Encuentran un vínculo entre inactividad física y COVID persistente

Los sistemas sanitarios, los gobiernos y los profesionales médicos deberían centrarse en tratar la inactividad física relacionada con la COVID-19, según sugiere un reciente estudio.

10/01/2023

La alta incidencia de pacientes que informan de COVID persistente se ha convertido en una amenaza para los sistemas de salud en todo el mundo. Y es que alrededor del 76 % de los pacientes informaron al menos de un síntoma persistente seis meses después del alta hospitalaria, siendo la ...

La alta incidencia de pacientes que informan de COVID persistente se ha convertido en una amenaza para los sistemas de salud en todo el mundo. Y es que alrededor del 76 % de los pacientes informaron al menos de un síntoma persistente seis meses después del alta hospitalaria, siendo la fatiga, la disnea, la tos, el dolor de cabeza, la pérdida del gusto o del olfato y las alteraciones cognitivas o de salud mental ) los síntomas mayormente referidos por los afectados.

A partir de los efectos perjudiciales que la inactividad física puede tener sobre el estado de salud general y la calidad de vida de los sobrevivientes de COVID-19, un equipo de investigadores de la Universidad de Sao Paulo (Brasil) puso en marcha un estudio para averiguar un posible vínculo entre la inactividad física y las secuelas post-agudas de SARS-CoV-2. El objetivo específico fue examinar las asociaciones entre dichas secuelas y la inactividad física.

Para el estudio, publicado en ´Scientific Reports´, se reunió una cohorte de 614 sobrevivientes de COVID-19 que se sometieron a evaluaciones multidisciplinarias entre 6 y 11 meses después de la hospitalización en un hospital terciario en Brasil.

En dicha cohorte de pacientes seguidos de 6 a 11 meses después de la hospitalización en un centro sanitario terciario, aproximadamente el 60 % eran físicamente inactivos, lo que supera las estimaciones de inactividad del 47 % para personas de edad similar observadas en otro estudio poblacional en Brasil. Los modelos ajustados sugirieron que las secuelas de la COVID pueden predisponer a la inactividad física, particularmente cuando hay múltiples síntomas presentes. También se pudieron identificar síntomas específicos que predicen la inactividad física: dolor muscular/articular severo, fatiga, estrés postraumático, insomnio y disnea. Es importante destacar que la fatiga y la disnea permanecieron como predictores significativos incluso después de ajustar P-valor utilizando un enfoque muy conservador (es decir, corrección de Bonferroni)

Entre los principales hallazgos obtenidos cabe destacar que la frecuencia de inactividad física fue llamativa entre los pacientes con secuelas postCovid (60%). Dichas secuelas se asociaron con un 57 % más de probabilidades de inactividad física. Por otra parte, la presencia de ≥ 5 síntomas persistentes aumentó las probabilidades de inactividad física en un 138 %. La disnea (132 %), la fatiga (101 %), el insomnio (69 %), el estrés postraumático (53 %) y el dolor muscular/articular intenso (53 %) se asociaron con mayores probabilidades de inactividad física.

Estos resultados son relevantes, ya que tanto la fatiga como la disnea constituyen secuelas muy conocidas, en estos casos y, por lo tanto, pueden aumentar las probabilidades de inactividad física y, en última instancia, el riesgo de malos resultados de salud.

Teniendo en cuenta el efecto potencial de la inactividad física sobre la mortalidad y la morbilidad general, los investigadores creen que los servicios de atención médica, los profesionales y los legisladores deberían centrarse en tratar la inactividad física relacionada con la COVID-19.

Autor: IM Farmacias
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