La pandemia ha puesto a prueba a todas las esferas de los niveles asistenciales en Sanidad. Algunos de ellos, como la Farmacia, han salido bien parados, con "un aumento de la confianza" que, para Baltasar Pons, presidente de ASPROFA, no se ha producido de la misma manera en el plano ...
La pandemia ha puesto a prueba a todas las esferas de los niveles asistenciales en Sanidad. Algunos de ellos, como la Farmacia, han salido bien parados, con "un aumento de la confianza" que, para Baltasar Pons, presidente de ASPROFA, no se ha producido de la misma manera en el plano de la Administración.
Mientras que los ciudadanos percibieron "la cruz siempre abierta" de los establecimientos farmacéuticos, Pons admite que tiene "demasiadas espinas clavadas" con los responsables públicos. "No se nos aprobó ninguna de las propuestas que hicimos, ni para hacer tests, ni para ayudar con la vacunación, ni con los cribados ni con nada de lo que se propuso", lamenta.
Fue este mismo junio ("dos años más tarde"), cuando el Gobierno de Baleares aprobó hacer certificados de las pruebas de antígenos. El escenario, hoy, sería otro: "podíamos haber liberado a la Atención Primaria y dejar que ellos se centraran en diagnosticar y prescribir, pero la Administración no quiso".
El resultado es un clima laboral que califica como "estado de ansiedad" que se transmite a la gente, que demanda todo "aquí y ahora", lo que ha cambiado inevitablemente la manera de trabajar.
Mientras desde la asociación intentan impulsar distintas medidas para mejorar el estatus del farmacéutico a nivel legislativo, entre otras iniciativas, luchan para que la Administración reconozca y remunere los servicios profesionales farmacéuticos. Pons, más que reprochárselo a los poderes públicos, hace autocrítica: "La Administración no ve todo lo que estamos haciendo en la farmacia comunitaria porque muchas veces no lo mostramos. Hay que hacer estudios, pósters, ir a los congresos... Y enseñar todo lo que estamos haciendo y hacerlo llegar a la Administración para que vean que les ahorramos mucho dinero y entiendan que, si se remuneraran, no habría que repercutir en los pacientes".
Esta mejor visibilización del rol del profesional de la farmacia favorecería una coordinación más fluida entre distintos niveles sanitarios. Si bien cree que es mucho más sencillo en poblaciones pequeñas, como en pueblos, sea cual sea el caso lo que se exige es "formación y más formación". De tal forma que, si otros profesionales sanitarios perciben esa preparación, aumentará la confianza y el farmacéutico entrará "en el canal".
E insiste: "Mi propuesta, que casi nadie la cumple, es aprovechar eventos multidisciplinares, congresos médico-farmacéuticos, presentaciones de medicamentos innovadores, jornadas, sesiones clínicas... Y, a partir de allí, estar en contacto".
Hacia una mejor farmacia asistencial
Para Pons, es otro de los aspectos que determinarán el futuro del sector. Una farmacia tiene "tres pilares básicos" para ser asistencial. El primero es el consejo, a través de una "dispensación activa, tanto en medicamentos como en dermo, en OTC, en todo"; el segundo son los servicios, llenando todas las necesidades de los pacientes y manteniendo "una continuidad asistencial" mediante los servicios de farmacia, a la vez que se coordina todo con AP y Farmacia Hospitalaria.
Y el tercer pilar serían los cribados: desde anticipar una hipertensión, un pulso irregular, una diabetes, un cáncer de colon... "Es un arma muy potente que debemos aprovechar y potenciar, y demostrar lo que estamos haciendo".
La digitalización, está seguro, ayudará en todo lo anterior, ya que "es imparable". Pero advierte que no todas las farmacias podrán "hacerle frente" a causa del aumento del papeleo por parte de la Administración "y el aumento de gastos". Desde su punto de vista, requiere de una "estrategia a medio plazo".
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