Biomarcadores dietéticos: metaboloma alimentario y su relación con la nutrición de precisión

Por Víctor de la O, Edwin Fernández y Alfredo Martínez, del centro IMDEA Alimentación

02/12/2022

La evaluación del consumo de alimentos implica un procedimiento complejo en el que hay multitud de factores a considerar de una dieta, las cuales pueden causar controversias, cuando se intenta describir el perfil nutricional. La mayor parte de los alimentos ingeridos sufren transformaciones, alteraciones o se consumen acompañados de otros ...

La evaluación del consumo de alimentos implica un procedimiento complejo en el que hay multitud de factores a considerar de una dieta, las cuales pueden causar controversias, cuando se intenta describir el perfil nutricional. La mayor parte de los alimentos ingeridos sufren transformaciones, alteraciones o se consumen acompañados de otros alimentos, que modifican su valor nutricional. Además, hay ciertos alimentos especialmente difíciles para realizar una cuantificación exacta, tales como es el caso de las bebidas, cantidad de sal utilizada, uso de grasas y aceites, consumo de pan o la adición de diversos ingredientes y condimentos durante la confección culinaria, habitualmente no mencionados a la hora de hacer el registro dietético.

La valoración tradicional de ingesta de nutrientes (como los registros dietéticos, recordatorios de 1 día, 3 días o 7 días, o los cuestionarios de frecuencia de consumo de alimentos) tienen una fiabilidad y validez cuestionable por presentar errores de medida sistemáticos, así como ser subjetivos y depender de las tablas de composición de alimentos (Freedman et al., 2006). Por este motivo, durante la última década, la metabolómica (ciencia que estudia la cuantificación de productos intermedios o finales del metabolismo) ha surgido como una herramienta valiosa para estimar cambios en fluidos biológicos asociados a la ingesta de determinados nutrientes inducidos por la dieta (Scalbert et al., 2014).

¿Qué es el metaboloma?

El «metaboloma» es el conjunto de pequeñas moléculas o metabolitos que se pueden encontrar en cualquier muestra biológica (Scalbert et al., 2014), por lo que el «metaboloma humano» está compuesto por metabolitos procedentes de los alimentos, los fármacos, los toxicos/contaminantes y aquellos que se encuentran en nuestro propio organismo de forma endógena (Figura 1). El metaboloma alimentario se define como el conglomerado de moléculas que forman parte del metaboloma humano derivada directamente de la digestión y resultado de la biotransformación de los alimentos y sus constituyentes por los tejidos del ser humano y la microbiota (Scalbert et al., 2014). Los biomarcadores metabolómicos representan una fuente considerable (y aún en gran medida sin explorar) para medir las exposiciones dietéticas con un alto nivel de detalle y precisión. El «metaboloma de los fármacos» y de los «contaminantes» procede de la biotrasformación de los metabolitos de medicamentos y de los que proceden del medioambiente (Scalbert et al., 2014), ya que se aplica con fines sanitarios.

El metaboloma alimentario supone una herramienta útil para valorar la ingesta de alimentos y su relación con la aparición o progresión de una enfermedad (Bictash et al., 2010). Estudios científicos como los ensayos clínicos y estudios transversales han encontrado biomarcadores sin ningún tipo de suposiciones a priori (o lo que se denomina untargeted analysis), es decir, un enfoque en el que no se plantea ninguna hipótesis inicial con respecto a una posible exposición (dieta, contaminantes o medicamentos) que son evidentes en una relación con la enfermedad. Este tipo de investigaciones científicas tienen como finalidad encontrar biomarcadores que sean característicos de una exposición (Vinayavekhin & Saghatelian, 2010).

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Autor: IM Farmacias
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