Diego Ameyugo (La Rioja) Diego ha vivido la farmacia comunitaria desde chico. No en vano, cogió el testigo de sus predecesores, y ya es la segunda generación de farmacéuticos. "Desde pequeñito estaba en la rebotica con mi padre y le ayudaba en todo lo que fuera necesario", recuerda este farmacéutico, ...
Diego Ameyugo (La Rioja)
Diego ha vivido la farmacia comunitaria desde chico. No en vano, cogió el testigo de sus predecesores, y ya es la segunda generación de farmacéuticos. "Desde pequeñito estaba en la rebotica con mi padre y le ayudaba en todo lo que fuera necesario", recuerda este farmacéutico, a quien lo que más le gusta de su trabajo es la relación con los pacientes: "De hecho, eso hizo que me inclinara por la carrera de Farmacia". Sus comienzos en la majestuosa Calahorra van ligados a su padre y a la farmacia de la familia: "El edificio donde está la farmacia lo construyó mi abuelo, antiguamente era una fábrica de macarrones durante la guerra civil. Sobre los años 70, mi padre trasladó la oficina de farmacia desde la parte vieja de Calahorra hasta la zona céntrica actual".
Historia, vocación, tradición familiar… Diego es testimonio vivo de la farmacia de ayer y de hoy. También estudió óptico-optometría y actualmente está al frente de Riofarco: "Mi padre fue presidente de la cooperativa farmacéutica Riojana. Unos años más tarde, y tras el paso de dos presidentes, yo tomé el relevo".
Su oficina de farmacia, enclavada en un municipio de más de 23 mil habitantes, le permite conocer uno a uno a sus clientes. "Muchas veces sabemos lo que nos van a pedir, y eso nos permite adelantarnos a sus problemas", asegura el farmacéutico, cuya botica ha sido buque insignia de la sanidad en España durante la pandemia:"Hemos sido el primer batallón para parar este tipo de emergencia. Como hemos visto, no ha habido apenas médicos in situ, y los pacientes tenían mucho miedo sobre sus patologías".
Piensa que la o cina de farmacia se ha profesionalizado en los últimos diez años: "Los farmacéuticos modernos nos basamos en campañas digitales. Considero que el farmacéutico tiene que poder comunicarse con las personas jóvenes a través de medios digitales". Diego resume esta evolución: "Antiguamente éramos simplemente dispensadores, y ahora somos un agente sanitario muy importante en el sector". En esta ecuación juegan un papel fundamental los servicios farmacéuticos profesionales, algo que "los pacientes demandan cada día más. Lo que quieren es que, al salir por la puerta, les hayamos resuelto todas sus dudas de salud, sean cuales sean", afirma, y añade que "en mi farmacia hemos hecho campañas de diabetes, pruebas de calcio y de vitaminas y minerales, por ejemplo".
Recientemente, han incorporado un dermoanalizador que permite examinar en profundidad las arrugas, manchas, poros y otros aspectos de la piel para que luego "nosotros podamos fabricar una crema específica para cada persona". En este sentido, si bien es cierto que a raíz de la pandemia "la dermo ha bajado bastante", siendo más frecuente en el canal online, considera que "a la farmacia los pacientes acuden en busca del consejo y del asesoramiento profesional".
Tradicional, pero a la vez moderno, Diego lleva el testigo de una saga familiar: "Soy farmacéutico antiguo, a mí me enseñó mi padre, y me gusta el cara a cara con el paciente". Sobre el futuro, lo vislumbra "complicado y difícil, cada día nos bajan más los precios de los medicamentos. Sanidad nos está echando la culpa a las farmacias del gasto farmacéutico, cuando el principal gasto farmacéutico está en los hospitales", asegura, y concluye: "Esto nos obliga a reducir plantillas y el stock porque los márgenes no dan".
