavidad bucal, por acumulación de bacterias en el dorso de la lengua, encías y entre los dientes, las cuales producen unos gases desagradables al olfato, especialmente cuando llevan tiempo retenidas en el interior de la boca. Por ello, es esencial una correcta higiene bucal diaria: además de los dientes, hay que cuidar la limpieza de la lengua, encías y los espacios interproximales. El origen del 10% restante puede ser nasofaríngeo, gástrico o sistémico (causado por enfermedades como la diabetes, así como dolencias hepáticas o pulmonares).

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Autor: IM Farmacias
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