Evitar la exposición directa y prolongada al sol para los bebés es la forma más efectiva de protegerles pero los expertos también recomiendan otras medidas de precaución como vestirles con ropa de algodón o el uso de gafas de sol oscuras, según indican desde el Hospital Vithas Madrid La Milagrosa. Además, ...
Evitar la exposición directa y prolongada al sol para los bebés es la forma más efectiva de protegerles pero los expertos también recomiendan otras medidas de precaución como vestirles con ropa de algodón o el uso de gafas de sol oscuras, según indican desde el Hospital Vithas Madrid La Milagrosa.
Además, los expertos recuerdan que los bebés y los menores de 3 años son los más sensibles a los efectos nocivos de estas radiaciones debido a que su piel es más sensible, delicada y finca, por lo tanto, más permeable a sustancias de las cremas que pueden ser perjudiciales y provocarles reacciones como alergia o irritaciones.
En este sentido, el doctor Alejandro López Escobar, jefe clínico del servicio de pediatría del Hospital Vithas Madrid La Milagrosa, ha recomendado, entre otras medidas, no exponer a los bebés, especialmente menor de 6 meses, evitar aplicarle protector solar.
Preferentemente, según este experto, hay que evitar la exposición directa y prolongada al sol y buscar sombras en espacios abiertos o utilizar una sombrilla. Además, el doctor recomienda protegerles con prendas de ropa de algodón, sombreros, gafas de sol oscuras y con filtro para rayos ultravioleta.
En ese sentido, el doctor López Escobar señala que, "igual que hacen los mayores, niños deben utilizar gafas de sol para proteger sus ojos frente a las radiaciones ultravioletas". "Además, esta medida evita que pueda entrar algún cuerpo extraño en los ojos, como la arena", ha apostillado.
Según la AEP, las radiaciones ultravioletas A y B del sol, "al igual que alteran y dañan la piel, pueden ser muy nocivas para los ojos, pudiendo afectar a la córnea (queratitis) y, a largo plazo, llegar a dañar la retina". Por ello, el especialista aconseja que los niños utilicen gafas de sol a partir del primer año de vida.
"No olvidemos que, aunque las gorras o sombreros pueden proteger de la radiación directa en el ojo, no protegen de la parte de la radiación que se refleja en el suelo, la arena, la nieve o el agua", ha concretado.
En el caso de los niños", ha apostillado, "también aplicarles cremas solares resistentes al agua y con factor de protección alto". Además, recuerda que estas medidas de precaución también deben adoptarse en los días nublados, ya que las nubes permiten el paso de la radiación ultravioleta.