A raíz de la pandemia el concepto de burnout ha ganado popularidad, sobre todo entre los profesionales de la salud. La evidencia reciente sobre este problema que se identifica con agotamiento emocional, despersonalización y reducción de la realización personal sugiere que la tasa entre los farmacéuticos ha llegado a superar ...
A raíz de la pandemia el concepto de burnout ha ganado popularidad, sobre todo entre los profesionales de la salud. La evidencia reciente sobre este problema que se identifica con agotamiento emocional, despersonalización y reducción de la realización personal sugiere que la tasa entre los farmacéuticos ha llegado a superar el 60% de profesionales afectados. Con el propósito de visualizar el problema del estrés laboral en la profesión farmacéutica y aportar conceptos básicos y estrategias para promover el autocuidado entre farmacéuticos, técnicos de farmacia y personal de apoyo, el 80º FIP World Congress ha dedicado una mesa a este desafío especialmente preocupante en el personal sanitario.
"El estrés es una reacción psicofisiológica del organismo en la que entran en juego muchos mecanismos de defensa para hacer frente a una situación que se percibe como una amenaza o desafío. Así, aparecen síntomas con palpitaciones, aumento de la ingesta de oxígeno…", expone Rainero Del Federico, director de Contenido Formativo en Mindful Systems,
Por otro lado, el especialista analiza la `respuesta de lucha o escape´, o alerta. "Se desarrolló a lo largo de nuestro proceso de evolución como una herramienta práctica para enfrentar situaciones que amenazan la vida. Es, por tanto, una reacción más primaria y propia de los animales"
En este sentido, del Federico desmiente la connotación negativa del estrés. "No es malo. De hecho, lo necesitamos para adaptarnos, para cambiar… El problema es cuando el estrés se cronifica", indica.
Asimismo, se puede medir. El ponente aporta como ejemplo la ley de Yerkes-Dodson, que describe la relación empírica entre el estrés y el rendimiento. "Cuando el estrés es demasiado alto, el rendimiento disminuye. Para agregar más matices, la forma de la curva de rendimiento de estrés varía según la complejidad y la familiaridad de la tarea", señala.
En resumidas cuentas, "el desempeño de la tarea es mejor cuando los niveles de excitación están en un rango medio, con tareas difíciles que se realizan mejor con niveles más bajos de excitación y tareas simples que se realizan mejor con niveles más altos de excitación".
Respecto a la reacción que sufre el cuerpo cuando se somete al estrés crónico, el especialista apunta tres. Primeramente la debilitación del sistema inmunitario, lo que lo hace mas vulnerable más vulnerable a enfermedades autoinmunes, así como cánceres y enfermedades cardiovasculares.
Por otro lado hace alusión al deterioro cognitivo y emocional, con el decrecimiento de las habilidades, de la capacidad de concentración y de la memoria. Un tercera consecuencia es el burnout, que produce desórdenes del sueño, además de depresión y puede generar un abuso de determinadas sustancias.
Una problemática reconocida por la OMS
En enero de 2020 la OMS lo reconoció como una patología que tiene lugar en el laboral y lo definió como el "síndrome conceptualizado como resultado del estrés laboral crónico que no se ha manejado con éxito". Como explica el especialista, el burnout afecta a tres dimensiones. "Agotamiento físico y mental, negatividad y reducción de la eficacia en el trabajo".
Además de las implicaciones emocionales, no es baladí el coste económico anual del estrés relacionado con el trabajo. Según datos pre pandemia, "300.000.000 dólares en Estados Unidos y 136.000.000 euros en Europa".
La buena noticia es que existen estrategias del manejo del estrés cuya eficacia ha sido probada. Una de las más destacables es el mindfulness. "Es una técnica que conecta el cuerpo con la mente. Tan simple como eso", la define del Federico. "Es una forma de retroalimentación del cuerpo. El escritor y psicólogo Spencer Johnson proponía que en un minuto de silencio, a solas conmigo mismo, primero me doy cuenta de lo que estoy haciendo y luego puedo elegir si voy a encontrar una mejor manera", agrega.
La investigación en este campo cobra impulso en 2005 a raíz de la XIII conferencia interdisciplinar del MIT (Mind and Life Institute) `La ciencia y la aplicación clínica de la meditación´, un trabajo conjunto del Dalai Lama y algunos de los investigadores más relevantes en el campo del estrés, como el profesor Robert Sapolsky, de la Universidad de Stanford.
Sin embargo, aclara que el mindfulness no es meditación. El primero "es un estado de la mente que impacta positivamente en el cuerpo y el cerebro", mientras que la meditación engloba "antiguas técnicas orientales cuya práctica induce a un estado de atención plena". Por ejemplo, Vipassana, una de las técnicas más conocidas, "proporciona una estructura sistemática para organizar el entrenamiento regular de atención plena en función de los resultados".
En este sentido, explica, diversas investigaciones han demostrado los beneficios del entrenamiento regular en mindfulness. Grosso modo, "mejora la atención (estabilidad, control y eficiencia), la emoción (ciclo de vida y reactividad), la cognición (memoria de trabajo y flexibilidad cognitiva), el comportamiento (autorregulación y reducción del piloto automático) y la fisiología (respuesta al estrés, neuroplasticidad y cambios estructurales cerebrales)", detalla.
Por lo tanto, concluye "es una herramienta eficaz y rápida. Solo requiere cinco minutos al día".
