Antoni Real Ramis, presidente del COFIB, recuerda que durante la pandemia el sector farmacéutico demostró "una capacidad de adaptación y servicio sanitario que quizá sirvió como ejemplo, tanto a la Administración como a ...
Antoni Real Ramis, presidente del COFIB, recuerda que durante la pandemia el sector farmacéutico demostró "una capacidad de adaptación y servicio sanitario que quizá sirvió como ejemplo, tanto a la Administración como a los propios ciudadanos". Y añade: "Hemos avanzado tecnológica y digitalmente, aprovechando nuestra capacidad e infraestructura previa para implementar nuevos servicios y proyectos en red, algunos de ellos en conexión con el Servei de Salut, como en los certificados Covid-19, que abre una nueva puerta muy interesante para los próximos tiempos".
En cuanto a las lecciones y mejoras que se han implementado desde la farmacia, Real recuerda que "durante la pandemia se ha visto la eficacia de la red de farmacias", aunque "lo más importante es que hemos demostrado que estamos preparados para asumir mucho más peso en el SNS". Ello se ha visto recompensado incluyendo a las farmacias en la red de certificación Covid-19, posibilitando la emisión del Certificado Covid Digital UE. Según el presidente del COF Baleares, "es un primer paso para formar parte del equipo que participa en el historial clínico del paciente, pero, sobre todo, es un reconocimiento a la capacidad asistencial y tecnológica". No se trata solo de implementar más servicios, "sino de potenciar todos los servicios sanitarios que se ofrezcan desde las farmacias, en coordinación con la Administración y dentro de una cartera de servicios asistenciales".
Sobre la integración de la red de farmacias en la nueva Red de Vigilancia de la Salud Pública, a Real le consta que "se está avanzando en ello y que está prevista la incorporación de las farmacias, como establecimiento sanitario, lo que potenciará mucho más la red de vigilancia de la Salud Pública". En este sentido, señala que "sabemos que el CGCOF está trabajando mucho y muy bien al respecto y, obviamente, dejar fuera de una red de salud pública a más de 22.000 establecimientos sanitarios, con más de 76.000 profesionales sanitarios de primer orden no tenía sentido". La principal reivindicación de los farmacéuticos de las Baleares es que la actual situación "permita dar el paso definitivo hacia una farmacia asistencial que realice un seguimiento personalizado y específico del tratamiento de los pacientes, al mismo tiempo que seguimos desarrollando la digitalización en nuestro sector". En este sentido, remarca que los farmacéuticos han hecho "un gran esfuerzo por desarrollar nuevos servicios" y han luchado "por consolidar una farmacia más asistencial y de más servicios a pesar de las circunstancias actuales", aunque precisan "del apoyo de la Administración". En cuanto a la actualidad farmacéutica de la región, Real insiste en que "permanece la intención de negociar un nuevo Concierto de prestación farmacéutica en las Islas Baleares", puesto que el actual data de 2003 y viene prorrogándose anualmente por parte de la Administración. A pesar de que se ha ido adaptando a las nuevas normativas implantadas, como la receta electrónica, "su actualización integral es necesaria".
En cuanto a las amenazas a las que se enfrenta la farmacia comunitaria, Real enfatiza en el reto "de adaptar la gestión de la oficina de farmacia a los nuevos tiempos y circunstancias que acontecen, y tender hacia una profesionalización de todos los aspectos de la gestión diaria". Según él, el sector farmacéutico debe ir asumiendo estos cambios y mejorar la posición en la cadena sanitaria. Por todo ello, se precisa "aprovechar más los recursos y potenciar los servicios sanitarios que se ofrecen".
