Saioa Ugidos (Mondragón - Gipuzkoa) Saioa trabaja como farmacéutica adjunta en la Farmacia Aurora Ruiz Pérez, situada en el municipio guipuzcoano de Mondragón. "Elegí estudiar farmacia porque me entusiasmaba el ámbito sanitario. Ahora, tras tantos años de carrera profesional, sé que éste es el lugar donde debo estar, ya que el ...
Saioa Ugidos (Mondragón - Gipuzkoa)
Saioa trabaja como farmacéutica adjunta en la Farmacia Aurora Ruiz Pérez, situada en el municipio guipuzcoano de Mondragón. "Elegí estudiar farmacia porque me entusiasmaba el ámbito sanitario. Ahora, tras tantos años de carrera profesional, sé que éste es el lugar donde debo estar, ya que el día a día con nuestros pacientes es muy gratificante", explica la farmacéutica.
Le preguntamos cómo ha cambiado la farmacia después de la pandemia. Asegura que "se ha potenciado la atención telemática en detrimento de la presencialidad. Esto ha hecho aflorar muchas de nuestras fortalezas como farmacia comunitaria, entre las que destaca la relación de cercanía con nuestros pacientes y el tiempo que les dedicamos". Así, se ha reforzado el papel asistencial del farmacéutico comunitario, lo cual repercute directamente en una mejora de la salud del paciente. "Ya desde antes del coronavirus veía que había necesidades no cubiertas en los pacientes, pero con la pandemia esta situación se ha hecho mucho más evidente", reflexiona, y añade que "para cubrir esas necesidades debemos realizar más servicios profesionales asistenciales remunerados relacionados con el medicamento, porque somos los sanitarios expertos en el medicamento".
Para Saioa, la clave está en el desarrollo y potenciación de los servicios profesionales asistenciales. "Debemos ahondar en ello porque va en beneficio del paciente y porque reduce la carga de los centros de Atención Primaria y de los hospitales". Otro aspecto esencial es la intercomunicación con el resto de sanitarios: "Para que estos servicios profesionales asistenciales sean de mayor calidad debe existir una mayor comunicación y que ésta sea bidireccional entre diferentes niveles asistenciales (farmacéuticos, enfermería, médicos Atención Primaria, especialistas, etc.)". En definitiva, que se establezca una red sanitaria para y por el paciente. Y ¿qué hacer con los servicios no profesionales? "Se trata de un complemento, pero la columna vertebral de la farmacia comunitaria deben ser los servicios profesionales asistenciales junto con el medicamento".
Saioa considera que el futuro está en manos del propio colectivo: "Depende sobre todo de nosotros mismos, aunque creo que todos deberíamos remar en una misma dirección para que se vayan remunerando más servicios profesionales asistenciales (SPD, indicación farmacéutica, adherencia al tratamiento en asma y EPOC, seguimiento farmacoterapéutico, etc.), ya que somos unos grandes proveedores de salud".
