Un estudio realizado en casi 170.000 mujeres en Noruega establece por primera vez una relación entre la trayectoria de las quemaduras solares (QS) a lo largo de la vida y la incidencia de los cánceres de piel más comunes. En el grupo de mujeres en los que los datos de ...
Un estudio realizado en casi 170.000 mujeres en Noruega establece por primera vez una relación entre la trayectoria de las quemaduras solares (QS) a lo largo de la vida y la incidencia de los cánceres de piel más comunes. En el grupo de mujeres en los que los datos de exposición cubrían más de 6 décadas, una frecuencia constante de QS se asoció a un aumento del 50 y del 35% en el riesgo de sufrir melanoma y carcinoma de células escamosas cutáneo, respectivamente. El riesgo de ambos tipos de cáncer fue del 50% en las mujeres con la misma frecuencia de exposición y datos correspondientes a 4 décadas.
El análisis de la frecuencia de QS estratificó a las participantes en 3 grupos diferenciados por la etapa de la vida en la que las QS fueron más frecuentes. La mayor incidencia en la infancia o en la juventud se asoció a un aumento de riesgo de alrededor del 45% en ambos tipos de cáncer. En contraste, una baja frecuencia de QS durante la infancia, pero elevada durante la edad adulta incrementó el riesgo sólo un 20%. Las mujeres en las que las QS fueron frecuentes exclusivamente en el periodo central de la vida presentaron un aumento de riesgo insignificante. Simon Lergenmuller, investigador de la Universidad de Oslo y primer autor del estudio, afirma que los resultados confirman la hipótesis, según la cual la infancia es una fase crítica en la prevención de los cánceres cutáneos más frecuentes. Los hallazgos también explicarían la ocurrencia de estos cánceres en personas que empezaron a usar protectores solares en la edad adulta, pero no en fases anteriores a ésta.
