Julián Lázaro (Burgos) Viajamos hasta el municipio burgalés de Aranda de Duero para conocer a Julián, que pertenece a una saga familiar de farmacéuticos: "Mi padre ha sido farmacéutico durante 40 años. Si bien al principio no tenía tan claro que la farmacia comunitaria fuese lo mío, por lo que ...
Julián Lázaro (Burgos)
Viajamos hasta el municipio burgalés de Aranda de Duero para conocer a Julián, que pertenece a una saga familiar de farmacéuticos: "Mi padre ha sido farmacéutico durante 40 años. Si bien al principio no tenía tan claro que la farmacia comunitaria fuese lo mío, por lo que preparé el examen FIR y realicé la especialidad de farmacia hospitalaria, al final me enamoré de ella tras hacer una segunda toma de contacto tras la residencia".
Joven pero muy experimentado, lo que más le gusta de su profesión es la cercanía con los pacientes: "Muchas veces eres la primera persona a la que consultan, y es muy gratificante ver todo lo que puedes ayudar". Y es que el trato cercano y familiar no tiene precio, ¿verdad? "¡Es lo que más valoro! Además, nuestra farmacia está situada en la zona centro de Aranda de Duero, donde no hay grandes núcleos de vivienda, por lo que atendemos mayoritariamente a gente anciana", explica el farmacéutico.
A Julián le tocó vivir la farmacia en plena pandemia. "En ese momento, la Atención Primaria en los centros de salud se dedicó casi exclusivamente al Covid-19, provocando que otras patologías quedaran muy desatendidas", recuerda. Con todo, "la confianza adquirida con los pacientes durante ese periodo se sigue manteniendo incluso ahora, cuando las consultas médicas funcionan con normalidad, y ha servido para reforzar a la farmacia".
Lázaro considera que el modelo Mediterráneo de farmacia funciona, y mucho: "Permite garantizar el acceso a los medicamentos en la totalidad del territorio", pero también necesita cambios: "Antes o después, la digitalización tendrá que llegar". En su o cina situada en Aranda de Duero, Julián dispensa fundamentalmente medicamentos financiados. "Supone el 80% de las ventas", nos dice, y continúa: "Salvo situaciones especiales, esta es la realidad en la mayoría de las farmacias del territorio". En cuanto a las EFP u OTC, "son muy importantes ya que permiten abordar patologías leves en momentos en los que el paciente no puede o no quiere hacer una consulta médica. En mi caso, aprovecho la formación clínica que recibí en la especialidad para potenciar el uso de estos fármacos".
Y es que los servicios están al alza. "La problemática radica en la dificultad de adaptar los espacios en la farmacia para una correcta prestación del servicio", asegura, y añade: "Es muy probable que aquellas farmacias con un mayor volumen de facturación sean las que terminen copando la oferta de los mismos, mientras que un gran número de farmacias no podrán prestarlos de forma rentable".
Hablando de rentabilidad, el farmacéutico es consciente de que "los impagos en este entorno serían un desastre. En Castilla y León, afortunadamente, no lo hemos sufrido. Con un volumen de venta de medicamento financiado del 80%, un retraso de dos meses haría inviable continuar con la actividad". Como medidas de mejora, apuesta por una mayor autonomía del farmacéutico y promover la comunicación entre las farmacias y los centros de salud, algo que "ayudaría a solventar errores de prescripción, posología, tamaños de envase, formas farmacéuticas etc."
Y es que la farmacia tiene mucho que aportar: "Mientras se mantenga la prestación farmacéutica como hasta ahora, el futuro del sector está garantizado en el medio-largo plazo". Habrá que mejorar en una mayor integración de la farmacia dentro del sistema y en una mayor expansión en la prestación de servicios. La farmacia del futuro ha llegado.
