La exposición a cambios bruscos de temperatura incide de manera directa sobre la salud de las personas suponiendo, en muchos casos, un peligro para el bienestar. Estas oscilaciones térmicas ejercen un efecto adverso en algunas de nuestras funciones fisiológicas, pudiendo incluso modificar la capacidad de nuestras defensas ante los diferentes ...
La exposición a cambios bruscos de temperatura incide de manera directa sobre la salud de las personas suponiendo, en muchos casos, un peligro para el bienestar. Estas oscilaciones térmicas ejercen un efecto adverso en algunas de nuestras funciones fisiológicas, pudiendo incluso modificar la capacidad de nuestras defensas ante los diferentes microorganismos patógenos. Estos cambios, además de tener un impacto sobre nuestro sistema inmunológico, también tienen un efecto sobre las estructuras físicas de los virus, que pueden verse favorecidos ante estas nuevas condiciones que nos hacen más vulnerables.
Si bien es necesario el mantenimiento de una buena inmunidad durante todo el año, es preciso reforzar su cuidado en algunos períodos concretos como el invierno, en el que el sistema inmunitario se encuentra especialmente expuesto a infecciones víricas. La llegada del frío propicia la proliferación de gérmenes patógenos que dan lugar a catarros, gripe y otras infecciones, advierten desde PiLeJe, el laboratorio francés especializado en microbiota, micronutrición y fitoterapia.
El sistema inmunitario es el encargado de protegernos contra virus, bacterias, hongos y otros agentes patógenos, pero puede verse debilitado por diferentes factores, favoreciendo la aparición de enfermedades.
Signos de debilitamiento del sistema inmunitario
Algunos de los síntomas que revelan que nuestras defensas se encuentran afectadas son:
Reforzar las defensas de manera natural
Durante los períodos en los que puede encontrarse afectada nuestra inmunidad existen diferentes soluciones naturales muy efectivas para su fortalecimiento. La alimentación y, especialmente, las vitaminas y minerales desempeñan un papel clave en el funcionamiento óptimo del sistema inmunitario.
El poder de los probióticos
Las últimas investigaciones han determinado el impacto de la microbiota intestinal sobre las disfunciones del sistema inmunitario y su vinculación en el padecimiento de ciertas enfermedades autoinmunes.
Los probióticos se presentan como una alternativa efectiva para el restablecimiento de la microbiota intestinal, tanto para la recuperación de su equilibrio como de sus propiedades. Su administración oral modula los mecanismos de defensa de las mucosas y del sistema inmunitario, impidiendo la proliferación de gérmenes.
Pueden encontrarse en alimentos como la leche fermentada (yogur, quesos…) y también
pueden consumirse en forma de complementos alimenticios.